29 de abril: "Nos inundan con la indiferencia, con el ninguneo"

La marcha por la inundación 2003 llenó la plaza de Mayo, poblada de habitantes del Oeste, el Norte y la Costa. El reclamo por Justicia se elevó como siempre, pero la situación actual de los evacuados y de la provincia anegada fue el eje de la noche: el intendente Corral fue más criticado que el ex gobernador Reutemann.

La plaza de Mayo, en la noche del 29 de abril. Foto: Matías Pintos.
La plaza de Mayo, en la noche del 29 de abril. Foto: Matías Pintos.

“Hijo político o amante secreto de Macri”: esa fue la más dura de todas las menciones que tuvo en el acto de ayer el intendente José Corral, quien fue aún más veces aludido que el senador y ex gobernador en 2003, Carlos Alberto Reutemann, y que los jueces de la Corte Suprema santafesina. Las inundaciones actuales signaron del principio al fin el tono de los discursos de la concentración del 29 de abril, que 13 años después de la creciente del Salado sostiene el reclamo por juicio y castigo a los responsables de la peor tragedia evitable de la historia de la ciudad. En el documento oficial de la Asamblea de Inundados, nueve veces fue nombrado directamente el mandatario radical; tres fue recordado el Lole, rotulado como “inundador y asesino serial culposo”.

La movilización arrancó un poco más tarde de lo previsto, ya cerca de las 18.00 y, para las 20.30 prácticamente la protesta había concluido, una vez que el rockero uruguayo Alejandro Balbis dejó en paz a su guitarra, tras haber cantado junto a murgueros locales. Fue breve, categórica y multitudinaria la concentración. Casi tres cuadras densas avanzaron por el sendero de las manifestaciones –25 de mayo entre la plaza del Soldado y la Casa Gris–, en la meta se fueron sumando muchas más personas y organizaciones: por segunda vez en el año, el ágora local estuvo repleto de punta a punta.

Pocos minutos después, cerca de Casa de Gobierno, en uno de los barrios que más cadáveres puso en el 2003, se realizaba un minuto de silencio en la cancha de Colón, antes de comenzar el cotejo frente a Olimpo. La hinchada, en el estadio que quedó bajo el Salado, dio un aplauso cerrado antes del pitazo.

Trapos y bicicletas

Los 29 de abril son una incomodidad para los grandes partidos políticos: casi nunca dan el presente. El PJ nunca pudo tramitar internamente su total responsabilidad por lo realizado antes, durante y después del 2003 (y el 2007). Algunas veces, no fue esta la ocasión, se vio la columna y el trapo azul del Movimiento Evita, cuyo peso relativo dentro del partido provincial no es el mayor y cuya injerencia durante los años de Reutemann y Obeid era inexistente. La UCR y su brazo juvenil, la Franja Morada, prácticamente abandonaron las calles, con la última excepción de la convocatoria oficial desde la UNL a la concentración por la muerte del fiscal Alberto Nisman. Por el partido que gobierna la provincia sí estuvieron los integrantes de la Juventud Socialista.

Los carteles personales, hechos a mano, con largas consignas referidas a los padecimientos que trae el agua, por decenas, en cartulinas o cartones, llevados en alto por sus individuales portadores, distinguen a los 29 de abril. Caras de Reutemann con traje a rayas, pedidos de justicia, narraciones de vida y catilinarias contra la Justicia condensan el agobio de 13 años de impunidad. También, está el pleno de las organizaciones territoriales, sociales y de izquierda. No falta ninguna, la enumeración es extensa y alguna pudo no haber sido relevada: MST, FJC, Movimiento La Dignidad, FSP (que estrenó gran trapo, bajo el cual caminó el diputado provincial Carlos del Frade), MTL, PCR, CTA Santa Fe, ATE, PO, Patria Grande, PTS, MOI, Proyecto Revuelta, la masiva columna de la CCC, la Red Barrial de Santa Rosa de Lima, el PTP, La Antirrepresiva, El Birri, estudiantes de periodismo y de trabajo social, vecinos organizados de la Costa y el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, el espacio que cobija a Jorge Castro y Milagros Demiryi, los dos ciudadanos que impulsan la dilatada Causa Inundación, en la que se encuentran imputados apenas el ex intendente Marcelo Álvarez, el ex ministro de Obras Públicas Edgardo Berli y el ex director de Hidráulica, Ricardo Fratti.

