Se dice que la palabra chamamé significa enramada o corredor, lo que se hace desordenadamente, sin plan ni método. El vocablo tendría su origen en la frase “che amoá memé” que quiere decir “doy sombra a menudo o constantemente”. Tiene relación con la enramada porque da sombra, está hecha para eso. Generalmente en la zona del Litoral se realiza el baile bajo las enramadas.

En Monte Caseros, Corrientes, ultimo pueblo al sur de la provincia, se llevó a cabo el fin de semana pasado el  50° Festival de Doma y Tradición, con la concurrencia de todo el poblado de esta silenciosa y amable ciudad. Luego de la doma y de anunciar los ganadores internacionales y de coronar a la reina del festival, la montecasereña Tamara Ríos, el escenario se abrió para dar lugar a los ballets provinciales Luna Mía, Tavarandú de Juan Pujol y Flor del Ceibo, de la misma ciudad.

La pista de baile, que semanas atrás fue la cancha donde entrenaba la gurisada del Club Samuel W. Robinson, se fue colmando de diversos bailarines, a cual más apasionado mostrando su estilo de baile, traído desde la infancia. Los ojos brillan de orgullo para darle la entrada a el niño estrella del chamamé, Jerónimo Zambón y su conjunto. Ocupó la pista entera El legendario Juancito Buenaga, seguido por Espuelas del Plata. Antes del bingo que dejó 4 ganadores de un mismo auto y del cierre del esperado Mario Bofil, que comenzó su show a las 5 de la madrugada de un lunes que se convirtió en feriado voluntario para los trabajadores del pueblo, el Padre Julián Zinni y su conjunto Neike Chamigo se llevó todos los aplausos en su recitar:

Por eso la concurrencia
siente cosquillas adentro
y que le retoza el alma
ni bien abre el instrumento...

Parece un rito sagrado
se inclina el chamamecero;
cierra los ojos y elige
un chamamé bien de adentro

Que es una víbora hermosa
que parece estar en celo
porque se enrieda y se enrieda
hasta clavar su veneno

En los tobillos del damo...
Y ya desde ese momento
el correntino va herido...
No baila, reza sus gestos

Hablan por él...mientras tanto,
mientras se va retorciendo,
se desangra por la cancha
la herida de su silencio...

Lleva arrastrando los pies
en sinuosos viboreo;
amaga, gira, se hamaca,
se planta en el zapateo

Y como el pavo real
va erguido, pomposo y lento,
con el porte cortesano
de un antiguo caballero.

¿De qué remoto pasado,
de qué sepultado imperio,
de qué pueblos incendiados
le viene este sortilegio?

¿De dónde esta fuerza lenta
que se va agarrando al suelo?
¿De dónde la gallardía
que tiene bailando, el mencho?

Unos dicen que es herencia
y otros, cosa de amuleto:
la música está en el alma
de los hijos de este suelo;

se les subió por la sangre
de los talones al pecho,
y les retoza en el alma
y les florece en los dedos...

Mírenlo. Vale la pena
verlo, de pie en su silencio,
destrenzando melodías
y como arrugando el viento…

 

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