El tiempo, los mitos y los dioses cobran vida en “Se viene el agua”, el nuevo disco de Hugo & Los Gemelos, que será presentado en La Moreno el 8 de junio. ¿Están preparados para escuchar una nueva historia?

Hugo & Los Gemelos navegan por los mitos, el tiempo y el vino en su nuevo disco “Se viene el agua”, que presentan en La Moreno el 8 de junio. En la previa, nos sentamos con Martín Pedretti a escuchar el álbum. El Brujo está sentado en el suelo, con los ojos cerrados y el aire de Capilla del Monte que le enfría la garganta cuando inhala con fuerza, como está haciendo desde hace un rato. En su intento por vivir plenamente el presente, el aquí y ahora, se despreocupa de su amigo que tiene al lado, el Yogui y también se olvida de él mismo, de cómo lo conocen y de lo que se espera de él, de a poco, hasta se abstrae de su misma presencia en ese lugar. El silbido del aire y el latido de las venas se afinan en una misma nota o, en todas al mismo tiempo, lo que sería un ruido blanco. O también podríamos ponerle “equilibrio” a esa confluencia simultánea que mantiene a todos los elementos del universo en su lugar, lo que sería una definición de “la fuerza” del universo Star Wars. 

Bueno, en ese momento preciso en el que todo se sincroniza, se trasluce desde el éter hacia la mente del Brujo una plegaria (“¡Oh, Dios! no me dejes… ser un complaciente”) y también algunos pensamientos que, todavía no lo sabía él, adoptarían la forma de canciones para actuar como germen de lo que hoy conocemos Hugo & Los Gemelos.

Algunos de esos esbozos que bajaron hasta Martín Pedretti, el Brujo, aquel día en las sierras cordobesas son además parte del nuevo álbum del grupo, Se viene el agua, que salió el 10 de mayo y se puede escuchar por YouTube, Spotify y alrededores. 

Este, su segundo álbum largo, califica como una descripción puntual sobre el panorama actual de las cosas. Con esta decena de canciones como impulso, H&LG empieza a ganar altura en el cielo de la música santafesina animándose a invocar deidades bíblicas y también terrenales, como Messi, haciéndole un guiño a Birri y, sobre todo, hablando de los temas universales como el tiempo, los mitos y el vino, aquellos grandes temas de la existencia que queda bien solo en la boca de algunos. Algo de eso vio en ellos Mario Breuer, la eminencia que masterizó el disco, material y espiritualmente también, en un punto: “Nos hizo el ‘clic’ hablando por Zoom, cuando le preguntamos si se le ocurría un orden para los temas del EP, que nos dijo ‘todo bien con los EP, pero ustedes tienen que escribir otros cinco temas tan buenos como estos y hacer un disco, porque sí, en el rock te califican por tus canciones, pero te valoran por tu obra”, rememora El Brujo charlando con Pausa mientras empieza a sonar el primer tema del disco.

Enanos mágicos: La apertura está a cargo del ukelele del gemelo Facu Gemignani, que nos levanta por la escalera con una escalada hasta ponernos de cara a cara con El Mismísimo. “Este es de ese viaje a Capilla del Monte, yo estaba solapa, ahí en la montaña en plena purificación de data y todo eso. Y bueno, es una plegaria humana, como un diálogo con Dios, que es el que contesta ‘Enanos mágicos’ por nosotros. También hay por ahí algo de Chiquito Romero hablando de Messi, pero en sí es una catarsis que no tenía pensada para hacerla pública. Mirándolo de afuera, lo veo como una inmolación de alguien que se asume egocéntrico y todo eso que dice la canción, para poder hacer borrón y cuenta nueva a nivel humano. Del otro lado lo tenés al enano mágico que no se la manda nunca”. Power total con Bruno Gramaglia en la batería.

La Fruta: Uno de los pocos covers que se le conoció a la banda. Originalmente de Los Puestitos, donde tocaba también el actual percusionista gemelo Plinky Baima y que en este tema también canta, era más una fanfarria circense devenida a un swing jazz con un poquito de actitud punk y, paradójicamente, con una letra que funciona como manifiesto gemelo (“consumimos energía antinatural, que se acabará cuando aprendamos el cultivo libre, educativo, cultural, universal”) y que cuadra al detalle con su estética. “Es hermana de ‘Vitivinicircus’ (canción del disco Esos que están en esa, de 2015), un poco es un homenaje también a su autor, el “Pela” Fernández, que falleció hace unos años y terminó siendo una pilcha que nos probamos y nos quedó”, admite el Brujo.