Hay marchas con pecheras de todos los colores, hay marchas con sacones de animal print, lentes ahumados y bisutería, y hay marchas con bicicletas viejas y triciclos desvencijados, con las cadenas, las coronas y los cuadros marcados por la herrumbre. Decenas de bicicletas de trabajadores, de esas que se ven saliendo cuando el día es todavía de noche, para volver en la noche del día, giraban camino a plaza de Mayo. La marcha del 29 de abril es, antes que nada, propiedad del Oeste, del Norte y –ahora, también– de la Costa.

Palabras encendidas

El Flaco Sanagustín se acercó a las cruces blancas que recuerdan a las 158 víctimas del 2003. Desde su altura, miraba cómo entraba la columna, cruzando General López, ya cerca de las 19.00, mientras se acomodaba su bolso de Colón, amuleto de siempre. Escritos en hojas A4, colgadas como banderines, los nombres de los muertos se balanceaban. Cerca del precario escenario, la Carpa Negra y, un poco más al centro de la plaza, un gazebo blanco agrupaba al colectivo nacido después de las últimas elecciones, Resistiendo con Aguante. La filial santafesina estaba cortando grasa de pollo a toda velocidad, mientras repartía tortas fritas gigantescas y agua caliente, gratis (el agua).

Los representantes más conocidos del movimiento de inundados fueron pasando por el escenario. Son figuras que reaparecen en los medios a medida que se acerca el aniversario, o si algo –generalmente una nueva dilación– acontece en la Justicia. María Claudia Albornoz llevó el micrófono y la organización, Castro y Demiryi estuvieron en la lectura del documento, García y la Marcha de las Antorchas fue el tramo final, antes de la música.

Balbis le puso el "lararalaila" a la noche. Foto: Matías Pintos.
Balbis le puso el "lararalaila" a la noche. Foto: Matías Pintos.

“Estos días no son sólo producto del famoso cambio climático sino que están provocados estrictamente por la incapacidad estatal y la falta de voluntad política para prevenir lo que está demostrado y es totalmente previsible”. Así comenzaron a expresarse los inundados, poniendo el foco en los efectos de El Niño, en cómo habían sido anunciados y las faltas y fallas en la obra pública.

Seguidamente, el documento apunto a los sectores económicos concentrados como una causa fundamental del desastre ambiental: “El modelo del monocultivo sojero extendió la frontera agrícola, destruyó los bosques, contaminó con agrotóxicos e impermeabilizó las tierras”.

“Nos mienten en la cara y cada vez que nos inundamos”, expresaron para hacer referencia al “friolento accionar de las degradaciones de las tres gobernaciones socialistas  y las intendencias radicales”. Y sentenciaron: “existe una matriz estatal que favorece cada uno de los desastres que vivimos. Las inundaciones se construyen desde el poder económico en alianza con el poder político, legislativo y judicial. Se construyen con corrupción e impunidad”.

“Ningún gobierno asume la responsabilidad política ante las inundaciones. Le siguen echando la culpa a la naturaleza”, repitieron, apuntado a la crisis humanitaria que se desató a fines de año pasado.

A la hora de apuntar a los Tribunales, la Asamblea de Inundados señaló que “La justicia, socia mayor en esta alianza, ha demostrado en Santa Fe que se mantiene de rodillas ante el poder”. El poder legislativo también cobro por la impunidad que “le otorgó a Reutemann en el 2001 y en el 2003 al no investigarlo por ninguno de sus crímenes, 9 asesinatos en el 2001 y 158 en la inundación del 2003, bendecida por el kirchnerismo en la Facultad Tecnológica en el 2006 y llevados en andas en el 2009 como senador nacional electo, son coronadas hoy por el macrismo, bajo cuya ala se cobijó para seguir teniendo fueros en el Senado de la Nación”. “No olvidamos ni a la justicia ni a los que le dieron el salvoconducto de impunidad a este asesino serial culposo. Muchos de ellos son iguales a Reutemann y están en la Legislatura”, espetaron.

