En la madrugada de este sábado el expresidente brasilero, condenado por haber participado del intento de Golpe de Estado contra Lula tras las elecciones del 2022, fue detenido. El juez Alexandre de Moraes ha decidido su entrada en prisión.
El expresidente brasileño Jair Bolsonaro fue arrestado este sábado por la Policía Federal en Brasilia, en una medida preventiva ordenada por el Supremo Tribunal Federal (STF). Según el comunicado oficial, la orden se dio para “garantizar el orden público” ante su situación judicial.
Bolsonaro, que ya estaba bajo arresto domiciliario, fue condenado recientemente a 27 años y tres meses de prisión por su participación en una trama para perpetuarse en el poder. Entre los cargos que pesan sobre él están golpe de Estado, constitución de una organización criminal armada, daños agravados al patrimonio público y deterioro histórico.
La medida de detención no surge de un nuevo cargo, sino que forma parte del mismo proceso que lo llevó a ser condenado. La Policía Federal aclaró que la operación está vinculada a la trama golpista, aunque no es “parte directa de la misma”. Según medios como Folha, al menos cinco vehículos policiales llegaron al domicilio de Bolsonaro alrededor de las 6 de la mañana, y unos 20 minutos más tarde se concretó su traslado.
Esta detención llega después de que, apenas un día antes, los abogados del exmandatario habían solicitado al STF que le permitieran cumplir su condena en arresto domiciliario por “motivos humanitarios”. Sin embargo, el juez Alexandre de Moraes, que lleva el caso, decidió que ingresara en prisión.
En su sentencia, el juicio no solo prevé cárcel, sino también una inhabilitación política: Bolsonaro no podrá ocupar cargos públicos durante ocho años luego del cumplimiento de su pena, lo que, de no reducirse la condena, podría dejarlo fuera del juego político hasta aproximadamente 2060, cuando tendría más de 100 años.
Este episodio judicial es parte de una investigación más amplia sobre un supuesto intento de golpe tras las elecciones de 2022. La Fiscalía asegura que Bolsonaro lideró una organización criminal para mantener el poder, mientras que él se declara víctima de una persecución política. Además, se han ordenado otras medidas para monitorear su residencia: ya en agosto, el mismo juez Moraes dispuso vigilancia continua, reforzando la seguridad en su domicilio.
Fuentes: Folha / DW / Notimerica
