Impacto local de la decretada despedida al tren

El presidente delegó por decreto la facultad de cerrar ramales ferroviarios en el Ministerio de Transporte.

A través de un decreto firmado por el presidente Mauricio Macri, el jefe de Gabinete Marcos Peña y el ministro de Transporte Guillermo Javier Dietrich, el Poder Ejecutivo le cedió al Ministerio de Transporte la facultad de clausurar trenes. De inmediato los gremios del sector salieron a advertir sobre las consecuencias de un ajuste en ese campo, que remiten a las políticas de los 90.

En el sur de la provincia de Santa Fe –donde cerraron recientemente los talleres Rioro, con más de 70 despidos– la decisión de Macri causa particular preocupación.

El decreto fue publicado el martes 15 en el Boletín Oficial y generó alarma en el sector ferroviario. Hasta ahora cualquier decisión sobre cierre de ramales requería de un decreto presidencial, pero con los cambios establecidos por el gobierno de Cambiemos –basados en la necesidad de lograr más “eficiencia y racionalidad”– se delega en el Ministerio de Transporte “la facultad de clausurar ramales ferroviarios en forma definitiva y proceder al levantamiento de las vías y demás instalaciones ferroviarias”.

Además, el decreto establece que “los rieles, durmientes, aparatos de vías y el resto de los bienes muebles que compongan la infraestructura ferroviaria que se encuentra ubicada en el sector que se resuelva remover, quedarán en poder de la Administración de Infraestructuras Ferroviarias Sociedad del Estado”, organismo creado por ley del Congreso en el inicio del primer gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

Alerta sindical

El posible cierre de ramales afectaría a las localidades cuya economía está vinculada en forma directa a la actividad ferroviaria, como el sur santafesino. Desde el Ministerio de Transporte de la Nación justificaron el decreto con el argumento de que fue adoptado para “aliviar trámites burocráticos”. Los medios nacionales hablan del inminente cierre de algunos ramales de la línea Belgrano Sur en el Gran Buenos Aires, que el gobierno no considera prioritarios ni rentables.

Pero además, podrían correr peligro los servicios locales de pasajeros en el interior del país cuya operación el gobierno ha intentado revertir a las provincias, como los de la ex SEFECHA en Chaco o el Tren del Valle entre Río Negro y Neuquén. También podría disponerse el levantamiento de playas ferroviarias hoy desactivadas para proyectos inmobiliarios en distintas zonas del país.

La dicotomía entre trenes de cargas y de pasajeros fue rechazada desde las entidades gremiales. La Unión Ferroviaria, La Fraternidad, el gremio de los Señaleros y la Asociación de Personal de Dirección de Personal de Ferrocarriles se declararon en estado de “alerta y sesión permanente” y le advirtieron al gobierno: “Defenderemos todos los ramales, sean de carga o de pasajeros”.

Especulación inmobiliaria

En el sur provincial ya había causado alarma el cierre de los talleres Rioro, en Pérez (departamento Rosario), con 71 trabajadores en la calle que debieron aceptar el retiro voluntario. Ahora, el decreto de Macri suma nuevos motivos de preocupación. Para Mariano Anterone, de la asociación Amigos del Riel de Rosario, están claros los motivos detrás de la medida: “La especulación inmobiliaria está a la orden del día”.

Crónica Ferroviaria, un portal especializado en noticias sobre trenes, emitió un comunicado que sostiene: “Creemos que con esto se firma el acta de defunción de algunos ramales, que sin tener tráfico de trenes, estaban ahí por si en algún momento alguien los resucitaría. Ahora hay que esperar qué resolución tomará el Ministerio de Transporte y cuáles serán los ramales elegidos para ser levantados definitivamente y dejar sin esperanzas a varios pueblos que creían que en un futuro volverían los trenes”.

 

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