Baldosa de memoria urbana feminista para recordar a las piqueteras santafesinas

piqueteras santafesinas
Piquete de la Circunvalación, 1997. Imagen: archivo Pablo Bertoldi.

Emplazaran una baldosa en la vereda del Servicio de Educación Popular, en barrio Santa Rosa de Lima. Es para conmemorar a las piqueteras santafesinas del Movimiento de Desocupados en Lucha, que protagonizaron los históricos cortes en Avenida Circunvalación, en 1997.

A mediados de los 90, los efectos de la Convertibilidad ya se hacían notar a pleno: inflación no había, trabajo menos. Para finales de esa década, la desocupación alcanzaba al 74% de las familias del barrio Santa Rosa de Lima. En ese contexto nace el Movimiento de Desocupados en Lucha, en 1997. Hoy, casi 30 años después, el equipo de Memorias Urbanas Feministas emplazará una baldosa para recordar el legado de lucha de las piqueteras santafesinas.

El acto tendrá lugar en la vereda del Servicio de Educación Popular (SEP), La Rioja 4640, este jueves 27 a las 17:00. La actividad cuenta con el acompañamiento de la Municipalidad de Santa Fe. El equipo de Memorias Urbanas Feministas está integrado por Teresa Suárez, Nidia Kreig, Rosa García, Alicia Talsky, Analia Molinari y Claudia Baigorria.

"Fueron ellas quienes, junto a sus compañeros, vecinos e hijos, se levantaron para luchar. Lo hicieron participando en asambleas, cortes y ollas populares, poniendo cara y cuerpo en las reuniones con la comunidad y los funcionarios. Todo ello sin descuidar los mandatos de cuidado y trabajo domésticos, resistiendo a la doble opresión de clase y genero, su ejemplo nos deja una poderosa enseñanza que las define: descubre a una mujer empoderada, que no se da cuenta de que lo está", señalan desde Memorias Urbanas Feministas.

Las baldosas forman parte de un proyecto que se viene desarrollando desde 2021, con apoyo municipal a partir de la ordenanza 12.757. En Santa Rosa se colocará la treceava baldosa. Entre otras, se emplazaron baldosas para recordar al primer Centro Feminista, la Escuela de Parteras de Santa Fe, al pub Geo o a las mujeres de pueblos originarios cautivas de las familias patricias del siglo XIX.

Piqueteras santafesinas

El 8 de septiembre de 1997 se concreta el primer corte de ruta piquetero en nuestra región. El Movimiento de Desocupados en Lucha ve la luz con un piquete en la Circuvalación, a la altura de Santa Rosa. Las organizaciones sociales del baario, principalmente las de Derechos Humanos, venían reuniéndose en el SEP, para discutir sobre la crisis y su salida. De estas reuniones, luego de múltiples debates y de diferentes intentos de concretar soluciones por los carriles institucionales habituales del Estado, se decidió poner en práctica una modalidad que comenzaba a cobrar fuerza en el país: cortar la ruta.

El equipo de Memorias Urbanas Feministas realiza investigaciones previas a la colocación de baldosas. En este caso, se realizaron entrevistas en Santa Rosa a mujeres que participaron del Movimiento de Desocupados en Lucha y de los cortes. En los informes de investigación se detalla:

“Los vecinos empezaron a participar rápidamente, a diferencia de otros actos reivindicatorios, entonces llegó un momento en que dijimos: Bueno, ¿qué hacemos?, porque ya habíamos hecho todo. Primero hicimos todas las diligencias tradicionales, presentar notas por acá, por allá, ir a la Secretaria  de Trabajo, Municipalidad todos los circuitos posibles, pedir reuniones. Nada. Nadie nos dio bolilla. Y bueno en ese momento se comenzaba a conocer lo de los cortes y bueno… Empecemos a ver y a tener en cuenta esa medida. Y el primer corte fue un punto de partida. Y una vez estando ahí se empezaron a sumar muchísimos vecinos, hombres, mujeres, una compañera trans, jóvenes, ancianos. En el movimiento había mujeres que participaron directamente en la organización y otras más desde afuera digamos, como solidaridad. Había mujeres en el corte, en las ollas y otras, que después hicieron las huertas, el censo…”

“Fuimos al piquete en búsqueda de una solución a la situación, íbamos por los planes… Vamos, llevamos mate y un poquito de pan, se resuelve y nos vamos. Nos quedamos 15 días, fueron 15 días muy intensos. Primero un grupo se levantó temprano y luego fue el otro grupo que esperó al resto de los vecinos. Llovía y nos dio mucho trabajo prender las gomas y se empezaron a sumar vecinos y vecinas. Lo interesante fue la solidaridad de los gremios y de las Madres de Plaza de Mayo. Los compañeros no las conocían, pero cuando dijeron ¡Vienen las Madres!, había un respeto tan reverencial, que nosotros que no teníamos sillas, teníamos esqueletos de bebidas y recuerdo que agarraron esos esqueletos de bebida y les pusieron trapos para que las Madres puedan sentarse. Fue la mejor visita”.

"De ese primer corte, las mujeres del barrio, por necesidad y esperanza, desde los márgenes de la exclusión, con frío y con hambre, se sumaron activamente a participar del movimiento. La participación fue activa y desde diferentes repertorios de acción: cortando la circunvalación, alzando la voz en las asambleas, organizando ollas populares, poniendo cara y cuerpo en las reuniones con los funcionarios provinciales y luego, realizando el censo barrial, acompañadas de la asociación civil CANOA"

 

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