ANUARIO 2024 | Las provincias, las más afectadas por un ajuste que continuará en 2025.
El mes pasado, en su visita a las oficinas de la billetera digital Ualá, Milei dijo que prefería estar ahí antes que inaugurando una obra pública “costosa, ineficiente y que no sirve de nada”: “De hecho no puedo inaugurar una obra pública porque la corté de cuajo”, agregó.
Esas obras que Milei se jacta de haber paralizado porque “no sirven de nada” son rutas, hospitales, escuelas, agua potable y cloacas. Son obras que transforman vidas, y que si el Estado no las hace, no las hace nadie. El gobierno tiene como única meta alcanzar el equilibrio fiscal a costa de un enfriamiento de la inversión pública que empeorará notoriamente la calidad de vida de las y los argentinos (principalmente en las provincias), y cuyos efectos más graves solo podrán verse en el largo plazo, cuando las rutas comiencen a llenarse aun más de pozos y los hospitales se caigan a pedazos.
El recorte en obras públicas en 2024 fue del 77,6%. Al no tener un presupuesto aprobado por el Congreso, Milei pudo manejar los fondos a discreción, y le negó sistemáticamente los recursos a las provincias para ejecutarlas. En Santa Fe, la desinversión fue de 58 mil millones de pesos, y se abandonaron 53 proyectos.
En el Presupuesto 2025, solo el 5,2% del total de las partidas para obras públicas está asignado a Santa Fe, que representa el 8,3% del padrón nacional. Son 61.780 millones de pesos para 26 obras (5,2% del total a nivel país), apenas un 2,9% por encima del presupuesto de 2023, que financió 84 proyectos (un 12,2% del total).
La ciudad de Santa Fe y la región no recibirán recursos para obras en todo el año. ¿El motivo? No hay plata, ni para la ampliación de la planta potabilizadora de Aguas Santafesinas, ni para las obras del Plan Circunvalar Ferroviario, ni para el nuevo puente entre Santa Fe y Santo Tomé, ni para la reanudación de la Costanera Néstor Kirchner.