Sin freno, las tarifas vienen quemando los bolsillos desde 2016.

Por el recorte de los subsidios, se esperan todavía más aumentos. El impacto en Santa Fe.

“Aún quedan ajustes por hacer”, declaró el ministro de Energía de la Nación Javier Iguacel a poco de asumir, como para dejar en claro que la salida de Juan José Aranguren no suponía una revisión de la política tarifaria del gobierno de Mauricio Macri.

“Tanto en gas como en electricidad, las facturas tienen tres componentes: el propio costo de la energía, el transporte y la distribución. Transporte y distribución son contratos que se renegociaron en pesos y se ajustan en pesos, por inflación”, anticipó Iguacel.

Desde antes de la renuncia de Aranguren, la Nación planificaba un nuevo tarifazo para el segundo semestre del año. Conocida la inflación de junio (3,7%) y ante el acuerdo con el FMI que puso un tope de 32% interanual como condición para nuevos desembolsos, ahora el gobierno de Mauricio Macri habla de moderar los aumentos, aunque sin dar demasiadas pistas.

De momento, se sabe por declaraciones del propio Iguacel que habrá una nueva quita de subsidios que impactará sobre las tarifas de los servicios públicos entre septiembre y octubre. El aumento será diferente en cada provincia, de acuerdo al esquema de prestación de servicios. Según el nuevo ministro de Energía, el gas subirá un 25% en boca de pozo. En la caso de Santa Fe, resta conocer cuánto de ese aumento absorberá la prestadora Litoral Gas y cuanto trasladará a tarifas.

En los primeros cinco meses de 2018, el Estado nacional disminuyó en casi un 30% los subsidios a los servicios respecto de 2017, según informó la Asociación Argentina de Presupuesto. En el segundo semestre se repetirá la medida, aunque moderada por el eventual impacto que tendrá en la inflación.

No aumentar, pero...

En el caso de la energía eléctrica, la EPE no tiene previsto un nuevo aumento para 2018, aunque esa decisión está sujeta a que no haya modificaciones en el precio mayorista que dispone la empresa generadora Cammesa. “No tenemos intención de acomodar la tarifa antes de fin de año, pero habrá que ver”, sostuvo el presidente del directorio de la EPE, Maximiliano Neri.

Iguacel ya anticipó que para Capital Federal y el Gran Buenos Aires, que aun tienen mayor volumen de subsidios que el resto del país, el aumento de la electricidad será de entre el 25% y el 30%. Y diferenció: “Si los gobernadores se ponen las pilas y aumentan el precio de la distribución por inflación, en algunos casos el incremento de las tarifas debería ser menor al 15%. Santa Fe y Córdoba deberían hacer eso”.

Para evitar un nuevo aumento, la EPE ya empezó a aplicar un ajuste hacia dentro de la empresa. El directorio decidió postergar obras no prioritarias y reducir los gastos corrientes un 15%, además de extender al máximo la vida útil de los insumos. “Son medidas para soportar el cimbronazo que se nos viene, sin poner en riesgo la calidad de servicio que tanto nos costó alcanzar”, indicó Neri.

En tanto, la secretaria de Energía de la provincia, Verónica Geese, señaló: “Santa Fe tiene una postura: no vemos un ambiente para que este año haya otro aumento del precio mayorista de la energía”. Pero aclaró: “Si la Nación aumenta, a la provincia se le complica”.

Va y viene

Por detrás de la poda de subsidios, asomó una disputa política entre la Nación y las provincias que ya empieza a ser visible en Santa Fe. De entrada, el ministro Iguacel criticó a la EPE (y también a la empresa pública de Córdoba) por los costos de distribución, que considera desfasados.

En rigor, las tarifas que reciben los usuarios de la EPE se conforman por los costos de la generación de la energía (40%), que es lo que más aumentó desde 2016 por la quita de subsidios nacionales, los impuestos nacionales y locales (30%) y la distribución (30%), que está a cargo de la empresa provincial.

Desde el inicio de la gestión de Cambiemos, el precio que pagaba la EPE por megavatio pasó de 38 a 1100 pesos. “Eso es lo que el ministro (Iguacel) quiere aumentar”, aclaró Geese.

La funcionaria santafesina también contestó las chicanas del nuevo ministro de Energía, que había dicho que Santa Fe y Córdoba tienen las tarifas mas altas del país: “En el Ministerio no están lo suficientemente informados de cómo se conforman las tarifas de transmisión y distribución. Santa Fe tiene 55 mil kilómetros de línea con 11 usuarios por kilómetro y en Buenos Aires son 700 por kilómetro. En un caso la tarifa se divide por 11 y en otro por 700. Por eso es más cara”.

 

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