Conocido por sus posturas homoodiantes y negacionistas, Nicolás Márquez fue entrevistado en su programa por Ernesto Tenembaum, que recibió un tendal de críticas por exponer estos discursos.

“Es un reportaje muy atípico”, anticipó el periodista Ernesto Tenembaum al iniciar en Radio con Vos la entrevista que dejaría a las redes sociales repletas de críticas por parte de quienes miran con preocupación el fenómeno libertario. El entrevistado fue el escritor Nicolás Márquez, amigo del presidente Javier Milei.

El nombre del escritor empezó a circular en los últimos días por ser el autor, junto a Marcelo Duclos, del libro Milei, la revolución que no vieron venir, que será distribuido en más de 15 países. Este texto intenta recrear la vida y el ascenso vertiginoso de Milei al poder.

Sin embargo, Márquez es más conocido no por su escritura asociada a las biografías, sino por sus reiteradas producciones en busca de una “memoria completa” sobre los 70 y una abierta confrontación contra la “ideología de género” y el “lobby LGBT”.

Las críticas no solamente fueron para el contenido (condenable) de la entrevista con las aseveraciones del escritor, sino también para Tenembaum por haber buscado el reportaje y exponer abiertamente esas ideas que resultan, por lo menos, peligrosas.

En mi opinión, el acontecimiento produjo un debate en términos periodísticos del cual no tengo una postura zanjada. Precisamente, porque dar exposición al discurso de alguien como Márquez es equiparable a entrevistar a un neonazi, visibilizar un contenido riesgoso y normalizar esas posturas. Por este motivo, propongo repensar la decisión periodística desde dos dimensiones, sin haber llegado aún a una conclusión definida sobre cuál sería la opción correcta, asumiendo que la existiera.

“Conducta insana”

“Son datos objetivos” fue la frase que repitió una y otra vez Nicolás Márquez a lo largo de la entrevista para justificar un eje central de su trabajo bibliográfico: la patologización de la homosexualidad. Así, calificó a la homosexualidad como una “conducta insana” y que el Estado no debería acompañar con políticas públicas de protección porque es “financiar una conducta autodestructiva”.

Obviamente, las afirmaciones de este escritor no pasaron desapercibidas por el equipo radial, que lo cuestionaron rápidamente. “Me cuesta mucho no saltar y cagarlo a trompadas”, dijo Tenembaum. “Tenés la mente arruinada”, le expresó Jairo Straccia fuera de aire. Sin embargo, al aire no fue suficiente el esfuerzo por demostrar que el razonamiento de Márquez es falso.

En este aspecto es que me resulta válida la perspectiva de cuestionar el motivo de la entrevista si no es a partir de un enfoque crítico del discurso dudosamente académico de Nicolás Márquez.

Por ejemplo, el escritor enumeró una serie de supuestos datos estadísticos que asocian a las personas homosexuales a una menor expectativa de vida, a un mayor consumo de drogas y tabaco, a mayor propensión al suicidio y a una mayor exposición a infecciones de transmisión sexual. Por lo tanto, la homosexualidad sería una “conducta insana”.

Sin embargo, aun con los esfuerzos realizados por Tenembaum y su equipo, no fue suficiente para evidenciar que el razonamiento es falso y que el discurso de Márquez es solamente discriminatorio y excluyente. De modo que, incluso si asumiéramos que las premisas de Márquez fueran ciertas, las conclusiones son falsas y lo que existe es una asociación libre de estadísticas al servicio de falsos axiomas esencialmente discriminatorios. Es decir, Márquez toma supuestos datos de la realidad de manera aislada para justificar prejuicios ideológicos disfrazados de una falsa erudición intelectual.

Entonces, el problema está en que el fragmento que circula en las redes sociales es el que comprende las declaraciones más polémicas de Nicolás Márquez, ya que maridan mejor con los algoritmos y la lógica de circulación de la información en las redes. Discriminatorias y estigmatizantes, por supuesto, pero son las que mejor funcionan en la tiranía del like ¿Habrá pensado Tenembaum que ésta sería la consecuencia inmediata de su entrevista? ¿Lo habrá inspirado la repercusión política que podría llegar a tener? ¿O habrá pensado que era necesario mostrar a su audiencia quién es Nicolás Márquez, alguien que forma parte de nada más y nada menos que la intimidad del Presidente de la Nación?

