La intolerancia juega en las canchas y en sociedades que muchos tienen como ejemplo. De Macron a Morales y de Vinicius a Rodallega, muestras de un discurso de odio que se expresa en códigos racistas.

El periodista argentino Ricardo Gotta cuenta brevemente la triste historia de Nahel, un adolescente que nació hace 17 años en Argel. Hijo único, fue criado por su madre, Mounia, en el distrito Vieux-Pont de Nanterre. Matriculado desde 2021 en el liceo Louis Blériot, en Suresnes, esperaba recibirse como electricista. Mientras, se ganaba la vida como repartidor de pizza. Y jugaba al rugby: el presidente del club, Jeff Puech, lo calificó de un “niño de barrio que tenía ganas de encajar social y profesionalmente”. Nahel conducía su auto cerca de la estación de tren suburbano Nanterre-Préfecture, al oeste de París, y dos policías en moto lo detuvieron. Adujeron que circulaba a gran velocidad. También dijeron que intentó escapar. Pero el video que circuló después muestra otra cosa: uno de ellos le disparó a quemarropa, en el pecho. Murió a los pocos minutos. El asesino, de 38 años, fue detenido. 

La nueva víctima del racismo y de la brutalidad institucional otra vez pone a Francia en el escenario principal de la protesta social y la represión bestial.

“Ahora es el momento de que el país aborde seriamente los problemas profundamente arraigados del racismo y la discriminación racial entre las fuerzas del orden”, dijo Ravina Shamdasani, portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, durante la conferencia de prensa regular de la ONU en Ginebra.

¿Ahora es el momento? Quizás la ONU está llegando unos siglos tarde a la advertencia. “Más vale tarde que nunca”, dice el refrán.

“Cualquier acusación de racismo sistémico o discriminación por parte de las fuerzas del orden en Francia es completamente infundada”, expresó el Ministerio de Relaciones Exteriores francés en un comunicado. "El último examen periódico universal al que se ha sometido nuestro país nos ha permitido demostrarlo", subrayó el Quai d'Orsay (Ministerio de Exteriores), y amplió: "Francia y sus fuerzas de seguridad luchan con determinación contra el racismo y todas las formas de discriminación. No puede haber duda sobre este compromiso".

El comunicado está emparentado con una manifestación de autoritarismo y proclamación de una mentira estatal. En pocas palabras, al gobierno de Macron no le entra ni media bala, por más que le hagan advertencias desde la ONU.

Los niveles de racismo, violencia y autoritarismo que existen en Francia se replican en todo el mundo. Si lo llevamos al plano local, ¿cuánta diferencia de proceder hay entre Emmanuel Macron en su país y Gerardo Morales en su provincia? Ser un francés de origen árabe en París o un jujeño kolla en Abra Pampa es ser un ciudadano de segunda para el discurso dominante.

El racismo, en Europa, en América y en donde se les ocurra, fue habilitado y alimentado por el poder, hoy y siempre.

En la vida y en el fútbol

Las demostraciones de racismo son más peligrosas, en términos de vida, cuando las ejecuta una fuerza de seguridad estatal. A nivel social toma un alto grado de peligrosidad cuando se naturaliza en una manifestación tan popular y cultural como lo es el fútbol. Los gritos de discriminación y racismo son moneda corriente en las canchas, aunque desde hace algunos años la FIFA trabaje con más fuerza para terminar con esas actitudes.

El caso del futbolista Vinicius Jr fue el de mayor resonancia en lo que va de 2023. Los hinchas del Valencia le gritaron "mono" al brasileño y después fue expulsado por una pelea entre ambos equipos.

Iban 35 minutos del segundo tiempo, tras una confusa jugada en el área —que incluyó reclamos al árbitro—, el jugador sudamericano denunció que un hincha del Valencia le realizó gestos de mono. Tras ello, el partido se suspendió por ocho minutos, tiempo en el que el propio delantero se negó a reanudar el juego.

El jugador del Real Madrid apuntó con el dedo al fanático en cuestión y le dijo al árbitro: "Ese señor, él fue", claramente se podía leer en sus labios.

Luego de varios minutos, y gracias a una conversación con el DT Carlo Ancelotti, Vinicius Jr volvió al campo de juego y continuó el partido. Sin embargo, sobre el final se produjo un nuevo conflicto cuando el brasileño increpó a Yunus Musah por demorar el juego y desató primero la reacción del arquero Giorgi Mamardashvili contra el delantero y luego entre los integrantes de los dos planteles para separar.

En medio de la trifulca, Hugo Duro, delantero del Valencia, tomó a Vinicius del cuello y el crack del Real Madrid no se quedó atrás, dándole un golpe en el brazo. Esto último le costó una tarjeta roja a instancias del VAR.

