una escuela en cerro hueso
La obra tiene la fuerza de una historia mínima que se expande hacia las historias de las niñas y los niños cuando no encuentran un lugar.

El Día del Cine Santafesino se celebró en el Cine América de la mano de “Una escuela en Cerro Hueso”, la ópera prima de Betania Cappato, que cuenta cómo fue el proceso creativo y de producción de la película. Se proyectará también la próxima semana.

Pasaron cosas la semana pasada en el Cine América. Sí, hace semanas se estrenó Argentina, 1985, peliculón que siguió en cartelera con hasta cuatro funciones con entradas agotadas por día. Pero la primera función a sala llena fue antes, el martes 27 de septiembre, en el Día del Cine Santafesino, para Una escuela en Cerro Hueso, la ópera prima de la cineasta santafesina Betania Cappato.

La película está basada en la historia de Lucio, el hermano de la directora, un niño diagnosticado en el espectro autista. En el momento de empezar la escuela primaria fue rechazado de 17 instituciones hasta que lo aceptó una: la Escuela N° 39 “9 de Julio” de la Vía Muerta, en Colastiné Norte. Así comenzó un proceso durante el cual la comunidad de la escuela alojó a Lucio de manera tal que al tiempo empezó a hablar, y después, a leer y escribir.    

Betania, quien escribió el guión junto a Iván Fund, llevó la historia real a la ficción. En el filme la protagonista es Ema, una niña también autista que llega a la escuela rural de Cerro Hueso, una localidad costera, con sus padres biólogos. En la escuela los reciben con muy buena predisposición, pero les preguntan, “¿por qué eligieron venir acá, si ustedes son de la ciudad?”. “Acá somos poquitos, así que nos vamos acomodando entre todos”, le aseguran las docentes a la familia.

Desde ahí, la cámara sigue de cerca a Ema y su familia mientras se acomodan en la escuela y el pueblo. Sin forzar la búsqueda de la metáfora, la narración fluye y va dejando puntas para comprender a Ema y los procesos de sentido que comienza a realizar junto a docentes, compañerxs y mamá y papá. Con el ritmo del día a día, cristalizan pequeños momentos-símbolo: el juego de Ema con un caballito de juguete, su forma de leer un afiche en el aula, un almuerzo compartido con papá, una mañana con mamá, una fiesta en el pueblo. Las escenas se entrelazan para formar una crónica condensada, delicada, con mucha emoción y ternura.

“No sé cuál es el límite entre realidad y ficción, pero hay un momento en que la vida se empieza a colar y sucede la magia, que no deja de ser cine, porque todo es a través de la cámara”, dice Betania en conversación con Pausa.

“Experimentar, esa es la clave”

El filme fue producido por Betania y Fund, y co-producido por Rita Cine e Insomnia Film, con Tres Sonido como productor asociado. “Mucha gente se sorprende de la espontaneidad y frescura que tiene la película y eso tiene que ver con que fue hecha con una libertad creativa y de producción, donde todo es puro hacer y experimentar, esa es la clave”, afirma Betania. Explica que la película, si bien es ficción, fue filmada desde un dispositivo casi documental en cuanto a la forma de obtener las imágenes.

Con un equipo de rodaje pequeño, compuesto entre colegas y amigues, las jornadas de grabación consistían en filmar todo lo que ocurría, sin marcar el comienzo de la acción y el corte. “Somos muy curiosos de lo que sucede en el lugar, en rodaje estuvimos en permanente ejercicio de estar atentos a qué chistes hacían los chicos, qué estaban aprendiendo ese día, qué los emocionaba, y así también algunas historias de la zona se fueron incorporando y encajando en el guión”, cuenta la directora.

Ema, la protagonista, es interpretada por Clementina Folmer, una joven actriz de Crespo que ya había participado en Vendrán lluvias suaves de Fund. Mara Bestelli y Pablo Ruiz Seijo dan vida a su mamá y papá. “Su guía como actores de profesión, trabajando a corazón abierto, es algo que hizo que la película crezca, fueron todo el tiempo un canal para que lo otro suceda”, destaca Betania.

Las docentes y lxs compañerxs de la Escuela N° 39 y vecinxs de Colastiné Norte le ponen el cuerpo al resto de los personajes. Entre ellxs está Irene Zequin, una niña de la Vía Muerta, que llega por primera vez a la pantalla grande como la mejor amiga de Ema; y Carla Rucitti, quien fue docente de Lucio, e interpreta a la directora. Todos estuvieron en el escenario del Cine América compartiendo la presentación de la película, mostrando parte de su propia historia.

“La película tiene todo un proceso de reestructuración casi completo durante el proceso de montaje, en el que tratamos de hacerle honor a todo el material que teníamos”, explica Betania, y destaca el tratamiento durante la etapa de postproducción, donde la composición del paisaje sonoro de Bechen y Leandro De Loredo y la música original de Mauro Mourelos entraron a jugar para sacar el máximo potencial de las imágenes registradas. Fund y Mariano Luque, junto a Betania, estuvieron a cargo del montaje.

Para que vayas a verla

Una escuela en Cerro Hueso recibió una Mención Especial en la sección Generation de la 71° edición de la Berlinale. Para tocar la vida de espectadores de todo el mundo, la obra tiene a su favor la fuerza de una historia mínima, que nace de un caso particular y se expande a muchos otros.

Hacia las historias de las niñas y los niños en todas partes, cuando no encuentran un lugar que los reciba con amor. Es también una historia sobre todo lo que puede agrandarse una familia cuando la sociedad la deja sola. Un testimonio de la lucha y el trabajo docente en contextos aislados y complejos, para lograr que una institución sea un hogar, y del valor de la conexión entre las personas, sobre todo cuando parece que no es posible.

El estreno nacional llegará en noviembre, en diferentes salas y circuitos de cine club y cine arte del país. “Es una película para ir a ver al cine, porque es tan delicada por momentos, que no es una nimiedad poder estar sentada en una sala oscura con una pantalla grande y un sonido potente para vivir la experiencia completa”, invita Betania, y resalta la importancia del público para que, en Santa Fe, el Cine Club pueda seguir en actividad.

Por último, la directora reflexiona a partir de la sala llena que acompañó la proyección. “Es una película pequeña, corrida del lenguaje de lo que se considera el cine más popular, y sin embargo la recepción del público es totalmente abierta y amorosa. Es un momento para preguntarnos qué es entonces lo popular, lo que la gente quiere ver”, dispara, y redondea: “en este momento en que estamos atestados de películas y series de manual de estilo, esta es la posibilidad de reivindicar la necesidad de ver otras cosas, de que las personas nos veamos reflejadas en otros modelos de representación”, agrega.

“La tarea revolucionaria es la que hacen las maestras de la Escuela N° 39, yo hago cine, sólo puedo ayudar a contar su historia más allá de los límites de Colastiné”, explica Betania, y redondea: “lo que más me emocionó es ver personas que de verdad se sentían representadas en ese contar las historias de chicos que no encuentran lugar en las escuelas, de las personas que necesitan encontrar un lugar y sentirse acompañados”.

Funciones

La película se proyectará sólo por una semana en el cine América (25 de mayo 3075) a partir de este jueves en los siguientes horarios:

Jueves 27: 20:15 (entrada libre y gratuita)

Viernes 28: 18:00

Sábado 29: 17:30

Domingo 30: 18:45

Lunes 31: 18.15

Martes 1: 18.15

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