Los albatros se divorcian con más frecuencia cuando las aguas del océano se calientan

Un estudio realizado en las Islas Malvinas encontró que los albatros son más propensos a divorciarse por infidelidades cuando aumenta la temperatura del agua. Se trata de la primera evidencia de que el medio ambiente y el cambio climático afecta el divorcio en las aves silvestres.

La ciencia ya mostró que más del 90 por ciento de todas las especies de aves son monógamas y, en su mayoría, se mantienen fieles. Las parejas de albatros rara vez se separan y se quedan con el mismo compañero de cría año tras año.

Pero una nueva investigación realizada en las Islas Malvinas por la Proceedings of the Royal Society B demuestra que en los años en los que el agua estaba más caliente de lo habitual, la tasa de separación de los albatros aumentó del 4 a casi el 8%.

Se trata de la primera evidencia de que el medio ambiente y el cambio climático afecta el divorcio en las aves silvestres. La investigación observó 15.500 parejas de albatros en las Islas Malvinas durante 15 años. En promedio, los albatros son fieles y monógamos: apenas un 1% cambia de pareja una vez que eligió a su primera pareja. Sin embargo, los efectos del cambio climático llevaron esa cifra a casi el 8%.

En condiciones normales, las únicas separaciones que se producían eran por incapacidad de alimentarse, pero esta investigación demostró que los albatros se estaban separando incluso cuando cumplían con éxito la temporada de alimentación.

Los resultados del estudio sugieren que a medida que el clima cambia como resultado de la actividad humana, los casos más altos de divorcio en albatros y quizás otros animales socialmente monógamos pueden ser “una consecuencia pasada por alto”, escriben los investigadores.

Los albatros pueden vivir durante décadas, a veces pasan años en el océano en busca de comida y regresan a la tierra solo para reproducirse. Las parejas que permanecen juntas tienen los beneficios de la familiaridad y una mejor coordinación, lo que ayuda a criar a los jóvenes. Esta estabilidad es particularmente importante en entornos marinos dinámicos, dice Francesco Ventura, biólogo conservacionista de la Universidad de Lisboa en Portugal.

Ventura y su equipo analizaron datos recopilados de 2004 a 2019 sobre una gran colonia de albatros de ceja negra (Thalassarche melanophris) que viven en las Islas Malvinas. El equipo registró casi 2.900 intentos de reproducción en 424 hembras y rastreó las rupturas de aves. Luego, teniendo en cuenta el éxito reproductivo anterior en parejas individuales, los investigadores comprobaron si las condiciones ambientales tenían un impacto adicional notable en las parejas.

El fracaso reproductivo, especialmente al principio, seguía siendo el factor principal detrás de un divorcio: cada hembra pone un solo huevo, y las aves cuyos huevos no eclosionan tenían más de cinco veces más probabilidades de separarse de sus parejas que las que lo lograron, o aquellos cuyos polluelos nacidos no sobrevivieron. En algunos años, la tasa de divorcios fue inferior al 1 por ciento.

Sin embargo, esta tasa aumentó en línea con la temperatura promedio del agua, alcanzando un máximo de 7.7 por ciento en 2017 cuando las aguas eran las más cálidas. Los cálculos del equipo revelaron que la probabilidad de divorcio se correlacionó con el aumento de las temperaturas. Y sorprendentemente, las hembras en parejas reproductoras exitosas tenían más probabilidades de verse afectadas por el entorno más severo que los machos o las hembras que no se reproducían o fallaban. Cuando las temperaturas del océano volvieron a bajar en 2018 y 2019, también lo hicieron las tasas de divorcio.

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