Lula asumió su tercer mandato

Foto: Twitter de PT Brasil (@ptbrasil)

Más de 300.000 personas, 17 jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos el presidente Alberto Fernández, y otras 65 delegaciones extranjeras participan este domingo en Brasil. Lula asumió con un Bolsonaro que abandonó el país.

Luiz Inácio Lula da Silva, de 77 años, asumió hoy la Presidencia de Brasil para un mandato de cuatro años, al jurar en el Congreso Nacional, acompañado por una multitud de 300.000 personas en la Explanada de los Ministerios, en la capital Brasilia.

El Presidente brasileño asumió su tercer mandato luego de haber gobernado el país entre 2003 y 2010 y luego de haber estado 580 días preso en forma ilegal por parte de la Operación Lavajato razón por la cual estuvo inhabilitado de participar en los comicios de 2018 vencidos por el saliente presidente, Jair Bolsonaro, quien abandonó el país el viernes al viajar a Estados Unidos.

Lula fue recibido con honores militares por los titulares de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, y del Senado, Rodrigo Pacheco.

En la ceremonia están presentes autoridades locales y visitantes extranjeros, entre ellos la expresidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), destituida en 2016 por el Congreso.

El discurso ante el Congreso

“Si estamos aquí es gracias a la conciencia política de la sociedad brasileña”, declaró Lula en su primer discurso después de haber jurado como nuevo presidente de Brasil.

“Fue la democracia la gran victoriosa, añadió.

Además, adelantó que firmará medidas de reorganización de las estructuras del Poder Ejecutivo “para que el Gobierno vuelva a funcionar de forma racional, republicana y democrática”.

“El mandato que hemos recibido, frente a adversarios inspirados en el fascismo, será defendido con los poderes que la Constitución confiere a la democracia. Al odio responderemos con amor. A la mentira, con la verdad", aseguró Lula.

A su vez, el presidente del PT sostuvo que “el diagnóstico que recibimos del Gabinete de Transición es terrible", en relación a la salud, la educación, la cultura, la ciencia y la tecnología.

“Este compromiso empieza por garantizar un Programa Bolsa Família renovado, más fuerte y más justo para atender a los que más lo necesitan”, expresó en relación al histórico programa de asistencia.

Lula adelantó que las primeras acciones del Gobierno tendrán como objetivo “rescatar a 33 millones de personas del hambre y rescatar de la pobreza a más de 100 millones de brasileños".

También enarboló como obetivo primordial lograr la deforestación cero en la Amazonia. “Brasil no necesita deforestar para mantener y ampliar su frontera agrícola estratégica”, sostuvo.

Por último, anunció la creación del Ministerio de Pueblos Indígenas y la refundación del Ministerio de la Mujer.

Lula frente a una multitud en el Planalto

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula de Silva, lloró ante la multitud que desbordó Brasilia cuando habló de la desigualdad, luego de recibir esta tarde la banda presidencial de manos de una mujer negra y rodeado por representantes del pueblo, ante la negativa del mandatario saliente, Jair Bolsonaro, de hacer el traspaso del mando, y apuntó a la reconciliación social cuando prometió "gobernar para 215 millones".

"Voy a gobernar para 215 millones de brasileras y brasileros y no solo para quienes votaron por mí", prometió Lula en su discurso en el parlatorio del Palacio del Planalto, sede del gobierno de Brasil.

Foto: Cris Sille

"A nadie le interesa un país viviendo en pie de guerra", agregó y pidió terminar con las "bombas y las fake news".

"La necesidad de unir al país, somos un único país, un único pueblo, somos todos brasileros", insistió.

Los festejos y el operativo ante la oposición violenta

Más de 300.000 personas, 17 jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos el presidente Alberto Fernández, y otras 65 delegaciones extranjeras participan en la gran fiesta del regreso del exsindicalista metalúrgico que es el principal protagonista de la política brasileña desde fines de los años 70. De hecho, mañana se convertirá en el único Presidente que llega a un tercer mandato en la historia del principal socio comercial de la Argentina.

"Hemos recibido un legado perverso. Recibimos el país en peores condiciones que en 2003", dijo Lula recientemente antes de presentar a su gabinete de ministros, durante los trabajos del equipo de transición en el Centro Cultural Banco do Brasil, en Brasilia.

Es por eso que la tensión tras la campaña más violenta y la polarización provocó un operativo de 12.000 hombres de seguridad para la ceremonia de asunción, que estará acompañada por el Festival del Futuro, una fiesta con más de 65 artistas en dos escenarios montados en la Explanada de los ministerios.

La situación es de alto impacto de seguridad debido a que el 12 de diciembre, cuando Lula fue diplomado ante la Justicia electoral, decenas de ultraderechistas salieron a quemar vehículos y destrozar la sede de la Policía Federal en Brasilia en señal de protesta.

El pico más alto de un temor de atentado contra Lula se registró hace una semana en Brasilia, cuando un empresario que confesó estar incentivado a adquirir armamento por Bolsonaro fue detenido luego de haber puesto dinamita en un camión tanque para volar el aeropuerto internacional de Brasilia Juscelino Kubitschek.

La fuga de Bolsonaro

Bolsonaro repetirá lo que hizo el úlitmo dictador, el general Joao Baptista Figueiredo, con José Sarney: negarse a participar de los actos de transmisión del mando. Tampoco quiere hacerlo su vicepresisdente, Hamilton Mourao.

El excapitán del Ejército alineado con Donald Trump, famoso por revindicar a la dictadura y la tortura que es un fenómeno de masas inédito en su país al haber movilizado y expandido el radio de la ultraderecha en el país, mirará la asunción de Lula desde un condominio resort en Orlando, EEUU, junto con su esposa e hijos, propiedad de un empresario y luchador de las artes marciales mixtas o vale-todo.

Se desconoce el plan de Bolsonaro, si busca un exilio para evitar la ola de causas judiciales que se presentarán en su contra o una jugada táctica para rearmarse como jefe de la oposición desde el Partido Liberal, que ya le guardó un cargo directivo con un salario cercano a los 5.000 dólares mensuales.

El saludo de CFK

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner felicitó a Lula Da Silva y con un breve mensaje sobre "un nuevo día en América del Sur".

"Fuerza Lula! Fuerza Brasil!", afirmó.

Con información de Télam

 

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