Por más de dos décadas, y junto al movimiento de inundados, periodistas, escritores, realizadores y artistas forjaron la memoria colectiva de la inundación de 2003. Una tarea imprescindible ante la decisión política del Estado de fomentar el olvido y la impunidad.
Aquí el especial Memoria de la Inundación 2003
El mundo, nuestra ciudad, el barrio se va poblando de personas que nacieron después del 29 de abril de 2003. Es inexorable. Por eso contamos historias. Delante de un fuego o de una pantalla de celular, siempre fue y será así.
La transmisión histórica de la inundación tiene hoy más actualidad. Un ciclo de desguace del Estado en favor del ordenamiento total de la sociedad bajo el criterio y mando único del mercado es lo que produjo la inundación de 2003. Siempre el movimiento de inundados tuvo clara esa denuncia. Forma parte de su memoria.
El desmantelamiento de las estaciones de medición del río Salado en los 90 se refleja hoy en el vaciamiento de todas las instituciones de ciencia y técnica del Estado. La defensa oeste sin terminar, puerta de entrada que convirtió una creciente natural en una inundación criminal, equivale al abandono total de la obra pública estatal –incluido algo tan elemental como el mantenimiento de rutas nacionales– y sus inevitables efectos letales presentes y por venir.
La inundación de Santa Fe fue la coronación del ciclo de desguace del Estado de los 90. Un Estado desguazado es impotente e incapaz ante el despotismo del mercado, que dejó en el abandono a una sociedad arrasada, que en ese entonces se organizó desde abajo para contenerse y salvarse a sí misma. Esa era la vida política de 2003; hoy volvimos a esa intemperie.
En resumen: la construcción de la memoria es una acción política. La memoria de la inundación de 2003, de cuáles fueron sus causas y quiénes fueron sus responsables, de cómo transformó a toda nuestra comunidad, es una tarea que nos deja expuestos sin atenuantes. Están quienes callan y quienes omiten, quienes son indiferentes, quienes quieren tapar y dejar todo atrás, como si nada hubiera pasado, como ni si nada siguiera pasando, como si nada pasara de nuevo.
La plaza de la memoria y de los inundados
Durante estos 22 años, un ritual marca el paso del tiempo. La plaza del 29 de abril es un hecho de características únicas. Allí están presentes quienes llevan adelante el núcleo básico de demandas del pueblo inundando santafesino. Sus nombres son conocidos en estas páginas. Jorge Castro y Milagros Demiryi, María Claudia Albornoz, Graciela García y Héctor Sanagustín, Guillermo Ifrán y José Mustafá, entre tantos otros. Sin ellos nunca hubiera existido el reclamo judicial, el relato verdadero sobre lo sucedido, la insistencia para contarlo. Justicia, verdad y memoria se juegan en cada plaza, todos los años.
En 2021, la Legislatura provincial sancionó el “Día de la Memoria y la Solidaridad de la inundación de Santa Fe y alrededores”, incorporado en el calendario escolar a partir de la Ley Nº 14.037. Es éste quizá el máximo reconocimiento institucional sobre lo sucedido.
Falta, sin embargo, demasiado. Esos nombres enumerados carecen de un reconocimiento político acorde a la deuda que la ciudad de Santa Fe tiene con ellos. Se trata de figuras incómodas, inevitablemente ponen el dedo en la llaga porque en eso consiste la actualidad de la memoria de la inundación.
No hay, hasta el momento, un esfuerzo acabado, siquiera una intención, de sistematizar, organizar, al menos ordenar el trabajo hecho para mantener vivo el testimonio, la insistencia. Se requiere de un esfuerzo para que el testimonio perdure como tal y que sus esporas generen nuevas ramificaciones, para que la memoria no termine convirtiéndose en una serie de artificios vacíos para retener la atención y sacar más likes en redes sociales.
El 29 de abril puede convertirse en una fechita más para fruncir el ceño y mostrarse constreñido. Disolver la densidad de ese día también es un acto político. Es el triunfo de quienes callan, quienes omiten, quienes son indiferentes, quienes quieren tapar y dejar todo atrás, para poder repetirlo todo.
