Debate de candidatos: ¿Qué es esto que estamos viendo?

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Foto: Camila Godoy / Télam

Pasó el segundo y último debate de cara a las generales del 22 de octubre. Pocas propuestas, preguntas intrascendentes, chicanas, muecas silenciosas, fakes news y Bullrich atendida por el SAME. Acá, un resumen al mejor estilo Pausa.

Bueno, sobre las cartas la mesa. Se terminó la hora de los debates y en 15 días veremos si este circo movió el amperímetro de la elección o solo fue un buen show para Twitter y su bajo mundo.

Como nosotres también estamos en ese bajo mundo -y además somos periodistas y tenemos que trabajar- nos vimos las dos horas completas, ao vivo, y acá te traemos el MEJOR RESUMEN DEL DEBATE EVER, candidato por candidato. Ahí vamos.

Javier Mieli

Al candidato liberatiro no le sentó muy bien este segundo debate. En el round de la semana pasada, con el eje Economía, se movió con más soltura, pero con las temáticas de este domingo la performance de Milei bajó, y bastante.

Primero, y como para intentar despegarse de sus dichos sobre la dictadura y los desaparecidos de la semana pasada, corrió por izquierda a Patricia Bullrich por sus dichos en el programa de Fantino: "Usted habló de eliminar leyes por DNU o de llevarse puestas garantías constitucionales. ¿Ese es el modelo de seguridad que tiene? ¿Qué quiere, que esto sea una dictadura?".

Luego de ese rapto garantista, Milei volvió a su cauce. A la hora de sus propuestas sobre seguridad, el candidato comenzó atacando al ex juez de la Corte, Eugenio Raúl Zaffaroni. “Las ideas de Zaffaroni cambiaron el rol entre víctima y victimario, haciendo que los delincuentes sean tratados como las víctimas cuando en realidad son los que tienen que estar encerrados”. Luego dijo algunas cosas que se entendieron poco sobre que sea costoso ser delincuente, y a la hora de las propuestas tiró una batería de reformas sin mucho desarrollo.

En el medio clavó varios datos falsos sobre seguridad, como este:

Y sobre trabajo, como este:

Lo más interesante del debate, nuevamente, fueron algunos momentos de las réplicas y los cruces finales, de preguntas uno a uno. En ese momento fue cuando Bullrich le tiró sobre la mesa la libre portación de armas y la venta de órganos. Milei pisó el palito. Negó que entre sus propuestas esté el tema de las armas, aunque los archivos de su propia plataforma dicen lo contrario:

También negó estar a favor de la venta de órganos, pero su respuesta no dejó clara esa postura y además introdujo falsedades como esta: "Nosotros decimos que hay 7000 personas esperando un transplante y 300.000 potenciales donantes y algo que no funciona en el medio y genera un montón de corrupción".

En otro de los cruces con Bullrich, la candidata de Juntos por el Cambio le preguntó por qué llevaba “chorros” en sus listas, a lo que Milei, lejos desmentirla, le respondió: “Vos también tenés chorros en tu lista”.

Sergio Massa fue el que trajo uno de los temas que todavía no habían salido sobre el líder libertario: su voto en contra de la ley que daba cobertura para tratar las cardiopatías congénitas en bebés. La respuesta de Milei fue que si ya hay salud pública no se necesita una ley específica para eso.

El último tema que dejó en evidencia lo poco apegado que está a la ciencia Javier Milei, fue el cambio climático. Myriam Bregman le preguntó si negaba su existencia a lo que el libertario respondió: "No niego el cambio climático, solo digo que son políticas falsas para financiar vagos socialistas que escriben papers de cuarta para digamos, no, digamos, que feminicidio, digamos, hay que aplicar la ley igualdad ante la ley pero no violes la ley que establecemos en el debate".

Sergio Massa

“Hoy venimos acá a contarte cómo va a ser la Argentina desde el 10 de diciembre”, comenzó diciendo el candidato a presidente de Unión por la Patria y ministro de Economía, Sergio Massa. Acto seguido: tratar de entender el español de Bullrich, buscarle la lógica al razonamiento forzado de Milei, escapar de las fronteras cordobesas de Schiaretti y evitar que Bregman lo iguale al resto.

