Sin pasar por el Congreso, sin necesidad de los gobernadores, a tiro simple de decreto, Javier Milei puede reconfigurar de punta a punta el país en apenas unas semanas. ¿Qué efectos pueden producirse en el país si el presidente electo cumple sus promesas y sigue sus ideas?

Un panelista de la televisión sin cuadros políticos propios, sin gobernadores propios y sin ninguna experiencia de gobierno es hoy el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas. De ahí en más, es inconmensurable la profundidad del salto hacia el odio con el que poco más de la mitad del electorado argentino expresó su rechazo al plexo completo de la política argentina del siglo XXI.

Primero cayó Horacio Rodríguez Larreta, luego Patricia Bullrich, finalmente, Sergio Massa. Javier Milei llega a la presidencia tras mostrar por televisión abierta su total incapacidad para dar cuenta de los rudimentos de las políticas públicas durante el debate presidencial.

Mucho de lo que prometió y luego desdijo en campaña es, por definición, inaplicable. La existencia del Banco Central tiene rango constitucional. La venta de órganos y la liberación en la venta de armas depende de leyes del Congreso, en las que Milei no tiene mayoría ni de cerca en ninguna de las cámaras. Lo mismo sucede con la aplicación de un sistema de vouchers en la educación y la salud pública o con la eliminación de la coparticipación.

Sin embargo, aun sin tener un gabinete claro y desconociendo todos los procedimientos administrativos de gestión, es necesario saber que Javier Milei puede realizar muchísimo daño a tiro simple de inacción o decreto. Guarde la lista: va a ver cómo le va ir poniendo tildes.

Puede indultar a todos los genocidas, incluyendo los que están todavía en proceso judicial. De forma efectiva e inmediata, todas las políticas de memoria, verdad y justicia no sólo serán suspendidas: serán atacadas frontalmente.

• La represión de la protesta social no va a tener límites. Va a haber plomo y persecución judicial continua.

Puede levantar el control de cambios y dejar liberado completamente el precio de dólar. La devaluación puede alcanzar niveles que no están mensurados.

Puede liberar los precios de las tarifas de servicios públicos o reducir muy significativamente los subsidios. En los hechos, con una liberación del precio de dólar ese movimiento es inevitable: las tarifas de los servicios están dolarizadas. Esto afecta la luz, el gas, el agua, los transportes, el precio del combustible en la estación.

Puede reducir al mínimo las retenciones sobre cereales, oleaginosas y carnes, disparando automáticamente el precio de los alimentos.

Sólo una de estas tres medidas producirá un estallido inflacionario que será próximo a los niveles de 1989, que profundizará aún más la recesión. Las tres juntas pueden generar un espiral de precios desconocido.

La suba del dólar afectará directamente la compra de importaciones, lo cual profundizará más la recesión a través de una crisis industrial.

• Las industrias y las pymes en general que estén en problemas no recibirán ninguna ayuda. No forma parte de su programa el uso del Estado para sostener el empleo a través del sostenimiento de las empresas.

El alineamiento con el FMI va a tomar características de subordinación. En este sentido, no es de esperar que sobrevengan imposiciones relativas a la privatización de las jubilaciones, aunque eso requiere una ley del Congreso. Sí es esperable un ajuste severo en la seguridad social, como la Asignación Universal por Hijo, y la revisión y auditoria de las asignaciones que requieren aprobación administrativa.

La relación con los principales destinos de exportación de Argentina –China y Brasil– se verá inmediatamente lesionada. Es obvio que no se terminarán los lazos, pero sí que no avanzarán del mismo modo, sobre todo por el alineamiento pretoriano con Estados Unidos, que nunca fue fuente de inversiones en infraestructura sino de intervenciones financieras.

Puede congelar todas las contrataciones de empleados del Estado en el último año y, también, las paritarias de los empleados públicos, en todas las jerarquías y niveles.

Puede suspender inmediatamente la incorporación de trabajadores no registrados en condiciones de jubilarse. Es el fin de las moratorias previsionales. En pocos años, esas son decenas de miles de personas que quedaran con el sólo sustento de sus familiares.

La venta de empresas del Estado requiere de leyes del Congreso, su abandono y desguace no. Tampoco una reestructuración para la incorporación de sectores privados en la joya del país: YPF.

En lo que compete al sistema nacional de ciencia y técnica, que va del Conicet al INVAP, al INTA o al INTI, o a la CONAE, el ajuste puede esperarse de forma inmediata. El retraso en nuestro desarrollo de punta costará no sólo por la desarticulación de proyectos, sino por la pérdida del personal más capacitado del país.

Las universidades nacionales pueden despedirse de todo tipo de actualización presupuestaria. El 2018, año de las tomas de universidades, crisis salarial y crisis presupuestaria, quedará como un recuerdo risueño.

La obra pública puede paralizarse sin más, pues depende directamente de cómo el Estado movilice. En la región santafesina eso quiere decir que no hay motivos para que se termine el Gasoducto de la Costa o el Circunvalar ferroviario. También significará que no habrá fondos para las defensas en las inundaciones que se esperan durante el próximo año.

Toda inversión en cultura es cosa del pasado. Esto afecta a todas las industrias culturales, desde la compra de libros de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares al sustento de todos los festivales folclóricos del interior del país.

Las políticas de contención en violencia de género, en educación sexual integral y en cuidado de las disidencias y diversidades son cosa del pasado. No habrá dinero ni para atender las infancias. El recorte aquí será integral y tajante, incluso como una expresión agresiva.

• Las políticas ambientales serán nulas. Ni siquiera habrá gestualidad, menos todavía asignación presupuestaria. Los parques nacionales serán coto turístico para la intromisión privada.

Puede también Javier Milei suspender la emisión de todos los Aportes del Tesoro Nacional. Si bien no puede suspender la coparticipación, sí puede demorar administrativamente los pagos.

Para las provincias, todas las provincias, y para los municipios, todos los municipios, el ahogamiento presupuestario va a ser insoportable. Tienen que negociar ya mismo con el gobierno entrante, sobre el que se desconoce todo, cómo carajo van a pagar salarios de diciembre y aguinaldos. Además, las provincias y los municipios están también endeudados en dólares y dólares no hay.

Es muy probable que la mayor parte de los votantes de Javier Milei no esperen este resultado y esperen genuinamente por una mejora en sus vidas. Acaso tampoco esperen nada y esta elección haya sido una gigantesca escena colectiva de catarsis y rechazo. El electorado tramitó sus justificadas frustraciones de este modo. Lo que es hoy frustración, en pocos meses, será una angustia muy, muy dolorosa y devastadora. Y allí empezará de nuevo la política. 

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