Mientras el triunvirato que comanda la CGT histeriqueaba y era patoteado por sus bases, al canto de “¡Traidores, traidores!” y “Paro general”, el Indec publicó una cifra que explica el clamor de los trabajadores: la industria está paralizada como en los últimos meses de 2002 y los primeros de 2003.
El Indec publicó hoy los datos sobre la utilización de la capacidad instalada industrial en enero de 2017. Eso quiere decir: cuánto se usan los fierros que ya existen en nuestro sistema productivo. Cuando no tiene sentido poner a funcionar una máquina, el industrial la apaga. Cuando se apagan demasiadas máquinas, demasiados operarios sobran. En enero se utilizó apenas el 60,6% de la capacidad instalada. Hay que atrasar hasta diciembre de 2002 (60%) y enero de 2003 (58,8%) para igualar un sistema industrial tan paralizado.
De más está decir que no tiene ningún sentido esperar mayores inversiones en industria. El 39,4% de las máquinas está al divino botón, alcanza con utilizar lo que ya está.
La parte más pesada de la industria es la que está en peor situación (por debajo del promedio). La utilización de la capacidad instalada para en caucho y plástico está en 58,5%, metálicas básicas 58,4%, textiles 57,5%, edición e impresión 54%, minerales no metálicos 53,3%, metalmecánica excepto automotores 47,3%. Es ruinoso el estado de una de las locomotoras del empleo y la producción industrial durante más de una década: en las automotrices se están usando apenas el 30,7% de las máquinas.
Esas cifras explican las olas de despidos del verano y la agitación de los últimos días, que derivó en el cabildo abierto que las bases le espetaron a la dirigencia gremial, que quedó en completo orsai. El dato que termina cerrar la situación es la tendencia descendente. Si en este enero se usó apenas el 60,6% de la maquinaria, en diciembre de 2016 esa cifra todavía era crítica, pero un poco mejor: 63,6%. A nivel internanual también se registra un empeoramiento, ya que en enero de 2016 se estaba utilizando el 62,9% de la capacidad instalada.