Primer round: Sergio reaccionó rápido al libreto repetido de Bullrich sobre liberar presos durante la pandemia. “En el año 2019 en Argentina se liberaron 16 mil presos. En el 2020 se liberaron 9 mil. Quien debe explicar la liberación de presos es quien era ministra de Seguridad en ese entonces”, señaló.

Pero eso no quedó ahí, porque Massa rápidamente afinó la mirada y le respondió “¿Quién eliminó los inhibidores en las cárceles de Santa Fe? Invito a todos a que googleen”. No quiso spoilear.

Las propuestas del actual ministro sobre "Seguridad" se centraron en tres ejes: la prevención, la lucha política contra el crimen y exigir rendición de cuentas a la Justicia. Pero la frase que más resonó fue la intención de crear un “FBI argentino”, una especie de síntesis con “los mejores de cada una de las fuerzas federales”. El tema va a ser si hay o no “mejores”.

También Massa propuso continuar “con un cambio en la ley del funcionamiento de los jueces para que tengan que rendir cuentas frente a la sociedad”.

Todas estas medidas también le dejaron un tiempito más a Sergio Tomás para sacarse de encima el yate “bandido” que estaba intentando anclar Patricia Bullrich en medio del escenario.

“[Insaurralde] cometió un hecho gravísimo y le pedí la renuncia a su cargo y la renuncia a su candidatura. No todos somos lo mismo, Patricia. Vos nunca pediste la renuncia de Milman”. Así logró correr la embarcación para dejar pasar a la banda de los copitos.

Ya en el eje de “Trabajo y producción”, Massa sostuvo que su política se orientará desde sus principales propuestas en la actualidad: la promoción de paritarias libres y la reducción de impuestos (como el IVA y Ganancias). Y a estas propuestas les sumó dos aspectos más que no fueron tratados por nadie durante el debate: la situación laboral de las personas con discapacidad y la brecha salarial de género.

"Vamos a impulsar la obligatoriedad de que las empresas por la misma tarea paguen la misma remuneración a hombres y mujeres", aseguró Massa. Se cumple la promesa de Alberto: "Volvimos y vamos a ser mujeres".

Finalmente, en el último eje de debate vinculado a “Desarrollo humano, vivienda y protección del ambiente”, el candidato del oficialismo propuso un acuerdo con el sistema financiero para un mayor acceso al crédito hipotecario y el uso de los inmuebles ociosos del Estado nacional.

En relación con la protección al ambiente, Massa afirmó: “Hay tres cosas claras: vengo planteando desde el 2014 la reforma del Código Penal. Quien contamina un río, tala un bosque o destruye un humedal, tiene que ir a prisión de 3 a 8 años”. “Casa Común y Casa Propia. Ese es el desafío de los próximos cuatro años”, continuó.

En las preguntas cruzadas, Milei quiso correr a Massa con política internacional y éste le recordó que planteó la “ley de juzgamiento en ausencia para terroristas” y que incluirá a Hamás en la lista argentina de organizaciones terroristas.

En tanto a Bullrich le contestó: “No alcanza con gritar para correr o corregir la mala performance electoral que estás haciendo. La ley del arrepentido es de mi autoría. La suba de las penas en los delitos de corrupción fue parte del paquete de leyes que yo planteé. Sería bueno que votes la ley que nos permite saber quiénes son los familiares que fugaron plata a los EEUU”.

También hubo un momento de mucho cringe en que Massa se puso en su rol del compañero que se coloca la pechera y le lleva las banderas a las compañeras que marchan en un 8M cuando expresamente se les pidió que no lo hagan y le exigió a Milei que dejara de faltarle el respeto a las mujeres en el debate.

Y cerró su actuación de la noche nuevamente con un pedido a la ciudadanía: “Te pido que vayas a buscar la bandera argentina al cuarto oscuro”.

