El primer auto, el auto del trabajador, el auto usado. Las ventas de usados en 2018 cayeron 2,7% respecto de 2017. Nunca en los tres años de Cambiemos se equipararon las cifras de 2015.
Las ventas de autos usados son un indicador transparente de la capacidad de ahorro de la mayoría de la población. La vida útil de un cero kilómetro se renueva en múltiples ventas, viajando desde los garages céntricos o los suburbios coquetos hasta terminar destartalados en los barrios con calles de tierra, décadas después de rodar flamantes. El del usado es un mercado muy activo cuando el bolsillo popular está en la buena. Y hace tres años que está en la mala.
Según la Cámara de Comercio Automotor, en 2018 se vendieron un total de 1.723.998 usados, un 2,49% menos que en 2017. Nunca durante la era Cambiemos se alcanzó el nivel de ventas de 2015, que llegó a 1.772.920. El 2016 fue el peor perfomance, con cifras incluso inferiores a las de 2010, alcanzando apenas las 1.521.471 transacciones. En el 2017, año electoral plagado de créditos blandos que no se repetiran en este 2019, las ventas repuntaron hasta llegar a 1.767.962. Aun con la falopa inyectada a la economía no se pudo equiparar el movimiento de 2015 (ni el de 2013 o 2011, en verdad).
Los últimos meses, con la malaria desatada, fueron los más complicados para el sector. En junio se revirtió la tendencia positiva que había comenzado en enero de 2017 y que había hecho que los empresarios festejaran al modelo Cambiemos, invirtiendo su esperanzas en las mismas medidas económicas que ya los habían fundido en lo '70 y los '90. Cuando finalmente la política económica desplegó sus resultados lógicos, la alegría se disipó.
Junio de 2018 tuvo la primera baja internanual, del 4,1%, y desde entonces nunca las cifras han sido positivas. Todo lo contrario, el pozo es cada vez más profundo. Las ventas de usados cerraron el año que se fue con un 19,8% de caída en noviembre y un 21,7% en diciembre. Es de esperar que las cifras de enero de 2019 sean aún peores.
