“Sin financiamiento externo no se puede sostener el crecimiento y desarrollo que estamos logrando”, afirmó Mauricio Macri cuando anunció el pedido de ayuda al FMI. ¿Será así? ¿Habrá una tal crisis del capitalismo o será solo de los capitalistas que no quieren perder ganancias?

1.- Fui a la verdulería hace un ratito y le dije a la señora verdulera que estaba apurado porque estaba por hablar Macri. Eso, como se imaginan, derivó en una charla sobre la situación del país, del mundo y de todo. Me cae súperbien mi verdulera (tanto que ya me la apropié y le digo “mí”). Intercambio moderado de ideas, sin perder la risa, relajado. En un momento larga “Te voy a decir algo: ¿sabés cuántas veces pasé yo por esta?” Yo le respondí: “Ya sé, pero da bronca tener que empezar de cero cada 10 años. Y muchos no pueden y quedan ahí.” Me dio la razón, cosa que odio, y me dijo, mientras terminaba de pesarme el queso cremoso y cobrarme: “Cada 10 años pasa lo mismo. Es cíclico. Y siempre salimos.” Asentí con el marote y desde la puerta le dije, resignado: “Al menos todavía podemos comer una tarta”, levantando mi compra para, claro, cocinar una tarta. Si siempre salimos o no, es al menos por el momento secundario. A lo sumo deberíamos preguntarnos “cómo salimos”, o sea, “cómo quedamos”.

Pero me quedé pensando en lo del ciclo vital del capitalismo. No sé si cada 10 o cuántos años, pero son recurrentes sus crisis, eso es cierto. Hasta parecerían inherentes a su dinámica porque, además, parecen siempre tener la fórmula para reinventarse… a costa de los pobres, obvio. A mis 40 puedo recordar tres crisis, si es que a la actual ya podemos denominarla así. Yo creo que sí, desde luego. Hiperinflación en el 89; Blindaje y Corralito en el 01; y Macri en el 18. A diferencia de sus predecesoras, esta vez habrá tres semanas de olvido y perdón: Messi + 10 en Rusia.No aguantó hasta el 19 para continuar la lógica del año impar. Y estoy hablando solo de las crisis en Argentina, que son las que, al menos, he vivido más de cerca.

2.- En fin, ¿en qué me quedé pensando? En que cuando emerge que situación como la estos días (que ya lleva meses), se dice que es una “crisis cíclica del capitalismo”. Y yo creo que eso como mínimo es un eufemismo; pero en verdad es una canallada. He ahí mi hipótesis. Porque lo que entra en crisis es, al parecer, el capital, y en todo caso los poseedores del mismo: los capitalistas o, en términos marxistas, los propietarios de los medios de producción.

¿Por qué? Porque pareciera ser que recién cuando ellos comienzan a padecer una merma en sus ganancias, empieza a hablarse de manera masiva y popular de una crisis del capitalismo. Y bien digo merma en sus ganancias y no directamente pérdidas, porque hablar de eso, en estos casos, sería un insulto, ya que nos referimos a personas o sociedades que acumulan de a miles de millones mensualmente. ¿Qué me hace pensar eso?

Durante lo que, parafraseando a Kuhn, podríamos definir como un período de “capitalismo normal”, en el mundo conviven un 1% por un lado que acumula la misma cantidad de riquezas que el 99% restante. Desde luego, dentro de ese 99% hay diferentes escalas y hay personas que están más o menos cerca del 1%, otras, muchos más, que deambulan en una masa escalonada más o menos homogénea y que se encuentra, desde ya, más alejada de la cima… mientras que un alto número restante, ya no deambula, sino que naufraga o, incluso, está hundida en los subsuelos de esta imaginaria escala social. Esta es, más o menos, la situación cotidiana del capitalismo, cuando decimos que no hay una crisis. ¿En otra palabras? Cuando el capitalismo parece que funciona más o menos bien y es justo, hay más de un 40% de la población mundial que vive en crisis. Y cuando está en crisis, ese número supera, tal vez, el 70% (y me parece que soy generoso), mientras que los capitalistas pueden, en plena crisis y como pasa en Argentina, acopiar en sus silos agroexportadores, cinco mil millones de dólares en granos, teniendo la paciencia suficiente para que la situación cambie hasta que los beneficie.Y lo escribo con letras porque el impacto visual es mayor. Esos, entre otros, son los tipos que dicen estar en crisis y, por derrame, el resto lo estamos. Sí, en este caso, la teoría del derrame funciona a la perfección. Pero más allá del posicionamiento mundial como granero of the universo que somos, el capitalismo hoy es fundamentalmente financiero.