Patricia Bullrich

Lo que todes nos preguntábamos era si Patricia, recuperada de la aparente gripe que la semana pasada diezmó su participación, iba a poder ahora descargar sus cañones republicanos sobre sus contrincantes. Aparentemente, a juzgar por su desempeño, más que “gripe” Patricia tiene algún tipo de virus, probablemente de la época previa al descubrimiento de la penicilina, que te deja en un estado de completa desconexión con el aparato fonador y las palabras.

Tal y como se lo marcara en Twitter, Patricia habla con la cadencia de una participante de un jam de poesía y la solvencia de un comentario de Facebook, específicamente de alguna página del tipo “Coherencia por favor” o algo así.

Corrió con una desventaja: en el primer eje de discusión, que era “Seguridad”, todos los candidatos usaron su derecho a réplica para disapararle a ella. Era de esperarse: ella es, después de todo, una defensora de los tiros por la espalda.

En sus dos minutos Patricia eligió hablarle no sólo a los que piden mano dura sino también a las propias fuerzas de seguridad: “Ustedes saben que yo los protegí. Y los llevo en el corazón. Los llevo en el corazón porque me enfrenté a cada una de las mafias, narcotraficantes, criminales, que les sacan la vida a la gente. Entre nosotros las cosas están muy claras. Nosotros sabemos a quién defender. Ellos liberan presos. Y hoy les dan a los presos internet y celulares en las cárceles. Por eso la gente tiene miedo. Porque saben que los presos andan sueltos. Los largan como si no pasara nada. Por eso nosotros tenemos las cosas bien claras”.

“Tener las cosas claras”, en la lengua de Patricia, se traduce en tener entre sus invitados al debate al ex agente Chocobar. “Ese es el mundo que nosotros defendemos” explicó, como si hiciera falta, y añadió: “Por eso el orden va a ser nuestro principal fundamento en esta política de seguridad. Nosotros defendemos a los ciudadanos y la tenemos muy clara. Los ciudadanos con nosotros. Los delincuentes con aquellos que liberan delincuentes. Y el que las hace, las paga”.

Con una postura similar a la que le otorgamos a un personaje caricaturezco del estilo de Isidoro Cañones, Bullrich pasó todo el debate incomodándose a si misma en su afán por incomodar. Si quisiéramos poner acá una sola línea destacable de todas sus alocuciones, nos quedaríamos sin mucho para mostrar. Tuvo, sobre todo, incosistencias: le pegó a Milei por su propuesta de liberar la portación de armas, cuando ella misma ha declarado que está a favor de eso; corrió a Massa durante toda la noche con las causas de corrupción kirchneristas pero jamás respondió las acusaciones sobre las causas propias; quiso chicanear y se quedó corta; no transmitió ninguna propuesta concreta. Más bien parecía que alguien había metido las palabras Insaurralde, ñoquis de la Cámpora, corrupción, hoteles de Cristina y bolsos de López (si, los viejos y roídos bolsos de López) en una licuadora. Y con ese licuadito alimentaron a Patricia para el debate de hoy.

En relación al eje “Trabajo y Producción”, para sorpresa de nadie, dijo que “las indemnizaciones tienen que ser beneficiosas para las dos partes” y que en el área de comercio exterior no puede haber ningún tipo de “Tongolini”. Si es un apodo para referirse a Tombolini nos parece hasta tierno. Pasa que no tenía absolutamente nada que ver con lo que se estaba dialogando, pero bueno… “gripe”, ¿no?

La mejor Patricia es esa que Bullrich exploró poco: la que confronta con Milei. Lo corrió por izquierda con un par de cuestiones, y dedicó una de sus réplicas para dejarlo como un desalmado, algo que es un MONTÓN viniendo de Bullrich. “Le decís mogólicos al que piensa distinto que vos. Insultás a católicos y a judíos. A la longevidad le decís “viejos meados”. Mostrás motosierras, violencia a los jóvenes. Y agredís a las mujeres”. Esta última parte no está mal redactada: así es el textual de lo que ella dijo. De nuevo, juega con la palabra, estirando de manera imposible sus usos, acepciones y límites. Como también se dijo en Twitter, Bullrich habla como si te estuviera dictando el alias de su cuenta de banco.