Queremos, entonces, hoy, reflexionar sobre cómo hicimos memoria en estos 22 años. Tenemos nuestras propias producciones y también muchas que han sido imprescindibles para construir esta memoria, sostenidos siempre por la plaza del 29 de abril. Sin que sea nuestra intención, seguramente dejamos varias afuera, por desconocimiento: esperamos el aviso para incorporarlas.
Hacedores de memoria
Libros, audiovisuales, especiales radiofónicos, fotografías, obras de teatro, muestras. Hasta volantes. Entre otras producciones, se destacan en el acervo testimonial.
- Texto
Las primeras piezas de texto decisivas fueron una revista y dos volantes. La tapa de la edición especial de la revista Tercer Mundo, de Pablo Benito y Luis Moro, decía sencillamente “Reutemann sí lo sabía”. Fue publicada en el invierno de 2003, cuando todavía las escuelas estaban llenas de evacuados. Benito, Moro y Claudia Moreno publicaron una de las primeras denuncias documentadas de los responsables de la inundación, el libro “29A. 29 de abril de 2003. Inundación de Santa Fe”.
Los volantes “Los inundadores” y “La impunidad al palo” se convirtieron en icónicos, por popularizar los términos y figuras que ya corrían oralmente en el movimiento de inundados. El impulsor de esos volantes fue Osvaldo “Coni” Cherep.
Otro de los primeros libros en ser publicados fue “Contar la inundación”, que compila una vasta cantidad de testimonios de afectados directos por el Salado. Estudiantes de la UNL, bajo la coordinación de las profesoras María Angélica Hechim y Adriana Falchini, realizaron entrevistas a poco de que el agua bajase, por lo que los registros son muy vívidos.
“Memorias y olvidos de la gente del oeste”, producido por María Claret, Edgardo Gómez, Jimena Lis González, Martín Morales, Gabriela Redero y Alan Valsangiácomo, en 2005, recopila imágenes, poesías y testimonios de los inundados.
Quizá la obra más documentada, legible y bien estructurada sobre los diferentes aspectos de 2003 sea “Agua de nadie”, del periodista y escritor Fernando Pais. Recopila, con orden y rigor, archivo periodístico, información sobre la causa judicial e investigación propia sobre lo sucedido.
Desde una perspectiva militante, y con un imprescindible CD que incluye casi toda la documentación original de la causa judicial, Jorge Castro publicó por vía independiente “Verdades locas contra mentiras impunes”. La obra se destaca por exponer información “desde adentro” y por la lectura política de las razones por las cuales se perpetúa la impunidad.
“A mí nadie me avisó. De crímenes hídricos y monumentos de hormigón. Apuntes para subvertir el silencio oficial”, es una edición del Colectivo Editorial 4ojos, del Centro Cultural y Social El Birri, que transcribe una serie de conferencias sobre la inundación, realizadas en abril de 2012 en las facultades de Humanidades, Química y Ciencias Hídricas. Estas conferencias fueron impulsadas por agrupaciones del movimiento estudiantil universitario (Andamio, Mate y Martín Fierro). Se destaca el debate generado en Hídricas, en donde por primera vez, tras nueve años, hubo un acto público referido a la inundación.
“Lo que el Salado sigue gritando diez años después”, del año 2013, fue producido por Miguel Cello, Julieta Haidar y Carlos del Frade.
“La inundación de Santa Fe: 20 relatos, 20 años después”, compilado y editado por Emilia Spahn y Larisa Cumin es un gigantesco trabajo de investigación cuyo objetivo fue la recuperación de la visión de quienes eran niñas y niños durante la inundación, lo que añade nuevas perspectivas al trabajo de construcción de memoria.
“Memorias de la inundación”, es un material didáctico del Ministerio de Educación, creado en el marco de la ley sancionada por la Legislatura. Sus autoras son Adriana Falchini y Damaris Pachiotti, quien era diputada provincial al momento de la sanción de la ley.
Desde la ficción, “En el oeste”, de Germán Ulrich recupera con realismo y emotividad narraciones breves de la inundación y de sus consecuencias. Como periodista, Ulrich cubrió la inundación y, además, es una figura próxima al movimiento de inundados.
A través de la poesía, Francisco Bitar reelaboró los testimonios de “Contar la inundación”, recuperando su potencia y, a la vez, enrareciéndolos en su libro “Mi nombre es Julio Emanuel Pasculli”.
