La ciencia santafesina rechaza el nuevo ajuste en el Conicet

La movilización de los científicos santafesinos el 23 de diciembre. Foto: Alejandra Gavazza.

A los científicos santafesinos les mintieron, pero no se quedan a la vera del camino. Tras el conflicto de fin de año, las autoridades anunciaron que en 2017 seguirá el recorte en los ingresos. Cuáles son las próximas acciones. La voz de los que quedaron afuera.

El Conicet es la institución de ciencia y tecnología más importante de Argentina. Es una organización autárquica que tiene representación en gran parte del país.

Dentro del organismo existen diferentes niveles en la carrera de los científicos. El recorrido habitual es el siguiente: primero se es becario doctoral durante cinco años; luego, es preciso acceder a una beca postdoctoral por otros dos años. En esta etapa, el becario no es reconocido como trabajador, por lo que no posee derechos laborales.

Finalmente, para ser investigador (que sería ingresar a planta permanente, con derechos laborales) hay que presentarse a una convocatoria en la que dos comisiones de expertos evalúan el trabajo realizado.

Esto significa que para ser investigador hay que formarse y superar evaluaciones durante siete años. A lo largo del trayecto hay que competir con otros postulantes para ganar un lugar, ya que siempre hay más aspirantes que cargos.

Y para permanecer en el sistema hay que superar las evaluaciones constantes y la sobrevivir a la competencia entre colegas. Es meritocracia pura y dura.

Inicio del conflicto

En octubre de 2016 comenzó la movilización de científicos contra del proyecto de ley de presupuesto para el 2017, el cual estipula una reducción presupuestaria en el área de ciencia y tecnología: pasó del 0,75 al 0,59% del PBI respecto al 2015.

En diciembre esta reducción se evidenció en la reducción de ingresantes a la carrera de investigador.

Recordemos que entre 2005 y 2015 ingresaron a la carrera de investigador en promedio unos 750 científicos por año. Sin embargo, el año pasado ingresaron 450, lo cual significa un recorte del 50%. Esto provocó que 498 postulantes que fueron recomendados por los evaluadores quedaron afuera debido al ajuste.

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En el caso de la provincia de Santa Fe hubo solamente 15 ingresos, contra 58 de la convocatoria anterior. En este caso, los postulantes recomendados que quedaron afuera son 25 de nuestra ciudad, 18 de Rosario y 2 de otras localidades.

Gran parte de la comunidad académica se solidarizó con “los 500” aspirantes expulsados y –junto con el verano- el conflicto estalló. Hubo asambleas en todo el país y en Buenos Aires tomaron el Ministerio de Ciencia, Tecnología e innovación productiva.

Después de una semana de protestas, los porteños firmaron una “tregua” con el ministro Lino Barañao para pasar una Navidad en paz. Ese acuerdo fue rechazado por los científicos de las provincias, que querían continuar con la protesta.

El acuerdo por Conicet genera extendidos rechazos en las provincias

Luego de la “tregua” se dieron a conocer los resultados para el ingreso de becarios con un 10% de recorte. En 2015 fueron 1204 becas doctorales y postdoctorales. Y el 27 de diciembre de 2016 otorgaron 1041. A comerla.

Palabras de una “recomendada”

Pamela Sosa es Doctora en Ciencias Sociales y es una de las recomendadas que no ingreso a Conicet en Santa Fe. En diálogo con Pausa, brindó detalles de su recorrido académico. “Mirá, para poner esto en perspectiva. Yo obtuve mi primera beca de la Universidad de Buenos Aires para comenzar el doctorado en el 2007. Luego, en el 2010 me postule para tener una beca del Conicet. Con ambas, pude finalizar mi tesis en el año 2014”. En 2015 obtuvo una beca postdoctoral y se presentó para ser investigadora. Su trabajo fue bien evaluado, pero el ajuste la dejó afuera.

“Esta es una trayectoria típica de los 500 investigadores que hicieron los deberes para lograr ingresar a una de las instituciones más meritocráticas que tiene el país. Mostrar todo lo que hicimos estos años es una manera de visibilizar la injusticia del recorte, no sólo por los impactos económicos y profesionales que implica para cada uno y para sus familias, sino también por frustrar toda expectativa de apostar a futuro. A mi juicio, lo peor de esta situación es haber sancionado a aquellos que decidieron apostar y continuar, pese a los escasos réditos económicos que tiene esta profesión”.

