La motosierra de Javier Milei implica una desinversión por 58 mil millones de pesos y el abandono de 53 proyectos. Hablamos con funcionarios provinciales y municipales sobre las gestiones que están realizando.

El 26 de marzo pasado, el presidente Javier Milei disertó en el International Forum of the Americas (IEFA) Latam 2024 y, ante un entusiasta auditorio que lo aplaudió acaloradamente —compuesto por ejecutivos de empresas multinacionales, magnates del establishment financiero y líderes políticos mayoritariamente de derecha—, se manifestó “profundamente orgulloso” de haber dado de baja la obra pública en Argentina, a la que calificó como “un foco de corrupción”. 

Para la provincia de Santa Fe, la decisión del jefe del Poder Ejecutivo implica una desinversión por 58 mil millones de pesos y el abandono de 53 proyectos. Entre ellos, proyectos para mejorar o ampliar rutas, en un territorio donde el último informe de la APSV indica que anualmente más de 10 mil personas resultan lesionadas en siniestros viales y 1.300 de ellas sufren traumatismos graves. En la ciudad capital, en tanto, la desidia de Nación perjudica a vecinos de 14 sectores, muchos de los cuales ven ahora frustrados sus deseos de vivir en un entorno digno, con lo mínimo: cloacas, iluminación, pavimento, veredas. 

Ante este panorama, funcionarios de los distintos estamentos del Estado santafesino iniciaron insistentes gestiones para ser escuchados por sus pares de la administración Milei. Hasta el momento, las respuestas han sido pocas y vagas, pero aquéllos aseguran que no cejarán en sus esfuerzos para que la provincia y la ciudad de Santa Fe reciban lo que les corresponde.

Obras en la provincia: un toma y daca muy desigual

Frente a un Gobierno nacional que desprecia la obra pública y les niega recursos a las provincias para ejecutarlas, las negociaciones de cada jurisdicción se hacen muy cuesta arriba, y en cuentagotas. Pero Santa Fe, dicen quienes están a cargo de esas negociaciones, no está dispuesta a resignarse. En primer lugar, porque no coinciden con la postura de Javier Milei. 

—Son expresiones del Presidente, tiene que explicarlas él. Nosotros tenemos otra visión. Primero del Gobierno y segundo de la obra pública —comenzó en diálogo con Pausa el ministro provincial del área, Lisandro Enrico—. La obra pública sin corrupción genera oportunidades y trabajo genuino, y mejora la calidad de vida de los ciudadanos. Santa Fe tiene la decisión tomada de hacer un programa de obra pública lo más robusto posible e invertir en obra pública, como lo hicimos siempre. Y lo vamos a hacer con transparencia y claridad.

—¿Y cómo llevan adelante las conversaciones, teniendo estas visiones tan distintas? 

—Es que el Gobierno nacional parte de una premisa: ‘se corta la obra pública’. Ese es el concepto, la regla. Y la excepción para ellos es ‘alguna obra que tengamos que hacer, la vamos a hacer’. 

Como ejemplo de eso último, el ministro de Obras Públicas de Santa Fe se refirió a la reparación del Puente Carretero Santa Fe-Santo Tomé, que comenzaría a principios de mayo con fondos nacionales. Pero se trata de una mera excepción, surgida de una innegable urgencia. El propio Enrico lo reconoce: esos trabajos se harán “porque no quedaba otra, y debe ser la única obra pública nacional en territorio santafesino en marcha”.

Mientras tanto, en términos generales, “la decisión es que las obras las haga el privado… no sé cómo, pero esa es la postura del Presidente”, deslizó, con evidente disconformidad. 

Prioridades 

—Hace poquito usted decía que se está negociando una suerte de intercambio de trabajos con la Nación. ¿Es ese el punto al que hemos llegado, no? De tener que negociar lo mínimo; que se haga solo mantenimiento, ni siquiera que se arranquen o se continúen trabajos.

—Eso es lo que desde el Gobierno plantean: ‘tenemos la posibilidad de hacer solo algunas reparaciones’, y nos pide a las provincias que hagamos las obras que ellos han dejado.

