Según el Indec, la caída continua en el consumo no sólo es para los comercios chicos: los supermercados medianos y grandes y los shoppings venden menos –pese a su agresivas ofertas– y achican duro hasta en su personal jerárquico.

Hace pocos días se vio una escena de viejos tiempos hiperinflacionarios en los supermercados bonaerenses. Colas interminables esperando por entrar para aprovechar una promoción de 50% de descuento, en un día helado, reflejaron los padecimientos en el bolsillo popular tanto como los diferentes indicadores respecto de las fuertes caídas en el consumo de carne, leche, vino o cigarrillos. Todos los meses, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) también viene siguiendo el bajón del consumo. Ahora, el Indec también ofrece un nuevo indicador de la malaria, cuyo reverso es una fuerte caída en el empleo.

Las ventas de los supermercados se vinieron midiendo a precios corrientes hasta hace poco tiempo. El Indec elaboró una nueva tabulación a precios constantes, lo cual permite comparar adecuadamente –y no a ojo– la evolución de las ventas.

Récord: van 18 meses de caída continua del comercio minorista

En los supermercados, el último dato, publicado ayer, muestra que para en mayo de 2017 las ventas fueron 2,5% más bajas que en mayo de 2016. La caída en abril de 2017, respecto de igual mes de 2016, fue de 1%. Si bien el Indec no ofrece una comparación de 2016 respecto de 2015, ya sobran los indicadores que muestran cómo el año pasado el consumo cayó en un pozo. Lo preocupante es que ese pozo parece no tener fondo. Lo mismo se puede decir para los shoppings: la ventas en abril cayeron 8,9% respecto de 2016, en mayo el derrumbe fue de 4,3%. No alcanza para las Vienissima ni para unos Ricky Sarkany.

Pegando abajo

El impacto en el empleo es inmediato. En los supermercados, el personal asalariado como gerentes, supervisores y jerárquicos cayó en mayo un 7,3% respecto de mayo de 2016. La merma en la porción más significativa –cajeros, administrativos, repositores– fue de 0,4%. Ambas cifras son altísimas, la primera en términos relativos y porcentuales y la segunda en cantidad absoluta. Son 698 empleos menos en los cargos jerárquicos y 3.418 en los rasos: un total de 4.116 empleos perdidos sólo en los supermercados, en un año.

En los shoppings la medición es más complicada y, además, se restringe a la Capital Federal y el Gran Buenos Aires. El Indec contabiliza el personal administrativo de los centros comerciales, sin considerar los empleados de los locales. Como sea, cayeron de 1.245 en mayo de 2016 a 1.229 en mayo de 2017: apenas 16 puestos. El panorama se vuelve desolador cuando se consideran los locales en actividad y la otra gran fuente de clientes: las salas de cine.

El Indec contabilizó 3.018 locales en funcionamiento en mayo de 2016: 2.879 activos y 139 inactivos. Un año después, la cantidad de locales cayó a 3.003: 2.843 activos y 160 inactivos. Menos locales en general, menos locales activos y más locales inactivos. Eso se traduce en una caída del empleo de comercio.

Respecto de la salas de cine las cifras son lapidarias. En mayo de 2016, en los shoppings había 193 salas por las que pasaron 2.364.306. Un año después la cantidad de salas bajó a 189, aunque el número de espectadores cayó mucho, mucho más, llegando a 1.128.012. Es una merma del 52% y una condena para boleteros, pochocleros y demás empleos relacionados a las pantallas grandes de los centros comerciales.

 

 

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