Promediando la lectura llegó el momento en que apuntaron decididamente a la inundación actual: “Hace más de cuatro meses los pobladores de la Vuelta del Paraguayo, Bajada Distéfano, La Guardia, Colastiné Sur y de allí en el cordón oeste y para el norte, soportan la inundación y el deliberado abandono del gobierno municipal y provincial”. Sobre las condiciones de los evacuados en módulos habitacionales, evaluaron que son “pésimas, con calor y con lluvia, en medio de la basura, sin agua caliente, sin servicios básicos (agua potable y luz) o en estado deplorable, en medio del barro, las ratas y el agua servida. Pero rigurosamente custodiados por fuerzas de seguridad de todos los colores que controlan para que no se produzcan protestas y violan sistemáticamente el derecho a la libre circulación”. “Los habitantes de la Vuelta del Paraguayo vivieron la pasada Navidad del 2015 la desolación de las obras que Corral no hace, los abandonó para que escarmienten que con su autoridad no se jode, más valen los boliches, que un barrio de casi cien años de historia”, continuaron. Como síntesis: “Para los que nos gobiernan, los granos y las vacas valen más que las personas”, juzgaron al momento de apreciar la situación en los barrios del Oeste y el Norte.

El punto de atención se volcó hacia el intendente: “Corral nos anuncia el nuevo paraíso de la reconstrucción y al mismo tiempo en voz baja se anuncia nuevamente el arreglo de los canteros del bulevar Gálvez”; “El paraíso de la reconstrucción de Corral está diagramado para las empresas privadas de la construcción, ese es el verdadero plan, las inundaciones están atadas a los negocios privados”. Las expresiones más fuertes se produjeron al ponderar la fuerte alianza de Corral con el presidente: “ahora se le pegó a su ídolo con mayúscula, Mauricio Macri. Parece Rucci con Perón, sólo le falta el paraguas. En las fotos conjuntas pone su mejor cara de bobo y piensa soñando con ser el nuevo gobernador en el 2019”.

La lectura terminó de manera vibrante:

El necesario reconocimiento

“Tenemos derecho a decidir dónde vivir, tenemos derecho a no ser relocalizados en donde se le antoje al autoritario de turno porque detrás hay un negociado inmobiliario. Tenemos derecho a decidir”, reza el documento de la Asamblea de Inundados en uno de sus tramos. “Qué casualidades tiene la vida política santafesina, ninguna calle, ninguna cortadita moribunda, ningún pasaje olvidado lleva el nombre en su barrio de los que murieron el 29 de abril del 2003”, se expresa en otra parte. Y la Marcha de las Antorchas, como todos los aniversarios, cumplió con la evocación de las víctimas:

Graciela García cerró con los discursos. Este año su enardecimiento cedió. Quizá por primera vez, sin perder la firmeza, Graciela imploró.

"Y ahora parece que los tomó por sorpresa el Niño. Tuvieron un año para pensar eso. ¿Por qué tenemos que pasar por todo esto?", se preguntó después. "La gente del Oeste es la que va a laburar. La que mueve la ciudad. ¿Por qué nos hacen esto?", volvió a preguntarse. Y el blanco volvió a ser el intendente: "Corral debería dar la cara por lo que no hizo y por atreverse a humillarnos una vez más".

Pasaron 13 años del 2003 y los inundados –de ayer, de hoy y por venir, como siempre enumeran– se expresan tan abandonados como entonces. Reclaman cuestiones demasiado básicas: reconocimiento, memoria, participación y justicia. Respeto, consideración, decidir sobre sus propias vidas, reparar el enorme y continuado daño que tienen que soportar. Nada indica que el año que viene las demandas no vuelvan a ser las mismas.

La bandera de la Marcha de las Antorchas. Foto: Matías Pintos.
La bandera de la Marcha de las Antorchas. Foto: Matías Pintos.

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