Guillermo Jerez: "Tenemos que hacer un pacto para vivir mejor"

Foto: Gabriela Carvalho.

El actual concejal de Barrio 88 buscará renovar su banca en las próximas elecciones. Junto a Agustina Peralta y Franco Nardi, que lo acompañan en la lista, abordaron diversos tópicos y reiteraron la convicción de que "otra forma de hacer política es posible".

En las próximas elecciones, el actual concejal de Barrio 88 Guillermo Jerez buscará renovar su banca. Acompañado por Agustina Peralta y Franco Nardi, que también integran la lista en segundo y tercer lugar respectivamente, Jerez dialogó con Pausa y abordó diversos tópicos de interés ciudadano para renovar el mismo compromiso que los llevó a conseguir su primera banca hace cuatro años: "otra forma de hacer política es posible".

Foto: Gabriela Carvalho

—¿Cómo llegan a este nuevo proceso electoral?

El sábado pasado tuvimos un acto de presentación de listas que nos recargó de energías y de fuerza para afrontar estos 30 días que quedan. Lo necesitábamos mucho, porque después del 2019, que fue un logro histórico, vino la pandemia, y eso nos sacudió, porque nos faltó ese vínculo, ese ida y vuelta que habíamos construido desde los orígenes, en el que era fundamental la participación, la escucha. La pandemia nos debilitó mucho y debilitó los vínculos que habíamos tejido con distintos actores de distintos barrios de la ciudad y también internamente. Por eso la importancia de la gran convocatoria que tuvimos el sábado pasado, cuando hubo cerca de 500 personas. Fue muy revitalizante, y estamos con mucha fuerza.

—¿Qué experiencia han adquirido como fuerza política en estos cuatro años, sus primeros ocupando un cargo a nivel legislativo?

Hoy estamos convencidos más que nunca de que Barrio es una alternativa. Tenemos un recorrido y aprendimos muchas cosas en estos casi tres años y medio que llevamos en el Concejo. Por ahí en 2019 teníamos expectativas muy altas acerca de lo que podía hacer un concejal estando solo, en el marco de una dinámica legislativa donde hay otros 17. Para oxigenar un poco la política es fundamental recuperar y reivindicar el oficio de la política. Hoy mantenemos esa actitud rebelde ante el estado de cosas existentes, pero también sabiendo que el mundo no arranca cuando uno llega. Para entender el aparato burocrático, que tiene muchas mañas, es necesario formarse, conocerlo. Me parece importante discutir eso, porque creo que desde el progresismo no se contempla. Tenemos buenas ideas, las mejores, pero, ¿cómo se implementan? Necesitamos que fuerzas como Barrio 88 tengan mayor representación, y si esa representación no tiene un anclaje en la participación popular, comunitaria, va a haber una inercia que impida que cualquier transformación que pueda realizarse.

¿Y cómo lograr que esas transformaciones se lleven adelante?

Hay que interpelar desde tres lugares fundamentalmente: desde la movilización popular, desde la discusión de temas de agenda y fundamentalmente desde los medios de comunicación. Sin eso es muy difícil que los cambios puedan realizarse. Hoy tenemos una representación limitada dentro del Concejo, que aspiramos a poder renovar y ampliar. Creo que con una representación mayor podremos incidir con mayor peso. Hasta el momento lo que hemos tenido que hacer es ver por qué fisura nos colamos en los principales temas de discusión, para que la voz de Barrio sea tenida en cuenta. Mientras tanto, hemos desarrollado un conjunto de instrumentos y herramientas para no esperar que el Estado venga y nos de respuestas, no porque tengamos un discurso anti-estatalista, sino porque creemos que hay que crear nuevas instituciones estatales y desarrollar las propias. Es fundamental la organización y la participación popular, ciudadana, y también la presencia del Estado. De esa alquimia depende que las transformaciones puedan llevarse adelante

"Para que en el Estado haya discursos jóvenes, tiene que haber jóvenes"

Agustina Peralta y Franco Nardi ocupan el segundo y tercer lugar respectivamente en la lista de concejales de Barrio 88, y expresan la voluntad de renovación de una fuerza política que siempre creyó en la importancia de que la juventud ocupe espacios de debate y de decisión. En diálogo con Pausa, volvieron sobre sus recorridos militantes y dejaron sus impresiones sobre el rol de la juventud en la política.

—¿Por qué consideraron importante que la juventud ocupe lugares preponderantes en la lista? ¿Cómo se dieron ese debate? 

