Mariposa boliviana
El domingo a la noche, después de las fiestitas por el Día de la Madre, le mandé a Laura un wa que decía: “Fue...
La nuestra
Al Ale, amigo entrañable
Cuando escuchamos, a las doce de la noche, los balazos en la puerta del penal, aquel 24 de marzo, sabíamos lo...
Una semana en el mar
El aire pesado del atardecer en Rioja y San Martín me urge a detener un taxi que, con las ventanas subidas, promete, al primer...
Carmen
Otro yo mismo, por Mari Hechim
Había un par de guardias en la cárcel de Mendoza difíciles
de olvidar. Una era de las que entran a...
Coleccionar
“Porque, ¿qué otra cosa es esta colección sino un desorden al que se ha adaptado el hábito a tal grado que parece orden?”. Walter...
¿Ese límpido fuego misterioso?
Nadie es la patria, pero todos lo somos. Arda en mi pecho y en el vuestro, incesante, ese límpido fuego misterioso.
J.L. Borges
Yo quiero mucho...
Nísperos
Otro yo mismo, por Mari Hechim
¿Qué hay más exasperante que un hermano menor? Por empezar,
cuando nace, todo rubio y de ojos celestes, ya están...
25 y 26
Y estaba en Babia, como quien dice, mirando el movimiento del aeropuerto, con la valija al lado, y viene una piba, de mi edad,...
Horror
Lo que vio allí le voló la cabeza. Había hecho el mismo itinerario tantas veces, que ya lo hacía sin pensar. Salía del trabajo,...
C’est la vie
Otro yo mismo, por Mari Hechim
Para Ezequiel Nieva, el mejor pintor
Una baja del
colectivo, camina media cuadra, hay un pasillo. Entra a una casa, prende...