Las imágenes no alcanzan para describir la realidad. Podríamos hablar de su materialidad o de su ausencia. Y antes que usted termine el segundo mate, saltará al grito de: ¡La caverna de Platón! ¡La caverna de Platón! Como si esto fuera un programa de preguntas y respuestas. Creo que no soy Iván de Pineda, apenas nos diferencian algunas cosas. Él es más grande y yo soy monotributista. Pero dada la ocasión si me ofrecen conducir un programa aceptaría, sin ningún tipo de problema. Ahí observarían más diferencias con el modelo en cuestión, pero no viene al caso.

El programa que conduciría podría ser similar a ¿Quién quiere ser millonario? formato televisivo de juegos y premios que nuestro amigo Danny Boyle supo llevar a la gran pantalla en película homónima en su traducción al castellano hace casi 10 años. No sé si recuerda la trama, Jamal es un pibe que logra avanzar en el juego contestando una variedad de preguntas que conoce de casualidad o como parte de experimentar la vida (elegir una de las dos opciones puede definirle ingresar a un ministerio). Jamal logra llegar a la pregunta final por 20 millones de rupias (no tengo la mínima idea a cuanto está el cambio de una rupia, pero de ultima piense que son reales). El conductor del programa, duda de la capacidad de Jamal y piensa que hizo trampa, por lo cual llama a las fuerzas del orden para que intervengan en el fraude al público. Olvidé mencionar que Jamal es pobre y vive en la calle. Tan pobre que es capaz de zambullirse en la mierda propia y ajena para lograr un autógrafo de Amitabh Bachchan, una vieja estrella de Bollywood. Más avanza la trama, más compleja se pone la historia. Pero todos sabemos que Jamal podrá luchar ante las dificultades. El cine es maravilloso en ese aspecto, bueno quizá más Hollywood que el cine como arte. Pero que a ese tema lo aborde la gente de la cultura.

El cine logra enseñarnos que todo va a estar bien. Que siempre hay una solución y que la salida es individual, con cara de Bruce Willis ante un meteorito, Denzel Washington frente a la injusticia o Jennifer Lawrence contra el sistema, según la corrección política del estudio. El enemigo puede ser enorme, las acciones imposibles y el clima más que desesperanzador. Pero, quédate tranquilo… todo va a salir bien. Falta el besito en la frente e ir a dormir.

Bien, ahora imaginemos un país que no conocemos. Le ponemos por nombre Anitnegra. En dicho país deciden hacer algunos cambios. Le ofrecen a un trabajador jugar a ¿Quién quiere ser millonario? En el primer escalón debe responder bien o aumentan los servicios. En el segundo escalón debe decidir si se baja el sueldo para que vengan inversiones o si se baja el sueldo para que no haya déficit fiscal. En el tercero, debe optar por dejar de mantener vagos con planes trabajar hasta los 70. A pesar de responder bien todas las respuestas, el conductor hablará con la policía. Esta película no puede terminar bien…

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