Después de preguntarle a Bregman si ella conocía qué era el narcotráfico, de tildar a Massa de corrupto por vez mil y a Schiaretti de mentiroso, también nos dejó este poema:

“Massa…
Viniste a agarrar la papa caliente…
y terminaste haciendo…
pu
ré”.

Patricia Bullrich; Obras Completas; Octubre 2023.

Por último, pero no menos importante: a confesión de parte, relevo de pruebas.

Quizás por este fuego amigo es que Patricia terminó atendida por el SAME.

Myriam Bregman

La Rusa volvió a tener una buena performance, aunque quizá sin tantos hits como en el primer debate. Acusó a Milei de ser "la vieja derecha, sólo que un poco despeinada"; un punto por referencia capilar.

Acusó a Massa de armarle las listas a Milei y le pidió no se "apure", porque "todavía no estamos en un balotaje"; un punto por insinuar que, en un eventual balotaje, tendría un mínimo de responsabilidad histórica y no llamaría a votar en blanco.

Acusó a Bullrich de sacarse fotos en un secuestro de 25 porros cuando era ministra de Seguridad; punto por enseñarnos que "porros" en lenguaje de señas es, efectivamente, el gestito de fumarse un porro.

En el eje de Seguridad, Bregman apuntó a Bullrich por su propuesta de bajar la edad de imputabilidad -"¿hasta dónde: los doce, los diez, el jardín de infantes?"- y habló de las "complicidades de las fuerzas de seguridad, políticas y judiciales". "Hay que nacionalizar los puertos bajo control de los trabajadores y derogar la legislación que permite el blanqueo y el lavado".

También se refirió a la situación que atraviesa Israel, y afirmó que "nos duelen las víctimas civiles, que ocurren en un conflicto que tiene como base la política de ocupación y de apartheid del Estado de Israel contra el pueblo palestino".

Su intervención en el eje laboral fue lúcida, y pintó un buen retrato del mundo del trabajo en el mundo posfordista: "Nos quieren hacer creer que los problemas laborales son culpa de los trabajadores que tienen muchos derechos. Hoy estamos totalmente fragmentados, en trabajadores bajo convenio, bajo un plan social, monotributistas, tercerizados; esa división la generan para explotarnos cada día más". Frente a eso, propuso "reducir la jornada laboral a 6 horas 5 días a la semana" y que "las horas que quedan libres que sean repartidas entre aquellos que no tienen un trabajo o tienen uno precario".

Finalmente, se despachó con un excelso shade a Milei, de los mejores momentos del debate: "Cuando Milei te habla en difícil lo hace para ocultar su verdadero plan: indemnizaciones afuera, licencias afuera, aguinaldo afuera. Si sos monotributista, precarizado, tercerizado, no registrado, ya estás afuera. Pero con lo que propone Milei no vas a estar mejor, no te van a dar los derechos que hoy no tenés, porque la única libertad que defiende Milei es la libertad de que te exploten sin límites".

En materia de vivienda, la Rusa pidió "impuestos progresivos a la vivienda ociosa, créditos hipotecarios accesibles y un plan nacional de vivienda para solucionar la emergencia habitacional".

En cuanto a ambiente, temática en la cual se refirió a las "sequías, incendios, olas de calor y contaminación" que atraviesa el planeta merced al sistema capitalista, también señaló: "Todos los candidatos proponen profundizar el camino del extractivismo. Prometen un modelo de desarrollo, pero dejan a las multinacionales hacer lo que quieran y llevarse los dólares. Otra vez, las penas son de nosotros y las vaquitas son ajenas. En Jujuy lo dejaron claro, están dispuestos a todo con tal de que avancen las empresas y saqueen el litio. Ese es el secreto detrás del llamado de unidad nacional de Massa a Morales".