Pero, por otra parte, no considero que la viralización de las declaraciones de Márquez produzcan una mayor exposición de una figura que ya está lo suficientemente expuesta. Esto es, el episodio de Radio con Vos forma parte de un continuum de la proliferación y crecimiento de estos discursos en vastos sectores de la sociedad, tanto online como offline, y de los que llevaron a que tengamos hoy a Javier Milei como presidente. En este aspecto es donde no estoy de acuerdo con la crítica a la entrevista.

Ya están entre nosotros

Desde hace varios años que se propagan masivamente los libros de autores liberal/libertarios como Nicolás Márquez, Agustín Laje o Álvaro Zicarelli, y esto ha revestido interés para investigadores a nivel nacional. Tal es el caso de lo que viene estudiando Ezequiel Saferstein, Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires e investigador en la Escuela IDAES de la Universidad de San Martín. De acuerdo a sus investigaciones, libros como los de Nicolás Márquez o de Agustín Laje comenzaron un proceso de expansión y de creciente interés para las editoriales por su éxito comercial.

Con la publicación exitosa de El libro negro de la nueva izquierda, Márquez y Laje realizaron giras por América Latina y España. Como indica Saferstein, para estos sectores “el libro aparece como un objeto legitimador que les permite a sus autores abrirse camino dentro de distintos ámbitos de pertenencia, como puede ser por ejemplo el espacio intelectual y político de las derechas”.

Las presentaciones de estos libros son reiteradas y multitudinarias, y han funcionado como instancias politizadoras para vastos sectores de jóvenes que se ven interpelados por estos discursos y que se acercan a debatir y escuchar a los autores. Es así que los libros de Márquez y Laje son herramientas que utilizan como referencia y material de estudio y discusión.

Por lo tanto, no considero que resulte válido cargar las culpas a una entrevista radial de exponer figuras que ya son públicas y que ya están ampliamente expuestas. Porque el ocultamiento funciona como una manera de plantear la inexistencia política de amplios sectores de la sociedad que, por haber sido considerados irrelevantes y minoritarios, han hecho de la victoria de Javier Milei un acontecimiento sorpresivo. En todo caso, habría que reconocer que estamos atravesando una desmarginalización política de sectores que años atrás eran marginales y se encontraban en la subalternidad.

“Ahora hay más libertad para opinar” comentó al pasar Nicolás Márquez durante la entrevista. ¿Eso no es sintomático de la coyuntura que estamos atravesando de empoderamiento de estos sectores? Es más, no solamente Márquez comparte reuniones en Olivos con Javier Milei, sino que, tal como mencionó Tenembaum, comenzó a perfilarse como futuro candidato a diputado nacional para el año que viene.

Entonces, ¿seguirá siendo lógico ocultar la existencia de Nicolás Márquez? Considero más atinado pensar que sería mejor ir delineando estrategias para exponer, debatir, criticar y demostrar lo dudosas, falsas y mentirosas que resultan sus endebles producciones intelectuales. No creo que su negación y ocultamiento sea el mejor remedio para combatirlos políticamente, porque por ahora parece no haber marcha atrás en la emergencia de esta nueva derecha.

De este modo, será necesaria la tarea de ir encontrando los puntos de penetración en ese bloque discursivo tan autosuficiente que parece articular un personaje como Márquez. Por ejemplo, antes de comenzar a debatir, el escritor puso como condición a la interpretación de sus palabras que no se puedan “atribuir a Milei”, es decir, pidió despegar a Milei de lo que diría en la entrevista. Dicho esto, ¿por qué sería conflictivo asociar a Milei con Márquez? ¿Por qué sería problemático asumir que Milei está de acuerdo con la propuesta de Márquez, con el que comparte intimidad y públicamente muestra identificación? ¿Qué es lo que asume Nicolás Márquez que puede ser costoso de atribuir a Javier Milei sus propios dichos?

Dejar respuesta

Por favor, ¡ingresa tu comentario!
Por favor, ingresa tu nombre aquí