Eruca Sativa fue parte de los festejos por los 15 años de Tribus y renovó sus credenciales como la topadora del rock argentino.
En menos de una hora de show, Lula Bertoldi, Brenda Martin y Gabriel Pedernera dieron una cátedra musical condensando técnica, potencia y sensibilidad. La banda —que ya lleva 18 años de recorrido— volvió a la ciudad como parte de la grilla aniversario de Tribus, respetando a rajatabla los horarios del festival. Lo suyo fue una demostración quirúrgica de rock en estado puro: no hizo falta más que un buen pisotón para dejar marcar su huella y sus tres cuerpos alcanzaron para abarcar el escenario titánico que se montó para la celebración.
Todavía con la adrenalina del recital en el cuerpo, Lula Bertoldi compartió algunas sensaciones: “Santa Fe es un lugar muy importante para el rock argentino. Lo sentimos con Eruca siempre, porque han salido grandes bandas de acá que fueron influencia para nosotros”. No es una frase de compromiso: Lula nació acá cerca (es sunchalense), y aunque la formación de la banda ocurrió en Córdoba, hay algo del rock santafesino latente en ella, como su admiración por La Cruda.
Sobre la identidad sonora de la banda, Gabriel Pedernera lo dice sin rodeos: “A mí me gustaría que sonemos como Eruca”. La suya es una búsqueda de autenticidad más allá de etiquetas geográficas. “Somos parte de un movimiento que arrancó a fines de los 2000, con muchas bandas del interior como Sig Ragga. Pero nuestro sonido siempre está mutando. Ojalá siempre sea el sonido de Eruca”.
Brenda Martin, por su parte, aporta una clave: “Nos atraviesa el folclore también, eso que mamamos en Córdoba, que es una ciudad donde conviven culturas y músicas de todo el país. Eso lo tenemos en la sangre”. Entre el pulso eléctrico del rock y las raíces mestizas, Eruca sigue apostando a un cruce que no teme al riesgo.
En diálogo con Pausa, los tres coincidieron en una idea generacional: ni ídolos consagrados ni emergentes, Eruca habita ese raro punto medio donde pueden dialogar con todos. Lula lo resume así: “Escuchamos bandas nuevas y decimos ‘¡qué groso!’. Esa conexión con los más jóvenes te da energía. La eternidad tiene que ver con estar conectado con todas las generaciones”.
Y aunque no se ven como referentes, es evidente que para muchas bandas más jóvenes lo son. Por eso, Eruca Sativa en Santa Fe fue también un gesto hacia ese ecosistema: tocar bien, sonar fuerte, demostrar que todavía hay cuerpos que se entregan al escenario sin importar el reloj ni el cartel.
—Antes de despedirse, una última pregunta rápida: ¿colaboración soñada?
—Gabriel: Paul McCartney.
—Lula: St. Vincent.
—Brenda: Mercedes Sosa.
—Lula (con una sonrisa): ¡Ay, qué lindo!
Con esos tres nombres, la banda deja entrever su espíritu: vuelo, sensibilidad y raíz. A los shows de Eruca Sativa en Santa Fe no le hacen falta fuegos artificiales para brillar (aunque a Lady Gaga no le quedan mal tampoco, eh). Por ahora, a la topadora le alcanza con su precisión quirúrgica, su entrega y su potencia emocional. En medio de la celebración de un espacio clave para la cultura santafesina como lo es Tribus, el trío ratificó sus credenciales como banda imprescindible del presente. Mañana serán leyenda. Hoy son realidad.