En el segmento de réplicas, Bregman volvió sobre la inminente destrucción del planeta (y nosotros mirando cómo le titila el ojo a Bullrich un domingo a las 10 de la noche), diciendo que es "una de las muestras más claras de la irracionalidad del sistema capitalista que Milei defende". De camino acusó al libertario de negar "el cambio climático, el genocidio, los 30 mil desaparecidos y el patriarcado", y le preguntó si negaba también los femicidios. Milei sólo contestó sobre el cambio climático, lo cual nos permitiría inferir que sí niega todo lo demás: y, de hecho, su respuesta fue negar que lo negaba para luego, efectivamente, negarlo.

Las réplicas le sientan bien a Myriam; como toda troska que se precie, acumula cientos de horas de entrenamiento en interminables asambleas universitarias acusando de burócrata hasta al que atiende la cantina. Imbuida de ese poder, le pegó a Bullrich por haberle protegido el teléfono a "su ex jefe de campaña", Gerardo Milman, y le pidió explicaciones sobre "por qué le vendió armamento a Bolivia durante el golpe de Estado" y "por qué reconocieron al gobierno de Brasil después del golpe contra Dilma".

"Este 22 de octubre te pedimos que elijas según tus convicciones, tus valores, que no te resignes", pidió en su minuto de cierre, aunque quien parece haberse resignado fue ella, que hizo hincapié en "la importancia de tener diputados de izquierda en el Congreso", como si en la elección se dirimieran una o dos bancas legislativas y no la continuidad del Estado-nación tal y como lo entendemos. Pero bueno, la vanguardia es así.

Juan Schiaretti

Al parecer a Schiaretti le gustaron los chistes que hicieron en Twitter luego del primer debate y decidió profundizar con unos 47 ejemplos más de su gestión en Córdoba para recalcar que es "el único candidato del interior profundo de la patria" frente a los de "la república del AMBA".

También continuó apuntando con dureza a Juntos por el Cambio y Unión por la Patria, los "gobiernos de la grieta". Para Milei, en cambio, no se reservó muchos dardos, con la excepción de la dolarización, en relación a la cual consideró que "no hay país del tamaño y la complejidad de Argentina" que haya aplicado una medida similar.

En materia de seguridad, Juan acusó a los últimos gobiernos nacionales de "dejar solas" a las provincias en la luchas contra el narcotráfico, y pidió "acabar con la puerta giratoria en los juzgados, cambiar la ley penal juvenil, cuidar la frontera y crear una fuerza federal antinarcotráfico". También tuvo un extraño lapsus progre en el que pidió por "consejos de seguridad barrial" en los que participen "vecinales, clubes de barrio, centros de jubilados, escuelas y comerciantes, para generar un entramado social que impida que los narcos se hagan dueños de los barrios populares".

Aunque el eje económico le correspondía al debate anterior, Schiaretti volvió a insistir en la eliminación de las retenciones a las exportaciones del campo, "una confiscación que le hacen al interior productivo", y afirmó que "Sergio Massa hablando de producción y empleo es un fetiche". No sé por qué, pero escuchar la palabra "fetiche" de sus labios me causó placer, y recordé una de las opiniones más certeras que leí luego del primer debate: Schiaretti tiene voz de árbol.

Quizá aun imbuido por el influjo de esa palabra mágica, Juan siguió soltándose y le dijo a Massa que las reservas del Banco Central "están menos diez como en el chinchón", para finalizar con una pregunta que repitió dos o tres veces más, y que probablemente quedará retumbando en mi cabeza por varios días: "¿Por qué no declaraste economía regional a la lechería?".

Luego la performance de Schiaretti se fue desvaneciendo, o quizá fue nuestra sinapsis mental la que se desvaneció después de ver cómo personas que son coacheadas desde que se levantan hasta que se acuestan no pueden articular dos o tres ideas consecutivas con un mínimo grado de coherencia.

Apenas recordamos, como en una bruma, la razonable propuesta de que "el Estado debe hacer viviendas populares y urbanizar los asentamientos", y el momento más QUÉ HAGO VIENDO ESTO del debate: Massa y Schiaretti hablando del Mundial 2030. Ahora que lo pensamos, quizás a eso se refería con tanta mención a la Agenda 2030: ¡fúbol, fúbol!

Textos: Ileana Manucci, Valentín Johnston Aragón, Belen Degrossi y Octavio Gallo.

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