Agustina Peralta: Venimos de varios debates internamente, buscando una renovación de las referencias, que las elegimos de manera colectiva. Veíamos necesaria esa renovación
porque el Guille ya viene teniendo un montón de experiencia en el Concejo y veíamos necesario empezar a tomar la posta. Tiene que ver con un lema que nosotros tenemos hace tiempo, que es "otra forma de hacer política es posible". Con Franco venimos coordinando en distintos proyectos. Yo soy trabajadora social, vengo de esa militancia territorial, y me sumé a Barrio desde ese lugar. Fui pasando por distintos proyectos, ahora estoy en Barranquitas Oeste, en el espacio comunitario que hicimos, Terraplén, donde abordamos consumos problemáticos, y en las rondas de mujeres con las pibas de San Agustín, Cabal y también Barranquitas.

Franco Nardi, Agustina Peralta y Guillermo Jerez. Foto: Gabriela Carvalho.

—Franco Nardi: yo arranqué a militar en Barrio en 2017, en la primera campaña, en un momento en el que nos sumamos varios jóvenes. En ese momento tenía 19 años y fue mi primera experiencia militante. Pasé por varios lugares dentro de la organización y ahora asumimos la conducción partidaria, porque nos parecía importante que personas más jóvenes nos incluyamos en esos espacios. Más o menos con esa misma idea salió la necesidad de integrar la lista. Creemos que hay una idea generalizada, que aparece en los medios, de que la juventud es liberal, y es importante que los jóvenes que tenemos otras ideas y que pertenecemos a un espacio más progresista, más nacional y popular, nos animemos a poner la cara, a intervenir en el debate público y a discutir el sentido común que hoy parece hegemónico. Para que en el Estado haya discursos jóvenes, tiene que haber jóvenes.

"Un pacto para vivir mejor"

Cuatro años después de una elección histórica -tan solo la segunda en la historia de la organización- que depositó a Guillermo Jerez en el Concejo, Barrio 88 buscará renovar su banca apelando como ejes principales a seguridad, hábitat y trabajo, tres puntos centrales alrededor de los cuales intentarán construir "un pacto" ciudadano. En una extensa y fructífera conversación, Jerez ahondó en algunos de estos tópicos.

—¿Cuáles son sus ejes principales de cara a estas elecciones?

Guillermo Jerez: Frente al drama social y económico que estamos atravesando hay que hacer un pacto con la ciudadanía, un pacto para vivir mejor. ¿Qué implica ese pacto? Que haya un acuerdo, por ejemplo, en los temas de seguridad para vivir más tranquilos, y eso implica tanto al que vive en un barrio de clase media pero también al que vive en un barrio del cordón oeste. La sociedad hoy está estallada en todos los sectores. El pacto para vivir mejor tiene que ver con estas cosas. No puede ser que el plan sean solamente controles policiales en las principales avenidas para retener motos, o más cámaras, que son las propuestas que se escuchan. En materia de consumos problemáticos, por ejemplo, estamos llevando adelante una iniciativa de dispositivos adaptables que emerjan en cada uno de los barrios, que no sean algo enlatado. A veces los dispositivos o el Estado fallan porque no terminan de adaptarse a las realidades emergentes de cada uno de los barrios. La experiencia que estamos desarrollando en Barranquitas nos parece importante. Arrancamos con propuestas recreativas, artísticas y deportivas para después abordar los consumos problemáticos.

—Para ir desagregando distintos tópicos, voy a empezar preguntándote sobre el acceso a la vivienda.

El acceso al hábitat nos parece muy importante. El Municipio puede hacer mucho más de lo que hace en torno al tema de alquileres. Estamos promoviendo una propuesta para que haya un programa de fomento de fideicomiso al costo para monotributistas, para que el Municipio pueda financiar una parte del acceso de la vivienda o para que las tierras disponibles que ya hay, sean públicas o privadas, puedan utilizarse, y que los monotributistas no vean como algo lejano el acceso a las viviendas. Hay que dar respuestas a ese sector de la juventud de entre 18 y 40 años que ve como imposible acceder a la vivienda. Eso desde el Municipio se puede hacer. Y las 24 hectáreas de terrenos que se van a liberar a partir del ferrocarril son una discusión central. Si eso no se pone en agenda, la ciudadanía tiene que decidir qué hacer con las tierras más caras de la ciudad. Se podrían hacer muchas cosas, desde viviendas sociales o para el desarrollo urbanístico hasta espacios de cuidados. La discusión por esas tierras vacantes es una de las discusiones fundamentales que se vienen en la ciudad de Santa Fe.

Y es una discusión que, si vos no la das, rápidamente la toma el sector inmobiliario.

