Un llamado a repensar la educación

    El decano de Humanidades y Ciencias y el rector de la UNL le entregan la distinción al intelectual argentino radicado en México. Foto: UNL.

    Reconocido con un Honoris Causa de la UNL, Néstor García Canclini reflexionó sobre la lectura, la formación superior y el empleo de los jóvenes en el nuevo contexto globalizado.

    La Universidad Nacional del Litoral entregó el Doctorado Honoris Causa al antropólogo Néstor García Canclini, como reconocimiento a su obra dedicada a la investigación sobre el consumo, la globalización, la interculturalidad, la estética y el arte.

    En ese marco, el académico brindó la conferencia “La universidad vista desde la cultura de los jóvenes”, donde planteó propuestas para repensar la educación en el actual contexto de cambios permanentes.

    Educados y desempleados

    Durante su exposición, García Canclini resaltó la paradoja que se vive actualmente en América Latina: ¿cómo se combina la masificación de la educación con el crecimiento del desempleo juvenil?

    El último informe de educación superior en Iberoamérica elaborado por el Centro Interuniversitario con sede en Chile destacó que en 1970 había en la región casi dos millones de estudiantes en 65 universidades. Mientras que en 2016 había alrededor de 22 millones de personas que estudian en el sistema de educación terciaria, formado por 4220 universidades de las cuales dos de cada tres son privadas. Si a esto se le suman los institutos terciarios técnicos  o de formación de oficios, se llega a 10.469 instituciones educativas en la región. “Es decir, la masificación viene ocurriendo por iniciativas privadas. Las universidades ya no se están enfocando en ser instituciones de excelencia educativa sino que se están enfocando en funciones de perfeccionamiento técnico y profesional”.

    [quote_box_right]"La población juvenil ostenta más años de escolaridad formal que las generaciones precedentes, pero duplica el índice de desempleo".[/quote_box_right]

    Sin embargo, mientras crece el nivel de escolaridad, también aumenta la desocupación juvenil. Al respecto, el académico citó el estudio “Juventud y cohesión social en Iberoamérica” realizado por la Cepal de 2008, el cual especifica que la población juvenil ostenta más años de escolaridad formal que las generaciones precedentes, pero al mismo tiempo duplica el índice de desempleo.

    En consecuencia, “los jóvenes vienen aprendiendo desde hace dos generaciones que el conocimiento adquirido en las universidades no garantiza conseguir trabajo y que parte de lo que estudiaron quedarán obsoletos por los cambios tecnológicos y sociales”.

    La función de la universidad

    El mundo está viviendo una situación extremadamente novedosa. Los nuevos saberes de los jóvenes, la creatividad de los movimientos sociales, la expansión tecnológica y la precarización de la vida social y laboral componen un contexto que lleva a repensar las instituciones educativas, las relaciones laborales y las formas de participación política tal como fueron pensadas en la modernidad.

    “Pero no es fácil que cada institución se ponga en marcha para asumir esto. Lo cual no significa que haya que comenzar a recorrer ese camino. Esto no implica desentenderse de las tradiciones, pero sí tenemos que tener una comprensión inteligente de lo que está ocurriendo. En el caso de la universidad, tiene que formar estudiantes que se desempeñen como médicos, abogados, veterinarios o arquitectos, pero también tiene que brindar conocimientos, razonamientos críticos y creativos y experiencias para diseñar proyectos y tomar decisiones. Tiene que concebirse no solamente como espacio de capacitación, sino también como formadores en esta cultura de la creatividad y la colaboración en redes. En la universidad los jóvenes tienen que aprender a aprender y aprender a emprender”.

    Lecturas sociales

    En la actualidad, la lectura en papel se combina con la lectura en pantalla. Quizás se vendan menos libros (aunque se editan cada vez más), pero también crece la lectura del correo electrónico y la búsqueda de información en internet para estudiar y trabajar.

    “Leer ya no significa lo mismo que en el siglo XX, cuando la lectura era intensiva y lineal. Hoy los estudiantes, empresarios y políticos leen y escriben todo el día en sus computadoras y teléfonos celulares, que sirven a la vez como soporte de texto y aparatos para realizar actividades. Por eso, sus lecturas son breves y discontinuas antes que lecturas de textos completos”, dijo García Canclini.

    A las instituciones educativas se les presenta como un desafío incorporar este tipo de lecturas intermitentes a su método de enseñanza. “Debido a que la vida de los jóvenes se organiza en proyectos temporales y en empleos inestables, ya no se lee de acuerdo a los cánones escolares, sino que se va leyendo según necesidades coyunturales (aprobar una materia, armar un proyecto, conseguir un trabajo, charlar con amigos). Hay un sentido social de la lectura, ya no es una actividad solitaria”.

    Referencias

    Néstor García Canclini es un argentino radicado en México desde 1976, cuando se vio obligado a exiliarse para escapar de la dictadura cívico-militar. Actualmente es profesor en la Universidad Autónoma Metropolitana. Es Doctor en Filosofía por la Universidad Nacional de La Plata y también por la Universidad de París X-Nanterre.

    La entrega de la distinción se realizó el 5 de mayo en el Paraninfo, en el marco del V Encuentro Latinoamericano La Universidad como objeto de investigación “La Reforma Universitaria entre dos siglos”.

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