Chile aprobó reducir la jornada laboral semanal de 45 a 40 horas

Chile se convierte así en la nación de América Latina con la semana de trabajo más corta junto con Ecuador. La reducción se aplicará con la fórmula 1-2-2, eso quiere decir que durante el primer año se reduce una hora, al tercer año dos horas más y al quinto años las dos restantes. La ley prevé la posibilidad de trabajar cuatro días y descansar tres.

El Congreso chileno aprobó un proyecto de ley para reducir de 45 a 40 horas semanales la jornada laboral, uno de los principales proyectos impulsados por el Gobierno de Gabriel Boric.

La normativa, que ya tenía media sanción del Senado, contó con 127 votos a favor, 14 en contra y tres abstenciones en la Cámara de Diputados y quedó lista para convertirse en ley cuando la promulgue el mandatario, que logró darle impulso a la iniciativa que estaba en trámite parlamentario desde 2017.

La ley modifica el artículo 22 del Código de Trabajo para reducir gradualmente las horas de trabajo en un plazo de cinco años. La misma prevé que al año de su aplicación se reduzca la jornada a 44 horas semanales, a los tres años el límite será de 42 horas y al cabo de un lustro se llegará a las 40 horas, que es el tiempo de trabajo recomendado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

La nueva normativa también prevé la posibilidad de trabajar cuatro días y descansar tres (a diferencia de la legislación actual, que obliga a un mínimo de cinco días laborales) y de hacer un máximo de cinco horas extras por semana (hoy se pueden hacer hasta 12 horas extras).

Una ley para el buen vivir

"Tras muchos años sumando apoyo y dialogando, hoy por fin podemos celebrar la aprobación de este proyecto que reduce la jornada laboral, un proyecto profamilia que apunta al buen vivir de todas y todos", celebró a través de Twitter el presidente chileno Gabriel Boric.

"El mandato de nuestro Gobierno es avanzar hacia una mayor justicia y no me cabe ninguna duda que mejoras como las 40 horas son indispensables para acercarnos a un nuevo Chile, uno más justo y una vida más plena", señaló.

"Hoy día ha quedado demostrado que, aunque algunos pensaran que era imposible avanzar en una mejor calidad de vida para los trabajadores de nuestro país, sí se puede", dijo por su parte tras la votación la ministra de Trabajo, Jeannette Jara.

"En primer lugar, esto es un triunfo y una muy buena noticia para el pueblo de Chile, es una muy buena noticia para las trabajadoras y trabajadores que cuidan a niños y niñas, es una buena noticia para los trabajadores del transporte, para las personas que trabajan en cabina en los aviones, para el mundo agrícola y para quienes trabajan en el mar", dijo a la prensa una emocionada Camila Vallejo, quien ahora es ministra vocera de Gobierno, pero fue una de las impulsoras de este proyecto cuando era diputada.

"La política demostró que puede estar a la altura de los desafíos que le plantea el pueblo de Chile", concluyó Vallejo.

La iniciativa fue ingresada en 2017, pero no fue hasta agosto del año pasado que el proyecto fue reactivado por el presidente Boric, en un trabajo legislativo y de diálogo tripartito, entre trabajadores, empleadores y Gobierno.

El 21 de marzo pasado el Senado de Chile dio media sanción de manera unánime al proyecto de ley de 40 horas.

Durante el paso por esa Cámara se incorporaron algunas enmiendas, entre las que destaca su aplicación gradual (1-2-2), como también la jornada laboral de 4 días, también conocido como 4x3, donde los trabajadores tienen la posibilidad de establecer una distribución de jornada de cuatro días trabajados por tres de descanso.

La legislación en la región

Con esta ley Chile se convierte en el segundo país de América Latina, después de Ecuador, en aprobar la semana laboral recomendada por la OIT.

En la Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay, la semana de trabajo es de 48 horas semanales. Brasil, El Salvador, Guatemala y Venezuela tienen una semana laboral de entre 42 y 45 horas semanales, según datos de la OIT.

Pero más allá de las normativas, la OIT también muestra que el promedio de horas efectivamente trabajadas es muy inferior al límite que establecen las leyes. En la comparación mundial, el promedio de horas semanales trabajadas en América Latina y el Caribe (39,9 horas) es bastante menor que en los países árabes (44,6 horas), los de Asia-Pacífico (47,4 horas), Asia del este (48,8 horas) y Asia del sur (49 horas).

En cambio, es mayor al de Europa occidental (37,2 horas), América del Norte (37,9) y África (38,8 horas) según datos de 2019 recopilados por la OIT.

El especialista Najati Ghosheh, que trabaja en la sede central de la OIT en Suiza, explicó que esto no significa que en América Latina se trabaja poco. "Lo que ocurre es que en algunos países solo se mide el tiempo trabajado en el sector formal y no el marginal, donde hay más trabajadores que solo consiguen empleo por hora, lo que baja el promedio", explicó a BBC Mundo.

Según Fabio Bertranou, director de la oficina regional de la OIT en Santiago de Chile, el 27% de los trabajadores pertenece al sector informal. De la fuerza laboral total, cerca del 45% trabaja 45 horas semanales, pero más del 40% trabaja menos de 35 horas. En tanto, un 11% trabaja por encima del máximo permitido por la ley hoy, con jornadas que superan las 49 horas semanales.

Según la OIT, que aprobó su convenio sobre la semana laboral de 40 horas en 1935, trabajar más aumenta la cantidad de accidentes laborales y los problemas de salud, pero no garantiza más productividad, dado que hay más fatiga.

"América Latina tiene una legislación rezagada en cuanto a jornada de trabajo y es imperativo que se haga una revisión", recomendó Bertranou.

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