Sí. Te voy a dar otro ejemplo concreto. Yo estoy en la comisión de Planeamiento, y ahí se firman los convenios urbanísticos, permisos de suelo. Ahí empezamos a ver los elefantes que pasaban. El reglamento de Ordenamiento Urbano se sancionó en 2010 y gran parte del crecimiento que vemos hoy obedece a eso. La captación de plusvalía urbana es nula. Se permite construir muchísimos metros cuadrados, hacerse de muchos millones de dólares, y lo que vuelve es una placita. El actual oficialismo no hizo nada para modificar el reglamento de Ordenamiento Urbano, y lo único que tiene para decir es que ahora los bancos de plaza no están en el centro sino en los barrios. Nosotros queremos crear un Fondo de Desarrollo Urbano, es una propuesta que tenemos desde 2017 y que no la inventamos nosotros, se aplica en otros lugares, la hemos pensado y discutido con técnicos. Hay que buscarle la vuelta para que la ciudadanía participe. Y hay que construir una agenda que pueda tener cierta llegada y que pueda movilizar a una parte importante de la ciudadanía.

Foto: Gabriela Carvalho.

—En relación a lo que mencionabas del sector de los monotributistas, ¿tienen en mente otras iniciativas?

Hemos sido parte de la fundación de una mutual de trabajadores independientes, que nuclea principalmente a monotributistas. Ahí hay un sujeto muy activo, de monotributistas de las categorías A, B y C, que son cerca de 25.000 personas. Ese sector no lo contempla ninguno de los tres niveles del gobierno. Y es principalmente el Estado municipal, que es el más cercano a los vecinos y vecinas, el que debería detectar que es un sujeto para el cual no hay políticas públicas. Nosotros entendemos que el mutualismo es una herramienta para empezar a dar algunas de las respuestas que está necesitando ese segmento de la sociedad y del mundo del trabajo.

¿Qué otras inquietudes tienen en relación a lo laboral?

En Santa Fe la población económicamente activa está conformada por aproximadamente 250.000 trabajadores, de los cuales 100.000 trabajan en el mundo privado y 50.000 son informales. La tasa de informalidad es muy alta. Hay otros 50.000 en el sector público y después hay aproximadamente 60.000 cuentapropistas y 17.000 desocupados, más o menos esos son los números. Para el sector de los cuentapropistas y de los autónomos hay que repensar una agenda de desarrollo productivo, y para eso es fundamental tener una nueva estatalidad, integrar el área de economía social con el área de producción. Se debe potenciar el tejido de PyMEs y mini PyMEs e integrar y promover el sector cooperativo mutual, que hoy el área de Economía Social ni lo contempla. La economía social en la perspectiva del Municipio se reduce a la promoción de ferias y emprendedores y a ciertas iniciativas comunitarias, cosas que hay que seguir fortaleciendo; pero Santa Fe tiene un entramado de cooperativas y mutuales muy potente, que hay que promover. Y para el sector de desocupados tenemos una idea muy interesante, que es crear empresas sociales para resolver problemas comunitarios.

Pasemos a hablar del transporte público.

El Ejecutivo municipal envió a fines del año pasado el pliego para la licitación del nuevo servicio de transporte público de pasajeros. Eso no se va a tratar, porque dicen "como es un momento electoral vamos a cajonear este tema y luego en función de los resultados vamos a ver qué tratamiento le damos". Desde nuestra perspectiva el momento electoral es el mejor momento para hablarle a la ciudadanía. Tenemos, quizás, una mirada un poco más transparente acerca de lo que son las representaciones políticas. El problema que hay ahora es cómo diseñar las nuevas rutas. Hay un problema matemático a resolver. En todos los lugares del mundo optan por vías rápidas, que son las avenidas, para que vos tengas un colectivo como máximo a dos cuadras. Eso te achica la cobertura. Hoy tenemos un sistema que, como todo, se fue emparchando, y el sentido común de la gente dice "yo quiero que el colectivo pase por la esquina de mi casa". Ahí hay un desafío interesante, y esperamos que se trate pronto porque es otro servicio que no es sustentable.

—¿Y respecto a la integración sociourbana, que ha sido siempre un eje fuerte para Barrio 88?

Uno de las grandes aportes de los últimos años ha sido la creación del Fondo de Integración Socio-Urbana (FISU) para urbanizar los más de 5.000 barrios populares. Esa fue una política promovida por los movimientos sociales, que Alberto Fernández la impulsó
hasta ahí, pero que aprovechó mucho el intendente Jatón. La campaña de Jatón se basa fundamentalmente en el FISU y en el programa Argentina Hace, del Ministerio de Infraestructura y Obras Públicas de la Nación, con eso se han hecho muchas cosas en los barrios. También hay otras maneras de encarar la organización de los barrios. Hoy es un problema ahorrar en pesos, y el ahorro argentino lo capitalizan los bancos. El ahorro de las comunidades se puede movilizar para mejorar los barrios, con instrumentos complementarios a los que ya hay. Hay dos problemas en materia de políticas públicas. Por un lado la superposición de los niveles, que se pisan uno con el otro, y por otro la descoordinación. Cuando desagregás el gasto público por niveles, la ejecución es absolutamente ineficiente. Ahí hay un desafío. Nosotros como partido municipal tenemos que tener el coraje, el protagonismo y la lucidez para pensar políticas más allá de lo local.

