Chaco, Jujuy, Salta y San Luis van a elecciones provinciales

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Foto: Vicky Campana

Después del tercer puesto en Santa Fe, el oficialismo libertario nacional vuelve a medirse en cuatro provincias argentinas que dirimen distintos cargos a escala provincial, antes de la votación más amplificada de todas, la de concejales en la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.

Las elecciones provinciales intermedias funcionan como un plebiscito de la gestión provincial, un lanzamiento de las oposiciones locales y un problema para los oficialismos nacionales, que si no tienen dirigentes propios quieren, a toda costa, fortalecer líneas propias en cada territorio, estén en los gobiernos o en las oposiciones. Esa clave de lectura funciona casi siempre y este caso no es la excepción.

Para quienes no conocen al detalle las trayectorias políticas de cada provincia, además de no poseer mayores intereses fuera del pago propio, el foco siempre está en cómo se puede hacer una lectura nacional de la votación. Y con ese ímpetu florecen las peores y más impertinentes lecturas.

El antecedente más próximo para el gobierno nacional fue el calamitoso tercer puesto en las elecciones a constituyentes en la provincia de Santa Fe. Con un triunfo descontado del gobierno radical de Maximiliano Pullaro, hasta hace pocos meses se avizoraba una competencia mano a mano entre escuderías A y B, más a la derecha. Ingresando a último minuto al peronismo, el rosarino Juan Monteverde, de Ciudad Futura, irrumpió en el segundo puesto y los libertarios quedaron en un magro tercer lugar.

Como sea, las usinas de opinión porteñas no dejaron de amplificar esos resultados como una derrota resonante de La Libertad Avanza, evitando preguntarse por los particulares vericuetos el voto cruzado santafesino, en sus preferencias más locales o nacionales.

El plato principal son las elecciones del domingo 18 para el Concejo de la Municipalidad de la Ciudad Buenos Aires, eso que los porteños llaman Legislatura y Gobierno, respectivamente. El país está pendiente del alumbrado, barrido y limpieza del 0,007% del territorio nacional donde se concentra la mayor cantidad de capital parasitario.

Pero antes, está este domingo 11, en el que Chaco, Jujuy, Salta y San Luis van a elecciones provinciales. Quizá, como sucedió en Santa Fe, el dato principal no sea el resultado, sino el declinante interés de la ciudadanía por los procesos electorales. Habrá que ver.

Todo transparente en Chaco

Este domingo se votan 16 diputados provinciales en Chaco, la más transparente de todas las votaciones de hoy. El gobernador radical Leandro Zdero lleva ahí una alianza total con La Libertad Avanza y enfrenta a un emblema del kirchnerismo, Jorge "Coqui" Capitanich.

Es básicamente el mismo enfrentamiento real que se vio en la Cámara de Diputados de Nación, donde la vasta bancada del ex Juntos por el Cambio se convirtió en el partido colaboracionista.

El gobierno nacional bajó su lista y colocó un par de lugar expectantes en una lista de fuerte dominio radical. Capitanich puso la cara después de una de las derrotas más resonantes del peronismo. Está arriesgando lo que queda de su capital político, con serio riesgo de quedar en la lona.

Balcanización en Jujuy y Salta

Las dos provincias del NOA presentan una oferta electoral totalmente fragmentada, en línea con la tendencia a la balcanización de los partidos políticos tradicionales. En Jujuy se deciden 24 diputados provinciales y en Salta 12 senadores y 30 diputados. En ambas provincias los libertarios presentan listas propias por primera vez y se miden contra los oficialismos del radical Carlos Sadir y peronista provincial (es decir, conservador) Gustavo Sáenz. Ambos tienen buena relación con la Casa Rosada.

Cada pago tiene su particularidad. En Jujuy, el gobierno pone en riesgo el control de la Cámara. Hay decenas de listas colectoras del oficialismo y se espera una competencia palmo a palmo con los libertarios. El peronismo está dividido –una oración cada vez menos novedosa– y la izquierda tiene un bastión de la mano del diputado nacional Daniel Vilca, aunque también va dividida.

En Salta, el gobierno provincial parece mejor posicionado de cara a la votación. Enfrente forma parte del armado el insoportable Alfredo Olmedo, recordado por su brutalidad y su campera amarilla. Gordo Dan, entre otros energúmenos, fueron a hacer campaña por los libetarios salteños, un gesto que se repitió en otras provincias.

El peronismo salteño está intervenido por orden de CFK, presidenta del partido a nivel nacional, dado que sus representantes supieron votar junto al gobierno nacional en el Congreso. Por su parte, Juntos por el Cambio va dividido.

Fraticidio puntano

Más allá de quién esté al frente, en San Luis las elecciones son una interna entre los hermanos Alberto y Adolfo Rodríguez Saa y 2025 no es la excepción. Aquí los libertarios no tienen una lista que cuente con explícito apoyo nacional, si bien dos candidatos se presentan como violetas sueltos. Los puntanos transitarán hoy un cambio electoral decisivo: no tendrán ley de Lemas y estrenarán boleta única de papel.

Alberto representa al peronismo y Adolfo apoya al gobernador, Claudio Poggi, criado bajo el ala de los eternos hermanos. Poggi abriga con su calor gubernamental a radicales, macristas y otras fuerzas dispersas.

Hoy se disputan 22 de las 43 bancas de diputados y cuatro de un Senado que tiene nueve poltronas. El gobernador busca alcanzar en ambas cámaras una mayoría calificada en función de un interés que parece cada vez más explícito: una Reforma Constitucional.

 

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