En ese desigual toma y daca con el Gobierno central, Provincia ofreció, entre otras cosas, tomar la iluminación de la Circunvalación Oeste de la ciudad capital, a cambio de que Nación se encargue de arreglar la cascada del arroyo Saladillo en Rosario. Sobre la primera, Enrico remarcó: “nosotros tenemos interés en que esas tareas, que son en una ruta nacional, se hagan. Y ellos tienen la idea de rescindir ese contrato. Entonces, estamos dispuestos a tomar la obra”. 

Luego, la gestión de Maximiliano Pullaro tiene como prioridad número uno las mejoras en la Ruta N°11 y sus empalmes. “Esa es una obra que estamos pidiéndole encarecidamente a Nación”, admitió el ministro. Primero, porque “es la ruta nacional más larga que pasa por la provincia”. Segundo, porque de las 10 mil personas que resultan lesionadas anualmente en siniestros viales en territorio santafesino, buena parte de ellas sufrieron esas lesiones en la RN11. 

Ping pong: obras en la provincia

Teniendo en cuenta esa lista de 53 obras que la administración de Milei frenó, Pausa consultó al ministro Enrico por algunas de ellas: 

  • Ampliación de la planta de agua potable de ASSA en la ciudad capital, que tiene por objetivo aumentar la producción en un 75% y cubrir la demanda hasta 2050: “Estamos tratando de que Nación retome el financiamiento. Estamos en esa gestión”.
  • Duplicación de calzada en la Ruta Nacional 34: “Ellos (por los funcionarios de la secretaría de Obras Públicas nacional) tienen pensado un esquema de retomar esa obra. Porque estaban avanzando. Cuando vos tenés un contrato firmado y ejecutado en un 70%, rescindirlo también tiene sus riesgos, sus costos. Entonces a veces conviene más terminarla”. 
  • Conversión en autopista de la RN33 en el tramo Rufino-Rosario: “Estamos tratando de que reparen la actual ruta 33. Imagínense. Estamos pidiendo lo mínimo: alzar la banquina, cortar el paso. La autopista no está en los planes, claramente”.
  • Construcción de un tercer carril en la Autopista Rosario-Buenos Aires: “No. El único tercer carril que se va a hacer en la autopista lo va a hacer la provincia de Santa Fe en el tramo primeramente Rosario-San Lorenzo. La vamos a hacer como gobierno. Ya la tenemos en proceso”. 
  • Costanera Néstor Kirchner (a continuación de la Costanera Este de Santa Fe), segundo aulario para la Universidad Nacional del Litoral y trabajos en las tomas de agua y planta de tratamiento de líquidos cloacales en Llambi Campbell: “Nos informaron que no las van a continuar”. 
  • Obras en convenio entre el Gobierno central y municipios y comunas: “Nos dijeron que las van a dar por terminadas. Todas”. 

—¿De qué otros proyectos que había prometido hacer Nación va a hacerse cargo Provincia en el próximo tiempo? —preguntó Pausa.

—Es lo que estamos analizando. Hay cerca de 1.600 que están parados y podemos tomar algunos. Somos un equipo de mucho trabajo, le dedicamos muchas horas. Y tenemos el apoyo del gobernador. Yo creo que administrando bien y cuidando el peso de los santafesinos, sin corrupción, la obra pública se puede y se debe hacer. Y Santa Fe es una provincia donde se va a hacer obra pública —confió Enrico.

La ciudad tampoco se rinde

Los dichos del presidente Javier Milei del 26 de marzo pasado, cuando ante empresarios y políticos se ufanó de la erradicación de cuajo de la obra pública, no sorprendieron a nadie. El mandatario venía sosteniendo desde el inicio de su gestión que erradicaría todo tipo de inversión estatal que no esté destinada al sector privado. Y lo está cumpliendo. 

Por ello, incluso previamente a esas declaraciones, el Concejo puso en marcha un reclamo orgánico por los trabajos que quedaron frenados en la ciudad, y que forman parte de convenios firmados entre el Municipio y la Nación. Así, el 22 de marzo se creó una comisión especial para llevar adelante conversaciones en ese sentido. Dos días antes, ediles locales habían mantenido un encuentro con referentes de la Cámara Argentina de la Construcción, y ese encuentro los había dejado con una enorme inquietud. La titular del Cuerpo deliberativo local, Adriana “Chuchi” Molina, formó parte del cónclave, y contó a Pausa: “nosotros ya entendíamos lo que estaba sucediendo, pero nos alertó mucho más esa reunión, ya que ellos nos plantearon su preocupación, muy fundada, por la paralización de las obras. Por un lado, porque muchas de las empresas habían hecho inversiones importantes y no tenían el recupero, y además, y especialmente, porque eso implicaba concretamente despidos”.

