Docentes críticos con Cantero: “El Ministerio propone nivelar para abajo”

Un grupo de docentes santafesinos se manifestó a través de una carta abierta contra la decisión de la ministra de Educación de suspender las clases virtuales con el argumento de que no todos los alumnos y alumnas tienen Internet.

Cientos de docentes autoconvocados elaboraron un documento en rechazo a la decisión del Ministerio de Educación de la provincia de Santa Fe de suspender las clases –tanto presenciales como en su modalidad a distancia– durante esta semana para frenar la circulación y ayudar de esa forma a bajar los contagios de coronavirus. A su entender, con la suspensión de las clases la provincia busca “nivelar para abajo”.

Azorados por las idas y vueltas del gobierno provincial, que en principio sostuvo la presencialidad a pesar del fuerte aumento de los casos de Covid y luego suspendió de un plumazo las clases presenciales y virtuales, un grupo de docentes santafesinos hicieron circular un documento en el que cuestionan los argumentos del Ministerio de Educación.

“Muchas de las disposiciones del Ministerio desde que comenzó la pandemia nos han parecido inadecuadas, contradictorias, improvisadas y que generan confusión. Pero esta definición acerca de la Educación Virtual ya excede todo límite aceptable”, sostuvieron los docentes.

“El Ministerio dice que como no todos los alumnos y alumnas tienen Internet, mejor no eduquemos a nadie. El Ministerio propone, esta vez con una gravedad extrema, nivelar para abajo. Propone abandonar la única forma de vinculación pedagógica posible en este contexto de aislamiento por la situación sanitaria”, criticaron.

Los docentes acusaron a la ministra Adriana Cantero de desconocer “todos los esfuerzos que escuelas y docentes hicimos desde el comienzo de la pandemia”. Y enumeraron: “Estamos hablando de un año de trabajo acumulado por generar dispositivos, herramientas, medios para seguir educando a pesar de la imposibilidad de las clases presenciales. A lo largo y a lo ancho de toda la provincia, como sucedió en todo el país, los y las docentes hemos desarrollado todo tipo de experiencias, que si bien fueron dificultosas, permitieron seguir conectados, pensando, produciendo. Maestros y maestras que se conectaron por Whatsapp y videollamadas, fotos que fueron y vinieron, mails, Classroom, Meet, Zoom, todo un repertorio de herramientas que funcionaron a veces mejor y a veces peor, pero que de ninguna manera pueden abandonarse sin sustituirlas por nada”.

En otro tramo de la carta abierta, señalaron que las decisiones que toma el Ministerio de Educación de Santa Fe son “arbitrarias, improvisadas y contradictorias” y agregaron que “violan el derecho a la educación de miles de niños, niñas, jóvenes y adultos, un derecho que es su deber garantizar”.

Luego, sostuvieron que las decisiones “unilaterales” del gobierno provincial “ningunean el trabajo profesional de los y las docentes, desconocen y desprecian la labor, la imaginación, el compromiso con que los y las educadores trabajamos, y lo peor de todo, someten a toda una generación a la ignorancia planificada”.

“Por otro lado –continuaron– la forma de comunicar del Ministerio, improvisada, contradictoria y espasmódica, genera confusión en toda la comunidad educativa, que no sabe a qué atenerse, y boicotea los esfuerzos de los docentes por mantener el vínculo pedagógico (que es siempre único y delicado), en un contexto donde este ya está extremadamente fragilizado”.

Los docentes que firmaron el documento están convencidos de que “es evidente que la situación epidemiológica no hará posible el retorno a las aulas” en el corto plazo y lanzaron una pregunta dirigida al gobierno de Omar Perotti en su conjunto: “¿Nos propondrán entonces no dar clases, de ningún tipo, por tiempo indeterminado?”.

Cabe recordar que, a fines de la semana pasada, antes de que entren en vigencia las nuevas restricciones por la pandemia del Covid, el Ministerio de Educación de Santa Fe decidió suspender las clases –tanto presenciales como virtuales– durante los tres días hábiles de esta semana. En esa ocasión, desde el ministerio que conduce Adriana Cantero hicieron notar que es imposible sostener un esquema de educación a distancia debido a que muchos hogares de la provincia no cuentan con buena conexión a internet.

La decisión de Cantero generó tal malestar en la comunidad educativa que el último sábado, pocas horas después de emitir la resolución, la ministra debió salir a aclarar que las clases virtuales no estaban suspendidas por completo y que aquellos docentes que cuenten con las condiciones materiales y tecnológicas adecuadas podían dictar clases con normalidad durante esta semana.