La Asamblea de Ciencia y Técnica de Santa Fe

Ante la seguidilla de recortes y ajustes, los científicos locales organizaron una protesta frente a la Legislatura provincial para el 22 de diciembre de 2016. Allí se conformó la Asamblea de Ciencia y Técnica de Santa Fe.

Desde entonces vienen realizando reuniones y organizando diversas actividades. Por ejemplo, el 9 de febrero se sumaron a la jornada nacional de lucha con el ajuste.

Según Carla Bessa, que es licenciada en biodiversidad y becaria doctoral, “en la asamblea hay una diversidad de voces, debido a que está conformada por una pluralidad de actores: hay investigadores, docentes y estudiantes, pero también personas pertenecientes a gremios y agrupaciones sociales y políticas”.

Esta asamblea está organizando una Feria de Ciencia para el 1 de marzo con el objetivo de visibilizar su reclamo y mostrarle a la sociedad qué es lo que hacen los científicos de la ciudad.

flyer conicet

Cumplir lo prometido

Uno de los reclamos de la Asamblea es la incorporación efectiva de los 498 investigadores aprobados que fueron expulsados. El ministro prometió conseguir lugares en el INTI, el INTA, las universidades y empresas privadas para ellos. Pero todavía están esperando.

Otro de sus planteos es el cumplimiento del Plan Argentina Innovadora 2020. Dicho plan prevé un crecimiento del 10% anual de la planta de investigadores hasta ese año. Si esto fuera así, en 2017 el ajuste es de un 50%. Es decir, con este cálculo este año habría la mitad de los ingresos previstos por este plan.

También establece que para el 2020 la inversión en ciencia tiene que ser mayor al 1% del PBI y que en se tiene que alcanzar la cifra de 14 mil el número de investigadores. Hoy es de 10.036 y parece que comenzó la curva descendente.

De acuerdo con Barañao, este plan ya no puede aplicarse porque “el país no creció como estaba previsto”.

Recrudece el conflicto

Después de la primera reunión del Directorio se anunciaron más recortes. Se definió que en la convocatoria de este año para ingreso va a haber solamente 450 vacantes, que sumó a la vaga promesa de incorporar unas vacantes extras por jubilaciones y renuncias. Esto implica, en los hechos, un recorte en cantidad de científicos.

Pero también hay cambios en el tipo de investigaciones que se fomentarán. Este año, el área de “temas estratégicos” subirá de un 20% al 50%. Es decir, antes de cada diez ingresos que se otorgaban, dos eran para estos temas preestablecidos. Ahora se quedará con la mitad de los cargos disponibles. Porque, según Barañao, el objetivo es tener científicos “más útiles”. Ahora bien, la pregunta sería: ¿útiles para qué, para quién?

Esta decisión perjudica directamente a las “ciencias básicas” (como la biología molecular, la física teórica, la astronomía, la matemática) y las ciencias sociales. Es por eso que los directores de los institutos de estas disciplinas criticaron fuertemente la medida.

De acuerdo con Bessa, “esto no es solamente un ajuste sino que también cambia la dirección de las investigaciones hacia un perfil productivista que beneficie a empresas privadas”. Porque la investigación científica produce conocimientos que pueden ser implementados en diversos ámbitos de la sociedad, no sólo en las industrias.

Perspectiva a futuro

El conflicto parece no resolverse. Al contrario.

Por un lado, Barañao endurece su posición ajustadora, privatista y productivista de la ciencia. Por otro lado, los científicos, desde los becarios hasta los directores de los institutos de investigación, rechazan cada vez más fuertemente el ajuste.

El gobierno adoptó una política de shock que achica la cantidad de personal, desfinancia los proyectos en curso y reestructura los objetivos de la ciencia en el país. Básicamente, con estas desarman la carrera de investigador para los que aspiraban a ingresar. Y los que ya están en el sistema van a tener que reconvertirse para sobrevivir.

Al respecto, Bessa afirma: “el futuro que quieren las autoridades de Conicet y el ministerio no es el futuro que la comunidad científica quiere”. “Los que están en esta movida no son solamente los que quedaron afuera del sistema. Estamos todos unidos para evitar la destrucción del sistema científico argentino”, finaliza.

 

Un solo comentario

  1. excelente nota. resume el pasado, el presente y el futuro de CyT. Felicitaciones a los compañeros de Pausa por la precisión y objetividad de siempre

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