El 10 de abril siguiente, Molina viajó a Buenos Aires junto a los ediles Leandro González, Silvina Cian y Carlos Suárez. En CABA fueron recibidos por los senadores nacionales Carolina Losada y Eduardo Galaretto, a quienes les entregaron una carpeta con el detalle de las 14 obras que el Gobierno central frenó en Santa Fe. La misma documentación fue remitida al secretario de Obras Públicas de la Nación, Luis Enrique Giovine, al que además instaron mediante una nota a suministrar “información fehaciente respecto del estado de situación” de esos proyectos.

El 10 de abril, Molina y concejales viajaron a Buenos Aires para gestionar la reactivación de las obras paralizadas.

Según remarcó la concejala, la búsqueda radica fundamentalmente en hallar certezas. “Lo que más nos interesa plantear es la certidumbre. Porque entonces ahí sí nosotros podemos avanzar quizás con pedir que se terminen algunas obras con presupuesto municipal, y más que todo con presupuesto provincial”.

Lo posible y lo deseable 

A la hora de fijar prioridades, la concejala Molina se refirió a tres obras de las 14 pendientes. Si bien remarcó que “todas son importantes”, argumentó que en estos casos no solo son proyectos “integrales” para los barrios (“y eso es lo que los vecinos perciben de un modo directo”), sino que además tienen un nivel de ejecución muy avanzado. Se trata del Programa Integral de Hábitat y Vivienda, sector Noroeste, que incluye obras en el espacio público y Boulevard 12 de Octubre de B° Yapeyú, con un 98,11% ya hecho; de las obras de infraestructura y saneamiento en barrio Los Hornos (83,66%); y de las tareas de pavimentación y tareas complementarias en barrios Transporte y Villa Elsa (62,30%). 

Asimismo, aunque con un menor grado de probabilidad respecto a su terminación (está en un 43,38% de avance), también nombró particularmente las obras de equipamiento comunitario, alumbrado y espacios públicos en Varadero Sarsotti. 

Hay otros ocho proyectos que están sumidos en la mayor incertidumbre por el desfinanciamiento resuelto por Javier Milei; son los que siguen: 

  1. Desagüe pluvial colector principal Larrea 2ª etapa- Desagüe sobre Camino Viejo a Esperanza y obras de descarga: paralizado. 
  2. Pavimentación y desagües pluviales en calle Presbítero Dusso, entre Zeballos y Regimiento 12 de Infantería, y calle Alberti entre Av. Peñaloza y Pbro. Dusso: 0,24% de ejecución. 
  3. Pavimentación de calle Aguado entre Chaco y Doldán: 44,49%.
  4. Obra integral en la Costanera Néstor Kirchner: 0,1198%. 
  5. Puesta en valor del Teatro Municipal: paralizada.
  6. Obras viales y saneamiento en barrios Atilio Rosso, Estrada y Santa Rosa de Lima: 52,65%.
  7. Estación y plaza en barrio Las Lomas: 61,75%.
  8. Obras de infraestructura urbana, saneamiento, espacios públicos y vivienda en barrio 29 de Abril: 26,4%.

Por su parte, la refacción de la Terminal de Ómnibus de Santa Fe, según los datos disponibles, estaría terminada, pero falta la recepción de la obra. En similar situación se encontraría, aunque con recepción provisoria, el Programa Integral de Hábitat y Vivienda, sector noroeste. 

—¿Cuál es su opinión acerca de que el Presidente se siente frente a empresarios y diga que está orgulloso de frenar la obra pública porque es un nicho de corrupción? —le consultamos a la presidenta del Concejo de Santa Fe, Adriana Molina. 

—Yo me quedo con las palabras de mi gobernador. Trato de enfocarme en lo que plantea (Maximiliano) Pullaro, que le da a la obra pública y a la producción, fundamentalmente, el mayor énfasis. No puedo enfocarme en lo que dice el Presidente.

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