Una lista de 100 títulos seleccionados por más de 500 cineastas, críticos y actores destaca las joyas del nuevo milenio. Poca presencia latinoamericana, pero con nombres que hicieron historia.
El diario The New York Times publicó recientemente su selección de las 100 mejores películas del siglo XXI. Se trata de una lista construida a partir de las opiniones de más de 500 referentes de la industria cinematográfica mundial —entre ellos, figuras como Martin Scorsese, Tilda Swinton, Bong Joon-ho, Wim Wenders y Claire Denis—, convocados para destacar lo mejor del cine estrenado entre los años 2000 y 2023.
La publicación busca ofrecer una fotografía del cine contemporáneo, alejándose del concepto de “mejores de todos los tiempos” para centrarse, en cambio, en los relatos, enfoques estéticos y transformaciones narrativas que marcaron el nuevo milenio. La nómina incluye desde producciones independientes hasta grandes títulos reconocidos por la crítica y el público, con una fuerte presencia del cine asiático y europeo, y una evidente hegemonía de las producciones en inglés.
Sin embargo, entre los cien elegidos, hay lugar también para algunas joyas del cine latinoamericano, aunque su presencia resulta escasa en comparación con otras regiones del mundo. En ese contexto, dos películas se destacan de forma nítida: Y tu mamá también, de Alfonso Cuarón, y Ciudad de Dios, de Fernando Meirelles. Ambas no solo lograron impacto local, sino que además irrumpieron en el mercado internacional con fuerza, marcando un antes y un después para el cine producido en América Latina.
Y tu mamá también (México, 2001) ocupa el puesto número 18 en la lista general. La road movie de Cuarón —protagonizada por Gael García Bernal, Diego Luna y Maribel Verdú— combina una historia de adolescencia y deseo con un retrato agudo de la desigualdad social en México. Fue un hito en la carrera del director, que años más tarde se consagraría en Hollywood con películas como Gravedad y Roma. Su inclusión en el top 20 de The New York Times reconoce su potencia narrativa, su lenguaje visual arriesgado y su capacidad para hablar de política y deseo sin perder el pulso emocional.
Por su parte, Ciudad de Dios (Brasil, 2002), del brasileño Fernando Meirelles, aparece en el puesto 15 del ranking. Basada en hechos reales y ambientada en una favela de Río de Janeiro, la película es una crónica brutal, estilizada y dinámica sobre el ascenso del crimen organizado entre jóvenes marginalizados. Su estética vertiginosa y su tratamiento coral de los personajes la convirtieron en una referencia mundial, nominada a cuatro premios Oscar y admirada por directores de todo el planeta.
Más allá de estos dos grandes títulos, el resto de las películas latinoamericanas brillan por su ausencia en esta lista, lo que ha generado críticas en distintos medios especializados y entre los seguidores del cine de la región. En el caso del cine argentino, no hay representantes en el ranking del NYT, lo que llama la atención si se considera el prestigio y la proyección internacional que varias producciones nacionales alcanzaron durante las últimas dos décadas.
Aunque no figure en esta selección, El secreto de sus ojos (2009), de Juan José Campanella, suele ser mencionada entre las mejores películas argentinas del siglo XXI. Ganadora del Oscar a Mejor Película Extranjera en 2010, esta coproducción entre Argentina y España mezcla el thriller judicial con el drama romántico y político, en una historia que atraviesa décadas y cicatrices de la historia reciente del país. En 2016, el British Film Institute la incluyó entre las 10 películas argentinas más destacadas del siglo, y en otros rankings internacionales también aparece como representante del cine nacional.
Títulos como Relatos salvajes (Damián Szifrón), El clan (Pablo Trapero), La mujer sin cabeza (Lucrecia Martel) y Argentina, 1985 (Santiago Mitre) tampoco aparecen en la lista del NYT, a pesar del reconocimiento que obtuvieron en festivales, premios internacionales y entre la crítica especializada. Algunos analistas señalan que esta omisión podría deberse a un sesgo en la representatividad del jurado convocado por el periódico estadounidense, donde predominan voces angloparlantes o del circuito europeo tradicional.
La primera posición de la lista está ocupada por Parásitos (Corea del Sur, 2019), de Bong Joon-ho, la primera película de habla no inglesa en ganar el Oscar a Mejor Película. Este reconocimiento refuerza la creciente influencia del cine asiático en la escena internacional y marca un giro en las preferencias de la industria. Completan el top 5 There Will Be Blood (Paul Thomas Anderson), Eternal Sunshine of the Spotless Mind (Michel Gondry), Spirited Away (Hayao Miyazaki) y 4 Months, 3 Weeks and 2 Days (Cristian Mungiu).
El listado completo, además de ser una guía para cinéfilos, revela ciertas tensiones y ausencias que merecen ser señaladas: la infrarrepresentación del cine africano, la escasa inclusión de mujeres directoras y, como ya se dijo, la débil presencia del cine latinoamericano. No obstante, también permite volver a ver —o descubrir por primera vez— grandes obras que, sin necesidad de presupuestos millonarios, cambiaron la forma de contar historias.
La lista del New York Times no es definitiva, pero sí es un punto de partida para reflexionar sobre qué cine se ve, se valora y se recuerda. Desde América Latina, la invitación es doble: a seguir produciendo historias que interpelen y conmuevan, y a seguir construyendo espacios donde esas historias puedan ser escuchadas.