El Lic. trae suerte

Luego de haber tenido que soportar repetidas acusaciones por
parte de varios y varias miembros y miembras (y Niembra también) de este
distinguido periódico durante todo el año, que no hacen más que confirmar el
prejuicio de quienes lo vienen haciendo desde hace ya un considerable tiempo,
aprovecho ésta, mi Hora Libre, para defenderme y demostrarles que la han
pifiau. Sí, quiero que se haga justicia, aunque ello no repare los daños
causados a mi moral y, peor aún, vida social.
“Callate, mufa”, fue uno de los hitazos del 2014; o al menos
una de las referencias hacia mí más escuchadas en estos 365 días. Sí, así
tratan a sus compañeros los amigos del Pausa (amén de haberme dicho chupamedias
por haber tratado de “jefe” al jefe). Pero claro, no queda ahí la cosa. Como
todos sabemos, la mentira que viene de arriba echa raíces en las capas bajas y
también entre los lectores se propagó esta falacia: “El arte del buen mufar”,
fue el copete con el que un pausero del Facebook compartió una de mis columnas.
Seguro ustedes pensarán que “de la nada, nada proviene” y,
aunque sea mínima, alguna causa debe haber por la cual se tocan el o la
izquierdo/a cuando me ven venir, o me piden por Dalma, Gianinna y Benjamin que
no siga hablando. Estos ingratos se justifican en la columna Un embole mundial dedicada al homónimo donde dije que el fútbol era aburrido y resultó que fue el
mejor campeonato del mundo de los últimos 30 años y Argentina, después de 24
años, jugó los siete partidos de la competencia. De allí, el “Dale Lic. seguí
mufando que te falta un partido nomás”. Menos mal que nadie se acuerda que dos
números después escribí una columna donde menciono por primera y última vez a
Julio H. Grondona (Yo también me eduqué con Bilardo), fallecido 14 días
después, porque ahí sí que mi fama sería irreversible.
Pero así somos los argentinos, vieron: un potus siempre nos
tapa el bosque. Porque es mentira que sea mufa… todo lo contrario, como los
almuerzos de la Chiqui
Legrand, esta columna trae suerte, ¡carajo mierda! He aquí
las pruebas que no me dejan mentir.
1.- Escribí Indio hacer barullo, una crónica de lo que fue
Gualeguaychú con el arribo del ex Ricotero… y el ex Ricotero confirmó una nueva
fecha antes de fin de año en Mendoza, lo que significa un incremento de 25 o 30
millones de pesos en su cuenta bancaria, exentos de impuestos municipales por
espectáculos. De nada Solari.
2.- Y hablando de bancos, escribí ¡Clientes: atención!
narrando cómo el banco me clavó con una cuenta y una tarjeta, y díganme ustedes
cómo le ha ido a los bancos este año, ¿eh? Sí, ya sé, esta prueba es media
tramposa: los bancos nunca pierden, pero bueno, tengo que traer agua para mi
fuente, vieron.
3.- En esa misma columna que ya mencioné sobre la que se
funda mi fama mufística, invité a los lectores a ver las finales de la NBA que jugaba Ginóbili. ¿Cómo
le fue a “Manu”? Sí, salió campeón a los 36, venciendo al bicampeón reinante.
Punto para el Lic. Amén de que Argentina después de 24 años volvió a jugar una
final del mundo gracias a mi “mufada”. Pausa, vos también la tenés adentro.
4.- Este año me mudé a Gualeguaychú, me hice socio de
Juventud Unida, empecé a ir a la cancha (después de años de haber renunciado al
comercio futbolero), le dediqué la columna Sí, sí señores, yo soy de… al decano
papelitero y “el Juve” ascendió por primera vez en su historia de más de 100
años al Nacional B. Contundente.
5.- ¡Quiricocho! fue la bienvenida a Mostaza Merlo a Santa
Fe. Si bien Colón nunca salió de la zona de ascenso, la vuelta a Primera parecía
complicada… hasta que develé la razón por la cual Merlo vino al club del sur de
la ciudad. Doble cuota de suerte: Merlo recuperó prestigio y el Sabalero volvió
a la Primera
división de la AFA.
“No, graciavó”, como diría un amigo.
6.- “Llora lo que todavía no ha vuelto a ser”, escribí en la
columna dedicada a Mostaza, en referencia a Perico, hincha de Racing, quien
hacía 13 años no podía gritar campeón con su amada Academia de Avellaneda.
Perico, uno de mis ídolos literarios, me pidió expresamente que repitiera esa
frase en las columnas siguientes a modo de cábala. Llore de la alegría por lo
que ha vuelto a ser, maestro, el Lic. le ha traído un nuevo trofeo a sus
vitrinas. Es lo menos que podía hacer por usted, barrilete cósmico.
Creo haber demostrado que los responsables del Pausa son
unos ingratos mentirosos. Esto me lleva a considerar no volver a la página 3 el
año que viene (como la Chiqui,
que llega diciembre y siempre dice que es su último año en la TV). Aunque pensándolo mejor,
ya que demostré traer buena suerte, podría usar la columna como espacio
publicitario. Por un módico precio mensual puedo hacerles propaganda
subliminal… duplique y hasta triplique las ganancias de su negocio, no hace
falta que les dé más prueba de todo lo que este espacio provoca. ¡Y es año de
elecciones! ¿Están buscando una banca en alguna cámara o concejo, un sueldo
injustificado y una jubilación de privilegio obscena? ¡No lo piense más!
Publicite en la Hora Libre
que el Lic, sí, el Lic. se quedará con su dinero. ¿Satisfacción garantizada?
Ah, no sé. Dicen que soy mufa… pero el que no arriesga no gana. ¡Felices
vacaciones! Y no se quejen tanto de los mosquitos.
Publicada en Pausa #148. Pedí tu ejemplar en estos kioscos
de Santa Fe y Santo Tomé.

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