El comunicado completo de los docentes

Entre la incredulidad y la indignación, los y las docentes de toda la provincia, así como la comunidad educativa entera, recibimos la Circular N° 12/2021 y comunicado anexo, que disponen suspender toda actividad educativa, inclusive la virtual, hasta fin de mes.

El comunicado distingue entre “Educación a distancia” y “Educación virtual”. Argumenta que la primera implica alguna circulación de personas (buscar cuadernillos, tutorías en grupos pequeños, etc.), por lo cual en el contexto de aislamiento no es posible. Y a la “Educación virtual”, la que se hace exclusivamente a través de Internet, la desalienta, ordenando suspenderla también, argumentando que solo un pequeño porcentaje de alumnos y alumnas cuentan con conectividad.

Muchas de las disposiciones del Ministerio desde que comenzó la pandemia nos han parecido inadecuadas, contradictorias, improvisadas y que generan confusión. Pero esta definición acerca de la Educación Virtual ya excede todo límite aceptable.

El Ministerio dice que como no todos los alumnos y alumnas tienen Internet, mejor no eduquemos a nadie. El Ministerio propone, esta vez con una gravedad extrema, “nivelar para abajo”. Propone abandonar la única forma de vinculación pedagógica posible en este contexto de aislamiento por la situación sanitaria.

Desconoce todos los esfuerzos que las escuelas y los y las docentes hicimos desde el comienzo de la pandemia (estamos hablando de un año de trabajo acumulado) por generar dispositivos, herramientas, medios para seguir educando a pesar de la imposibilidad de las clases presenciales. A lo largo y a lo ancho de toda la provincia (así como sucedió en todo el país), los y las docentes hemos desarrollado todo tipo de experiencias, que si bien por supuesto fueron dificultosas, permitieron seguir conectados, pensando, produciendo. Maestros y maestras que se conectaron por Whatsapp y videos llamadas, fotos que fueron y vinieron, mails, Classroom, Meet, Zoom, todo un repertorio de herramientas que funcionaron a veces mejor y a veces peor, pero que de ninguna manera pueden abandonarse sin sustituirlas por nada.

Las decisiones que toma el Ministerio, arbitrarias, improvisadas y contradictorias, violan el derecho a la educación de miles de niños, niñas, jóvenes y adultos. Un derecho que es su deber garantizar. Sus decisiones unilaterales ningunean el trabajo profesional de los y las docentes, desconocen y desprecian la labor, la imaginación, el compromiso con que los y las educadores trabajamos, y lo peor de todo, someten a toda una generación a la ignorancia planificada.

Por otro lado, la forma de comunicar del Ministerio, improvisada, contradictoria y espasmódica, genera confusión en toda la comunidad educativa, que no sabe a qué atenerse, y boicotea los esfuerzos de los docentes por mantener el vínculo pedagógico (que es siempre único y delicado), en un contexto donde este ya está extremadamente fragilizado.

Esperamos que de forma urgente el Ministerio retraiga su directiva de suspender la virtualidad, y que en vez de conceptualizar la Educación Virtual como un lujo para minorías (naturalizando, para colmo, la brecha digital con un cinismo que da náuseas), la comprenda como lo que es en este momento: la única posibilidad concreta de seguir educando en este contexto de pandemia y confinamiento, por lo que urgen medidas para garantizar la conectividad pública(en el largo año que pasó, el gobierno Provincial no invirtió un solo peso en ese sentido), publicar experiencias exitosas de docentes y alumnos en la virtualidad, comenzar a sistematizar las mismas, capacitar a docentes y alumnos en el uso de herramientas digitales, poner a disposición recursos y plataformas digitales.

Tuvieron más de un año para planificar, así como para invertir en conectividad de escuelas, docentes y alumnos, y nos piden que esperemos a la semana próxima para “definir el formato escolar a seguir”. ¿Qué dudas puede haber acerca de ese formato, cuando es evidente que la situación epidemiológica no hará posible el retorno a las aulas? ¿Nos propondrán entonces no dar clases, de ningún tipo, por tiempo indeterminado?

Los y las docentes comprometidos con el derecho a la educación de nuestros alumnos, no vamos a interrumpir nuestras clases virtuales. Pero la educación no es un apostolado quijotesco por parte de individuos, el derecho a la educación, que es un derecho humano básico, se sostiene desde el Estado. Si no lo hiciera, está faltando al más básico de sus deberes.

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