La economía social también compite en el mercado

Victoria Noriega, Marila Elías y osé Luis Serafino de la Cooperativa Setúbal, que presta servicios a 19 mil asociados en la ciudad.

Cooperativa Setúbal es una empresa gestionada por vecinos y un emblema que ofrece gas natural, telefonía, internet y hasta gestiona su propio espacio cultural en barrio Guadalupe.

Refacciones, ampliaciones y más proyectos son los que surgen al recorrer las instalaciones de la Cooperativa Setúbal, una entidad que desde 1987 ha sabido constituirse en una sede social para el barrio Guadalupe. Es un motor ejemplar de la economía social. Emplazada en General López 7576, la sede supo extender sus dependencias para constituirse en una referencia que alcanza alrededor de casi media manzana y busca constituirse en “un espacio de encuentro” para la comunidad.

Los inicios datan de un trabajo vecinal que tenía como ámbito de encuentro el Prado Español, hasta que la cooperativa “quiso tener un inmueble propio y empezó a comprar locales de a pedacitos”. Sin ir más lejos, recientemente se inauguró un Salón de Usos Múltiples (SUM) en la esquina de Regimiento 12 de Infantería y General Paz, donde se realizan exposiciones, diversos talleres y demás actividades recreativas, educativas y culturales con un fin sustancial: que sea un espacio de encuentro.

Entre la expansión y el ánimo de construir redes, también se alentó la realización de un mural alusivo a los valores del cooperativismo, “con la colaboración de los alumnos de la Escuela Mantovani. Ellos hicieron los bocetos y luego convocamos a los vecinos a pintarlo”.

La subdistribución

Con esa dinámica de trabajo mancomunado y los ejes rectores de la economía solidaria, el 2 de octubre de 1987 se dio el primer paso para la constitución de esta cooperativa que surgió ante la falta de servicios básicos. “Al principio eran 20 manzanas en torno a Guadalupe. Fue un grupo de vecinos que adoptó el cooperativismo como herramienta fundamental para poder realizar una obra que hoy sería superior al millón de dólares”, relató José Luis Serafino, síndico y pionero de la institución.

En concreto, se efectuó la construcción de un gasoducto que se extiende desde Balcarce y Güemes hasta la Plaza Chaplin y que se prefinanció con “los cuatro mil vecinos de acá, que adhirieron a la obra. Eso permitió que hoy, a 27 años de haberse inaugurado, se le pueda dar gas a barrios como Cabal, que de ninguna manera podría haber solventado ese costo”, resaltó. Pero la historia señala que aún quedaba camino por recorrer.

“Tomó sentido de empresa de la economía social cuando se produjo la entrega total de las empresas del Estado, en la década del 90. Nos vimos en la encrucijada de entregarle esto a la multinacional que venía de turno –continuó Serafino–. Por supuesto, no aceptamos. Fuimos a la Corte Suprema de Justicia de la Nación y logramos, merced a la gestión de los propios vecinos, primero la tenencia precaria y la subdistribución a la par de la distribuidora”. La etapa siguiente superó la crisis de 2001, siempre bajo la unión de voluntades: “A partir de lograrse la subdistribución, se llegó a hacer más de 400 kilómetros de redes”.

La presidenta de la entidad, Victoria Noriega, subrayó que esto se logró “a través de gestiones con la Federación de la Subdistribuidoras de Gas, una fluida relación con el Enargas (Ente Nacional Regulador del Gas), pero nunca tuvimos un subsidio”. No obstante, la Cooperativa Setúbal cuenta en la actualidad con 19 mil asociados y una de las particularidades es  que “está en una ciudad capital de provincia”.

Servicio público

“Por lo general, las cooperativas de servicios públicos están en localidades pequeñas, donde las grandes empresas por una cuestión de equilibrio económico deciden no invertir porque no tienen rentabilidad. Acá no hubo intención de la distribuidora porque esto era una villa muy poco poblada y tampoco, en ese momento, cerraban las proyecciones económicas para proyectar obras en este lugar. Sin embargo, hoy vemos que este norte está cada vez más poblado. Aprobar un proyecto implica que tengamos más asociados y si bien tenemos licencias para operar, estamos en una situación de competencia con una distribuidora grande como es Litoral Gas, lo cual no sucede en pequeñas poblaciones donde solamente está la cooperativa brindando el servicio”, resaltó Noriega.

Al respecto, la presidenta hizo hincapié en “cierto desconocimiento” por parte del funcionariado “sobre cómo funciona una cooperativa y cómo se toman las decisiones. Somos los vecinos gestionando una empresa de economía social y solidaria”, recalcó y agregó: “También hay un desconocimiento de lo que es Cooperativa Setúbal para Santa Fe, dado que presta servicios a 12 barrios de la ciudad”. Entre ellos, Guadalupe, 7 Jefes, Sargento Cabral, el San Martín, Piquete Las Flores y Cabal.

