María Claudia Albornoz: una voz poderosa desde lo profundo del barrio

Foto: Gabriela Carvalho

En representación de La Poderosa, la “Negra” María Claudia Albornoz disertó en el I Argentino de Periodismo y Opinión Pública.

Se presenta como “sobreviviente de la inundación 2003”. Desde barrio Chalet para todo el país, la voz de María Claudia Albornoz fue creciendo hasta convertirse en una referencia del movimiento de inundados, del feminismo villero y de La Garganta Poderosa. En el I Argentino de Periodismo y Opinión Pública, en una entrevista moderada por Ezequiel Nieva, repasó su trayectoria y puntualizó sobre estrategias frente a los discursos de odio.

  • “Cuando el agua nos sacó del oeste de la ciudad, empezó un recorrido que tiene que ver mucho con la lucha y con encontrar las palabras para luchar. Y me empecé a dar cuenta de que cuando decía, cuando comunicaba, parece que lo hacía de forma clara. Siempre decimos que las personas que viven debajo de la línea de pobreza, yo vivo en un barrio popular, nací en barrio Chalet hace 57 años, muchas veces no tenemos palabras, nos faltan las palabras. Así como te falta urbanización o medicamentos, también faltan palabras. Por eso es importante charlar sobre la construcción de palabras que tengan sentido para luchar. Y fuimos encontrando palabras, por eso hay una que es una palabra de lucha que no existía en el en el diccionario, que es inundador”.
  • “Desarmamos los discursos de odio con una pedagogía de la paciencia y mostrando nuestro trabajo, que es la mejor manera: el trabajo comunitario, la organización que hay en los barrios y en las villas de la Argentina y Latinoamérica, que la derecha señala como los vagos, que no hacemos nada y vivimos del Estado. Ese es uno de los primeros discursos de odio que se instala”.

    Foto: Gabriela Carvalho
  • “Hay una clase media en la Argentina que tiene mucho miedo de caer en desgracia. Ese es el caldo de cultivo más fuerte para que esos discursos de odio se reproduzcan. Tiene que ver mucho con el miedo, con el desconocimiento, pero sobre todo con el miedo que les da la barriada”.
  • “Yo discuto bastante que estemos girando a la derecha. Yo creo que la derecha tiene un piso enorme en el mundo. Después, sí, vienen figuras como Javier Milei. En el barrio no es muy conocido, es un loco que tiene los pelos raros, en todo caso. Sobre todo, nos parece que dice boludeces. Ponele que alguno le entre, pero por lo general dice boludeces cosas que no se pueden concretar”.
  • “La derecha y la izquierda, o el progresismo, yo creo que se intercalan en el poder. Yo no sé si giramos a la derecha. En realidad, el progresismo parece no querer cambiar demasiado, por más que nos pongamos la camiseta de lo nacional y popular. No hay ascenso de clase, o sea, mis viejos no tenían primario y secundaria y pudieron tener una un trabajo y una casa y mandar a su hijo a la escuela y eso hablaba de un ascenso de clases en un momento del peronismo de la Argentina y hoy eso no existe más, pero rotundamente no existe más. Entonces, sí, nos podemos poner la camiseta del de lo nacional y popular, pero en realidad las clases populares siempre estamos en un mismo lugar y no hay posibilidad de ascenso, no hay posibilidad de diálogos con el poder, con la derecha”.
  • "El feminismo es una amenaza porque en realidad somos un movimiento que dice la verdad, que construye desde siempre desde las bases. El feminismo villero en particular es el feminismo comunitario, que tiene de primera mano lo que pasa en el barrio y esa es la bandera que va construyendo. El feminismo villero cobra trascendencia hace seis años, antes no era muy conocido. El feminismo de las ollas, de la triple jornada de la trabajadora. Nos cuesta un montón, decimos, porque para poder pensar necesitas tiempo, es lo que nosotros le decíamos a los otros feminismos. Si vos tenés comida, tenés trabajo, tenés un lugar más o menos calentito o fresquito en verano y tenés un poco de tiempo seguramente vas a elaborar teorías. Nosotras vivimos en la emergencia permanente, entonces elaborar teoría para hacer una pedagogía y poder armar un discurso es re difícil. Pero nos fuimos dando el tiempo mientras cocinamos, mientras trabajamos, mientras limpiamos las calles”.

La entrevista completa, disponible acá abajo.

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