Ni la oficialista Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) lo puede ocultar: en un récord que supera todos sus registros (que vienen desde 2009), los comerciantes argentinos vieron en julio su decimonoveno mes consecutivo de caída de las ventas, medidas en unidades.
En enero de 2016 las cosas cambiaron mucho, realmente mucho. Sobre todo para los que ocupan la mayoría de sus ingresos para consumir, carentes de capacidad de ahorro, inversión o jugosa especulación. La prueba más contundente está en las continuas cifras negativas del comercio minorista que mes a mes revela Came. Desde el cambio de gobierno a la fecha nunca, nunca, los comerciantes pudieron celebrar un número positivo.
Pese al cobro del aguinaldo, en julio de 2017 las ventas minoristas volvieron a caer respecto de julio de 2016. Este año, la merma fue de 1,6%, que se superpone a la caída de 8,1% del año pasado, cuando tampoco el aguinaldo alcanzó para mejorar el salario real.
Cómo se vive en Santa Fe:
De forma acumulada, en los primeros siete meses del año se vendió un 3% menos que el año pasado. Las cifras más negativas se dieron en Calzados (-4,8%), Jugueterías y librerías (-3,9%) y Marroquinería (-3,3%). En Indumentaria, la merma fue de 2,5%. Cabe destacar que la propia Came expresa que "Hubo muchas promociones para captar ventas. En textiles y calzados fundamentalmente, comercios de todo el país ofrecieron 2x1 o descuentos de 40% o 50% que les permitieron rotar la mercadería y obtener liquidez".
Otro punto que resalta Came es el del comercio de frontera, su principal reclamo en los meses anteriores. El tráfico de bienes habilitado por la apertura de importaciones dañó severamente al tejido comercial de las poblaciones limítrofes con Chile y Paraguay, particularmente. "En las ciudades de frontera fue muy importante el acuerdo 12 cuotas todos los días, todos los rubros", dijo Fabián Tarrío, presidente de la Came.
Como se puede observar, el poder combinado del aguinaldo, las promo y los parches de protección para las ciudades de frontera no alcanzó para morigerar la asfixia de los bolsillos.