Minutos más tarde Vinicius se descargó en sus redes sociales: “El premio que los racistas han ganado fue mi expulsión. No es fútbol, es La Liga [española]”. Y un tiempo después lo hizo más extenso: "No fue la primera vez, ni la segunda, ni la tercera. El racismo es normal en La Liga. La competición lo considera normal, la Federación también y los rivales lo fomentan. Lo lamento mucho. El campeonato que una vez perteneció a Ronaldinho, Ronaldo, Cristiano y Messi ahora pertenece a los racistas", dijo.

Y hubo más: "Una hermosa nación, que me acogió y a la que quiero, pero que ha aceptado exportar al mundo la imagen de un país racista. Lo siento por los españoles que no estén de acuerdo, pero hoy, en Brasil, España es conocida como un país de racistas. Y, desgraciadamente, por todo lo que ocurre cada semana, no tengo forma de defenderlo. Estoy de acuerdo”.

Y finalmente dijo: "Pero soy fuerte e iré hasta el final contra los racistas. Aunque sea lejos de aquí".

Carlo Ancelotti, el DT del Real Madrid, salió a defender a su dirigido luego de ese encuentro en el estadio Mestalla. "He hablado con él durante el partido porque el ambiente era muy caliente y muy malo. Le he preguntado si quería seguir. No quería quitarlo porque el ambiente es racista. Nunca me ha pasado. Así no. Es inaceptable. La Liga española tiene un problema que no es Vinicius. Él es la víctima. ¿Qué hay que hacer? No se puede jugar al fútbol así”.

El delantero Moussa Marega, francés de origen maliense, sufre el racismo en la cancha. La discriminación se repite más allá de las camisetas.

Racismo de vestuario

Cruzamos la frontera nuevamente, volvemos a Francia y encontramos una dura acusación al ex entrenador de Lionel Messi en París: Christophe Galtier.

El técnico, que no continuará en el club parisino pese a que le queda un año de contrato, fue arrestado junto a su hijo el pasado 30 de junio en el marco de una investigación por sospechas de discriminación por motivos raciales o religiosos. Los hechos sucedieron cuando dirigía al Niza.

Fue Julien Fournier, director deportivo del Niza durante la etapa en la que Galtier era el DT del equipo, quien acusó al entrenador, a mediados de abril, por conductas racistas con algunos de los jugadores. "Galtier me dijo que tenía que tener en cuenta la realidad existente en la ciudad y que, efectivamente, no podíamos tener tantos negros y musulmanes dentro del equipo. Galtier decía que fue a un restaurante y todo el mundo se le echó encima, asegurando que el equipo estaba lleno de negros", contó Fournier.

Además, habló de los dichos del hijo del DT, John Valovic-Galtier. "Me explicó que este equipo no era como él, que no podíamos seguir así. Le pedí que me explicara lo que decía para entenderlo mejor y me dijo: 'Habéis construido un equipo de escoria. Sólo hay negros y la mitad de tu equipo está en la mezquita los viernes por la tarde'", aseguró.

¿Y por estas tierras?

Mientras el caso Vinicius Jr era noticia en todo el mundo, a las pocas horas, en la cancha de Gimnasia y Esgrima de La Plata, Independiente Santa Fe de Colombia jugaba por Copa Sudamericana. Algunos jugadores recibían insultos racistas desde las tribunas.

El acto de racismo fue denunciado por Hugo Rodallega, visiblemente conmocionado, el histórico delantero colombiano ofreció un crudo testimonio tras el pitazo final del árbitro: “No mejoramos como humanidad. Es un desastre lo que pasa en el mundo entero. Es una tristeza que vengamos aquí y... No estoy diciendo que perdimos porque la gente ofende porque eso es normal, pero ya el tema del racismo cansa. Que te llamen mono y negro... Eso es una falta de respeto. Da tristeza”.

Clásico racista

Hinchas de Boca y River también fueron noticia por manifestaciones racistas. Algunos simpatizantes del Xeneize habían sido grabados en las tribunas del Arena Corinthians (partido de la Copa Libertadores 2022) realizando movimientos similares a los de los simios. En el encuentro revancha, en La Bombonera, también hubo filmaciones con gestos similares.

El caso de River va por la misma línea, en esta ocasión fue por actos de racismo contra los hinchas de Fluminense que visitaron Núñez. Cuando los brasileños estaban cerca de ingresar al estadio, desde la calle unos fanáticos del Millonario los insultaron y también hicieron gestos de "monos", en otro episodio más de racismo explícito.

Vale destacar que Gimnasia y Esgrima, Boca y River fueron multados con sanciones económicas y estructurales (reducción de tribunas) por la máxima autoridad del fútbol sudamericano, la Conmebol.

El combustible del odio

La lista de clubes con hinchas racistas puede extenderse, pasando por cada una de las categorías del fútbol argentino y por varias ligas del mundo. Quizás esa lista de discriminadores y racistas sea interminable porque esas cabezas son alimentadas con discursos de odio que provienen de un buen sector de la clase política. Los reproducen los medios de comunicación y se multiplican a toda velocidad en las redes sociales.

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