Al igual que otra prestadora de gas natural, la cooperativa no está exenta del marco regulatorio que dispone el cuadro tarifario. Aunque hay una diferencia en virtud del sentido social que la constituye. “Tenemos diferencias en cuanto al trato que recibe el asociado. Si alguien tiene dificultades para pagar la factura de gas, tratamos de solucionar el problema de una manera beneficiosa para el usuario, sin llegar a cortar el servicio, dentro de lo que establece la normativa. Es un valor agregado de Cooperativa Setúbal. Y es una política institucional mantener el servicio”, enfatizó Noriega.

Actividades

Otras prestaciones son el servicio de telefonía fija, internet y sepelio, más los talleres y la tarea que se articula con las escuelas del barrio. “La comisión de educación, formada por mujeres, amadrina cooperadoras escolares. Trabajan con escuelas primarias y secundarias llevando talleres de educación cooperativa. Lograron conformar cooperativas escolares en escuelas del barrio. Es muy importante porque trabajan con los niños y las niñas, son ellos y ellas los multiplicadores de la cultura cooperativa”, explicó la presidenta.

En efecto, el nuevo SUM se concretó a partir de una “una decisión política del Consejo de Administración”. “Recuperamos el espacio y lo abrimos al barrio. Es una esquina muy visible y hacía falta. Hicimos convocatoria para dar talleres. Apuntamos a los jóvenes y a los niños. Brindamos 26 talleres, muestras, exposiciones y, además, la feria agroecológica de la cooperativa. Ofrecemos la esquina para productores agroecológicos certificados de la costa y de Ángel Gallardo, y también acompaña la precooperativa Aromitos, de Manzanas Solidarias”, detalló la síndica Marila Elías.

Lucha y pertenencia

Como una expresión de la época, no resulta casual que una mujer joven haya llegado a la conducción de la cooperativa. Su propio derrotero explica por qué. “Me incorporé a la Comisión de Jóvenes en 2013 por la inquietud que ya traía –narró Noriega–. Fui delegada en la Escuela Media Almirante Brown. Pero también fui a la escuela primaria Almirante Brown N° 6384 y mi séptimo grado participó de la elección del lema de la cooperativa. Es un recorrido muy afectivo. Siempre luché por los derechos de mis pares. Y traté de buscar un lugar de pertenencia similar en la carrera de Abogacía en la UNL. Pero me choqué con muchas paredes allí. Venía con un tipo de representatividad y de lucha más horizontal y más transparente, con otros valores”.

En la búsqueda por hallar ámbitos de participación colectiva, Noriega encontró en Facebook una convocatoria de parte de la Comisión de Jóvenes de la cooperativa. “Me atrajo el trabajo horizontal, el nivel de discusión política no partidaria. Todos los que estamos y los que han transitado por la cooperativa tenemos un sentido de pertenencia enorme –recalcó–. Es la idea de luchar por el bien común y una sociedad más justa que está totalmente emparentada con lo que hacemos en la cooperativa. Hay una gran comunión, un sentido colectivo por hacer algo por el otro”, resaltó con orgullo la titular del Consejo de Administración, electa por sus pares en agosto pasado, tras haber sido síndica suplente y secretaria. “Es la primera vez que hay una presidenta mujer en la Cooperativa Setúbal, si bien a lo largo de la historia ha habido muchísimas mujeres que realizaron un trabajo enorme. No es fácil sostener una cooperativa en tiempos capitalistas. Pero están la voluntad, la pertenencia, la unión y la  lucha de los históricos que honramos”, ponderó, mientras Elías, con suma satisfacción comentó que su par “rompió el techo de cristal”.

Igualdad

Cooperativa Setúbal es una empresa local de economía social y solidaria que, aún cuando las ecuaciones económicas no cierren, sigue apostando a la ciudad. “Eso no pasa con todas las empresas”, destaca Noriega, quien también integra el programa de Economía Social y Solidaria de la UNL.

Pero las dificultades económicas no dejan de afectar a las comunidades cuya dinámica se sostiene en el cooperativismo. Noriega considera: “Lo que nos salva son las personas. En un momento hubo una gran crisis económica que tuvo que ver con el desfasaje tarifario por el gas natural y hubo consejeros que sostuvieron el espacio por convicción, con ideas, creatividad y materia gris. Desde su génesis, el movimiento cooperativista tiene una filosofía de igualdad y no es una cuestión menor”.

El potencial que define al trabajo social, mutual o cooperativo no debe ser apreciado “como una ambulancia para situaciones de crisis”, define Noriega. Y argumenta: “El movimiento cooperativista hace años que existe, pero tiene un problema de visibilización y de articulación con otras instituciones de la economía social y solidaria”, admite. “La economía social debería vincularse para lograr políticas públicas beneficiosas. Eso nos va a fortalecer y permitir sostenernos en el tiempo”, concluye. La próxima meta de la Cooperativa Setúbal: avanzar de French hacia el norte, con una tercera estación reductora de presión.

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