3.- ¿Dónde y cómo se origina esta crisis? Quizás no lo sé. ¿Cómo se resuelve? Eso sí que estoy seguro no lo sé. Pero una opción que nunca se probó es la de “El club de la pelea”: que se pudra todo: bomba a las grandes bases de dato de las finanzas mundiales y volvemos a la prehistoria. No lo veo muy posible que digamos hoy por hoy. Entonces, reformulamos: ¿quién paga los platos rotos por las décimas de miles de millones que alguien deja de ganar? Chocolate por la noticia: políticas estatales de ajuste, redireccionamiento de los fondos y reservas, quita de subsidios y de financiamiento para las políticas de seguridad y garantía social, etc. En resumen, lo pagan los Estados y, por ende, sus ciudadanos más vulnerables, es decir, los que necesitan de él.

Pero esto nos conduce a lo siguiente: no todos los estados actúan de esta manera ante estas situaciones; no todas las gestiones son genuflexas; no todas se arrodillan y obedecen debidamente al pie de la letra a lo que el capital o los capitalistas quieren. Entonces, empobrecer a la población o reducir las ganancias de los megamillonarios es una decisión política. No es necesario; no es la única opción; no es lo que hay que hacer. Lo hacen porque quieren. En su lectura de un documento, hoy Macri al anunciar que pidió financiamiento al FMI fue claro: “Sin financiamiento externo no se puede sostener el crecimiento y desarrollo que estamos logrando. (…) Estoy convencido de que el camino que tomamos va a lograr un mejor futuro para todos”. Eso quiere decir que había otros que él no quiso seguir. Ninguna pesada herencia, ninguna necesidad. O sí, una necesidad de satisfacer sus propios intereses y deseos. Macri, lo sabemos, si no está dentro del 1% que mencioné más arriba, está ahí nomás. Y piensa como piensa ese 1%. Y además, deberíamos establecer los límites de ese “todos” que menciona en sus declaraciones en primera persona. Y a qué le llamamos crecimiento y desarrollo. Y ni hablar de preguntarnos por quiénes son los beneficiarios de eso que “estamos logrando”.

 

4.- En conclusión, la crisis del capitalismo es producto de la crisis, entre otras cosas, del poder de los poderosos. Es la crisis que ellos padecen y que quieren imponer… porque lo pueden hacer. No es cíclica por naturaleza. Surge cuando el capital ambiciona más de lo que puede acumular o cuando se redirigen sus riquezas hacia los sectores que más lo necesitan y que, créanme, no modifica en nada la vida de aquel 1%.

Tenemos que desnaturalizar que el capitalismo funciona así y cada tanto tenemos que arrancar de cero porque así funciona la cosa. La pobreza no es la normalidad. Que porque ya hayamos pasado tantas veces por esta, como mi verdulera, no significa que tengamos que volver a pasar necesariamente otra vez. De hecho, si ya la padecimos, lo natural en el último de los casos sería que no la volvamos a padecer, y no al revés. Que podamos sobrevivir durante X años de normalidad soportando un 99% que se mata por lo que el 1% restante derrama sin querer (o para mantener contento al mundo por un rato) no tiene nada de natural ni de lógico ni de sentido común. Es político, es social, es económico y cultural. Y podría ser de otra manera. ¿Cuál? No sé. Pero de seguro un poco menos peor que la que sostiene a un número reducido de personas que hacen lo que quieren con el mundo, seres humanos incluidos.

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