El macrismo cierra su penoso ciclo con un descontrol total de la economía, arrojando a millones de argentinos a la pobreza y destruyendo el tejido productivo del sector privado.
El gobierno no mueve ni una coma de los trazos maestros de su política económica e intenta parches de imposible aplicación, que además afectan directamente los presupuestos (y la gobernabilidad) de las provincias. Algunos le dicen “morir con las botas puestas” a lo que en verdad es una peligrosa necedad.
La crisis desatada a comienzos de 2018 toma ribetes cada vez más temibles. Frente al horizonte de un cambio de gobierno, dialogamos con once referentes para conocer su evaluación sobre el proceso atravesado los últimos años, sus expectativas y sus deseos.
Milagros Monserrat, Centro de Estudiantes de Humanidades y Ciencias UNL. La situación se viene gestando debido a las políticas de Cambiemos en los últimos años. Nosotros desde el movimiento estudiantil lo veníamos planteando. Lo manifestamos en 2018 con las movilizaciones y la toma de las facultades. Se está destruyendo la capacidad económica de las familias, cada vez nos cuesta más llegar a fin de mes y pagar los servicios básicos. La universidad está cada vez más excluyente y deja afuera a más gente. Para seguir estudiando tenemos que tener la mayor parte de nuestras necesidades cubiertas. Eso se vio en los ingresos a la UNL del 2019, cuando se tuvo que abrir dos o tres veces las inscripciones a las carreras porque no cerraban los números.
Sentimos que las medidas que anunció el gobierno después de las elecciones no alcanzan para tener plata en los bolsillos. Creemos que en este momento es necesario implementar políticas totalmente diferentes a este gobierno, hay que invertir en salud, educación y ciencia para que los argentinos podamos comer, estudiar e investigar.
