Colombia va a las urnas, de cara a un cambio de época

Francia Márquez y Gustavo Petro lideran las encuestas. Por primera vez, Colombia puede ser liderada por la izquierda.

Gustavo Petro, que revistiera en las filas de M-19, y la afrocolombiana Francia Márquez, una militante ambiental nacida de la resistencia a la megaminería, lideran las encuestas de la primera vuelta de las presidenciales colombianas. ¿Giro a la izquierda en un marco de violencia política?

Aliado histórico de Estados Unidos en el cono sur, Colombia fue durante las últimas décadas un país signado por la violencia política y la dureza de sus políticas neoliberales. Desde 2016, bajo la presidencia de Juan Manuel Santos, dejó de ser país sin un Estado sin control pleno de su propio territorio, iniciándose un proceso de incorporación a la política civil y legal de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.

Hoy, bajo la presidencia de Iván Duque, Colombia tiene una pobreza superior al 40% y un desempleo por encima del 15%, según sus propios indicadores. En 2021, como sucediera en Chile a fines de 2019, el pueblo colombiano tomó las calles en un extenso paro en reclamo por la situación social –el desencadenante fue una regresiva reforma tributaria–, mientras que el gobierno respondió con una feroz represión cuyo saldo fue de más de 50 muertos.

Con esos antecedentes históricos, por primera vez este domingo 29 mayo puede llegar a ganar una fórmula de izquierda en las elecciones presidenciales: Gustavo Petro la lidera y Francia Márquez va para la vicepresidencia.

Estallido social en Colombia: ¡una juventud en resistencia!

Petro fue candidato a la presidencia dos veces y fue el intendente de Bogotá entre 2012 y 2015. En su último intento, fue a la segunda vuelta contra Iván Duque, en 2018. Su primer paso en la política fue en el Movimiento 19 de abril, una guerrilla urbana socialista nacida en 1970 y desmilitarizada en 1990. Márquez es una mujer afrocolombiana andina que creció trabajando como minera, fue niña madre, estudio derecho y se convirtió en una vocera de los movimientos socioambientales y en blanco de las fuerzas paramilitares.

Poner el pellejo

Sólo durante este proceso electoral hubo 683 hechos de violencia contra líderes políticos, sociales y comunales, según refiere la Misión de Observación Electoral de Colombia. De esos hechos, 121 fueron asesinatos. De hecho, en el cierre de campaña de Gustavo Petro se denunció la existencia de un plan para suspender las elecciones presidenciales. A su vez, Francia Márquez terminó su discurso guarnecida por escudos debido a que era apuntada mediante rayos laser, como su fuera objeto de francotiradores.

La violencia política en la democracia sudamericana más afín a Estados Unidos es concreta. Colombia no sólo nunca tuvo un presidente de izquierdas; ni siquiera llegó a un nacionalista. En el marco del proceso electoral, el lunes 23 de mayo, la Casa Blanca confirmó que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, designó a Colombia como aliado principal no perteneciente a la OTAN. Colombia se convirtió en el tercer país de Sudamérica en lograr ese estatus después de Brasil y Argentina.

A las urnas

Entre las 8:00 y las 16:00 estarán habilitadas las mesas para que 39.002.239 colombianos y colombianas puedan ir a votar. El sufragio es voluntario y no obligatorio. La participación electoral en la primera y segunda vuelta de 2018 fue cercana al 53%.

De triunfar, Petro y Márquez se sumarían al avance de los gobiernos de izquierda de segunda generación, después del retroceso que significaron los gobiernos de Mauricio Macri en Argentina, Jair Bolsonaro en Brasil, Sebastián Piñera en Chile, el propio Duque en Colombia o la dictadora Añez, en Bolivia. El mapa político sudamericano contaría así con gobiernos populares o de izquierda en Perú, Bolivia, Chile, Argentina y –si así el electorado lo quiere– Colombia y Brasil.

Los sondeos indican una probable segunda vuelta electoral. Si bien hay siete candidaturas, el contendiente principal de Petro y Márquez es el derechista Federico Gutiérrez, de Equipo por Colombia. Un candidato independiente que juega a la incorrección política, Rodolfo Hernández, fue escalando en las encuestas al punto de disputarle el segundo lugar a Gutiérrez. Por detrás viene un ex intendente de Medellín, Sergio Fajardo.

Las diferencias entre Petro y Gutiérrez son marcadas. Por ejemplo, según releva El Espectador, la fuerza liderada por Petro y Márquez plantea respecto del ríspido tema de drogas y narcotráfico un cambio de "paradigma de la guerra contra las drogas por el de la regulación”, con tres ejes: el consumo como un tema de salud pública, la sustitución del proceso productivo y comercial de la coca “sin criminalizar a cultivadores”, y el sometimiento judicial de las organizaciones ligadas al narcotráfico. Además, se “impulsará la regulación de las plantas y sus usos derivados” y se prohibirá la aspersión aérea con glifosato. A la inversa, Gutiérrez busca fortalecer el paradigma de la guerra contra el narcotráfico y respecto del glifosato hace una defensa tanto como método para atacar cultivos ilícitos como para sostener el modelo agropecuario legal.

 

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