Otro de los aspectos fundamentales de la integración sociourbana es el acceso a los servicios. ¿Han tenido alguna experiencia cooperativa al respecto?

Bueno, ahí tenemos el ejemplo de un compañero que trabajó en la Dirección de Alumbrado Público y Electromecánica y que hizo un proyecto para mejorar el servicio de alumbrado público en la ciudad, para que cualquier reclamo no demore más de dos días. Lo presentamos, no dieron respuesta. Bueno, nos sentamos, le pusimos más cabeza, y tampoco nos dieron bola. Ante ese estado de situación, en donde el Estado claramente no funciona, hay que promover que los vecinos se organicen. Se tienen que crear varias cooperativas de servicios públicos que puedan dar y administrar los servicios de cada barrio. La cooperativa Setúbal es un ejemplo, se organizó para brindar el servicio de cloacas. Ahora estamos peleando un proyecto para llevar fibra óptica a ocho barrios. Si no se organizan las vecinas y los vecinos de cada barrio va a ser muy difícil. Otro de los temas que estudiamos es el modelo de gestión de residuos actual. Pensamos que a partir de una norma de la cual se desprenda un plan integral de gestión del residuo sólido urbano se iba a poder modificar el modelo actual. Y la verdad es que es muy difícil ir a contracorriente. El actual modelo es insustentable desde todo punto de vista, desde el punto económico y fundamentalmente desde el fiscal, porque consume aproximadamente 13% del presupuesto municipal. Con lo que se recauda de TGI se cubre poco más que el 50% de lo que cuesta el servicio. Por eso creemos que hay que modificarlo. Presentamos un par de ordenanzas, pero costó mucho que se trataran, entonces apuntamos a crear una cooperativa de trabajo que pueda reciclar los plásticos y genere una vinculación con el sistema científico y tecnológico de la ciudad. Ahora estamos por hacer la primera vereda, algo que para nosotros es muy simbólico. Es una manera de mostrar un camino de la transformación que nosotros queremos para la ciudad.

Foto: Gabriela Carvalho

¿Están trabajando algún proyecto en particular en materia ambiental?

Sí, en relación a ambiente tenemos ingresado un proyecto que está durmiendo ahí sobre el humedal Laguna Setúbal, que tiene 200 hectáreas de las cuales el 95% son privadas. Nosotros queremos modificar el uso y que allí no se edifique como pretenden hacerlo los intereses inmobiliarios. Ese fue un proyecto impulsado por Manzana Solidaria, lo estuvieron trabajando también otras organizaciones ambientalistas, y también tenía un valor educativo, porque los pibes y las pibas de las escuelas podían ir y conocer.

Finalmente, me gustaría preguntarte sobre el eje salud. ¿De qué manera han abordado el tema?

En torno a lo que es salud, uno de los pocos proyectos de ordenanza que nos aprobaron busca regular el acceso al uso informado de cannabis con fines terapéuticos-medicinales, pero el Municipio no ha podido ni siquiera conformar un Consejo Consultivo. ¿Quién mejor que el Estado para saber quiénes son y cuántos son los usuarios que usan el cannabis como paliativo para tratar algún padecimiento y vincularlos con un laboratorio de la universidad para que analicen los aceites que están consumiendo? No creo que pueda tener más complejidad que un Excel. El municipio puede hacer mucho más, pero hoy no está en condiciones de desarrollar las capacidades mínimas, y lo vimos también en la participación que tuvo en la pandemia. No por casualidad el director de uno de los hospitales más importantes de la ciudad hoy es candidato: eso me parece que habla de cuál fue su rol.

Si tuvieras que sintetizar la propuesta de Barrio 88, ¿cómo lo harías?

Seguridad para vivir en una ciudad más tranquila, trabajo digno y hábitat para garantizar un techo para todos. Esas son las principales problemáticas de Santa Fe y ahí es donde tenemos que hacer un pacto para empezar a pensar un proyecto de ciudad. Un proyecto de ciudad es un conjunto articulado de políticas con una jerarquía establecida cuya implementación tiene un efecto transformador sobre la sociedad y el territorio. Eso hoy no está. Lo que uno ve es un pastiche, un collage de iniciativas que han tomado de otro lado.

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