Puesto solo: “Es una oda a la abstinencia”, dice el autor. “Creo que después de superar ese hartazgo de ser que se siente cuando atravesas ese estado, queda un combustible creativo muy potente”, desarrolla antes de agregarle contexto: esta canción está escrita después de las primeras semanas de la cuarentena del coronavirus, de nuevo solo, intentando adivinar las figuras contenidas en la silueta de un árbol, tratando de caminar los pasillos mentales de Van Gogh y todo musicalizado por una banda en total trance babasónico sopado en vino con mucho cuerpo gracias a las percusiones varias de Sebastián Villar y Plinky.

Gualeguaychú: Clásico gemelo escrito y compuesto por Facu Gemignani antes de integrar el grupo. Una ranchera entrerriana que entra con el bajo de Nico Bordón y te saca a bailar en caravana al galope de la batería y con el sabor de las guitarras exquisitas de Pato Fornillo. Cuenta la leyenda que en un cumpleaños con guitarreadas incluidas, el Brujo y Nano (ex percusionista gemelo) escucharon a “un abogado gigante que cargaba una banda de instrumentos. Le preguntamos de quién era ese tema y cuando nos contó que era suyo le dijimos que en dos semanas lo íbamos a volver a tocar con la banda, con él o sin él”. 

Se viene el agua: El malambo que le da el título al disco, marca el fin de la primera mitad del álbum y es a lo mejor el más solemne. Aunque nació de una zapada obligada mientras esperaban a un gemelo que había salido a hacer un mandado, la canción desparrama advertencias desde el título mismo hasta el peligro de seguir atrás de los “falsos dioses que nos han prometido”, mientras la tierra, herida, sigue soportándonos a pesar de todo. Esta canción ya tiene videoclip, en el que se representa mucho de esto con una estética neorrealista y hasta con un gancho a Los Inundados, de Birri.

Guanaco: Es una canción para superhéroes, no hay otra. Ideal para el momento de la película en la que Spiderman empieza a desarticular asaltos en las calles de Queens. No obstante, en las encarnaciones en vivo de H&LG hay un personaje autóctono, Súper Ozono que, para el caso, resulta todavía mejor que el arácnido. Nicolás Serrano en trompeta y Francisco Cecchini a saxo alto, los más valiosos de este track que, se rumorea, tendrá merchandising propio.

Tomando vino: “Este es otro que nació improvisando y lo hicimos juntos con Facu (Gemignani). Él tiró un acorde y yo lo seguí, empezó a recitar y se fue armando solo. Con él hemos tenido varios momentos así, por ahí nos colgamos a 45 minutos tocando El Flautín de los cuises (otro de Esos que están en esa) y termina saliendo algo como esto, que cuando se lo llevamos al productor (Leo Costa, que también puso algún que otro Rhodes) nos dijo que no se le tocaba nada”. Una sola línea, premonitoria, alcanza para dimensionar la lucidez de esta canción respecto al momento histórico en que surgió: “Dejame soñar que existe la libertad”.

El Brujo: Otra bien hollywoodense, principalmente por el Shruti Box que le da ese silbido grave que asienta la atmósfera, mientras guitarras y ukeleles de nuevo marcan la marcha, creando un clima de persecución western mientras la profecía es repetida: “el misterio es que creas lo que pensás”. Si por el autor fuera, la letra de esta canción podría leerse en sus tablas sagradas: “Esa frase me la dijo la Abuela Margarita, una señora maya y eso me quedó como un germen para después seguirla”.

Roberto Arlto de todo: un rocanrol que venía cajoneado entre los inéditos. En la versión de estudio se escucha al principio una sintonía, esa que intenta dominar la banda durante el vivo y que llega al clímax con este tema: “Hay una cosa también de tocar en lugares en los que podamos estar cerca del público, porque a veces el espacio vacío es más que el de la gente y eso es mucho éter que vos no podés canalizar. Es energía perdida”, aclara el Brujo.

Guaymallén en Las Vegas: Para redondear esta pieza de su obra, un broche con Lautaro Ruatta abriendo la caja de los personajes que animarán el show. Un mexicano bajo interrogatorio llamado Jessie, el psicoanalista Juan Ángel, el abuelo Hugo y El Tano son las voces de la conciencia en un pánico y locura litoraleño. “Es el Eye of The Tiger para el Chino Maidana”, remata el Brujo.

La próxima encarnación

Tras un exitoso debut a sala llena en Rafaela, Hugo & Los Gemelos vuelve adonde todo empezó, a Santa Fe, para presentar Se viene el agua, su nuevo disco, en La Moreno (Marcial Candioti 3341) el sábado 8 de junio a las 21. Las entradas se pueden comprar online por Ticketway.

Sobre el show, cada episodio gemelo desarrolla “una nueva historia que intenta ser contada, donde voces y personajes encarnan e instrumentan ocurrencias entre temas y climas sonoros, haciendo de puente entre la música y el público, dotando de una nueva dimensión a los paisajes que despiertan las canciones.”

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