- Audiovisual
“La lección del Salado” es un documental de cuatro horas que sintetiza las miles de horas de rodaje para los noticieros de Cable & Diario. Gracias a ese trabajo se obtuvo la icónica imagen de “Los inundadores” y una declaración de Carlos Reutemann en la que avisa, el 26 de abril, que los barrios del oeste se iban a inundar. Es el archivo visual más completo sobre el 2003.
Existe, también, un especial producido por Canal 13 (hoy Telefé Santa Fe), donde se muestra lo que en ese tiempo se la llamó “la tregua”: el encuentro entre el entonces rector de la UNL, Mario Barletta, y el gobernador Carlos Reutemann. Fue llamado así por los propios periodistas de la señal.
“Inundaciones”, “Gente Sola” y muchos otros materiales producidos por lo que fue la productora Matecosido, hoy Imágica, trajeron a conocimiento el primer testimonio detallado de Vanesa Fernández, la madre de Uriel Ramón Castillo, el bebé de 21 días que se ahogó en la madrugada del 30 de abril.
“El trompo” es un cortometraje que participó de las instancias finales del concurso Telefé Cortos y que reseña la historia de un niño inundado y sus trompos, aguantando en un centro de evacuados por el cariño de su viejo. Posee el rasgo distintivo de la sensibilidad estética del equipo formado por Gastón Del Porto, Alejandro Carreras y Juan Pablo Arroyo.
“Lo que el agua no llevó”, de Mauricio Gómez, es una producción que se compone de diez capítulos en los que se visibilizan testimonios y relatos de ciudadanos acerca de la inundación, enfocada en las expresiones de solidaridad y comunidad, las voces de organizaciones sociales, gremios y vecinos que en 2003 se unieron para la atención y asistencia de los evacuados, la recepción y distribución de donaciones.
Un párrafo especial merece el proyecto “Archivo Inundación”, coordinado por Bernardo Gaitán Otarán. Se trata de un repositorio wiki de imágenes, videos de la inundación, aportados directamente por la población. “Queremos que la comunidad acceda a compartir y contar su propia historia”, expresan en su web.
- Radio
La única AM que transmitió durante toda la inundación, LT10, produjo un CD con fragmentos de la programación emitida en abril y mayo de 2003: “Voces de una tragedia”.
También está “Postales de Santa Fe”, un CD doble producido por la Universidad Nacional de Entre Ríos en el que se recopilan entrevistas a afectados por el río Salado.
- Las artes
El teatro, las artes visuales, la fotografía se han ocupado de la inundación.
Un ejemplo es la exposición “Colección profana de un olor inolvidable”, propuesta del grupo Arte Tosco. Celeste Medrano y Leandro Calamante seleccionaron ciertos objetos, recuperados de esa parte del Salado que se instaló en las casas del oeste de la ciudad en 2003. Pocas piezas, cada una con una cartela elaborada a base de relatos de inundados. Hay cámaras de fotos que no funcionan, fotografías derruidas, un cuchillo que no corta, una muñequita despeinada.
Desde la Comedia de la UNL, la ganadora del Festival de Teatro de Santa Fe, “Flota. Rapsodia Santafesina” es una puesta de escena a partir de títeres, Mónica Álvarez, Juan Venturini y Manuel Venturini. Se trata de un desarrollo muy significativo en la construcción de memoria sobre la inundación, además de ser en sí misma una joya de la técnica teatral.
“Derivas sobre la inundación”, una obra teatral dirigida por Mariana Mosset, retoma los relatos de “En el oeste” para mostrar vidas atravesadas por la pérdida, el abandono estatal y la violencia, así como también la esperanza y la resistencia de un pueblo que se organizó ante la catástrofe.
Trabajos de reportería fotográfica de Amancio Alem, Néstor Gallegos, Alejandro Villar, Mercedes Pardo, Eduardo Salva, Flavio Raina, Mauricio Garín, Guillermo Di Salvatore, Hugo Pascucci, Eduardo Seval, Luis Cetraro, Juan Roleri y José Almeida han sido sucesivamente expuestos en diversas muestras en ámbitos públicos de nuestra ciudad.
En Pausa
Desde nuestra segunda edición impresa, en 2008, la inundación de 2003 fue uno de los temas principales de Pausa. Ocupó la tapa de sucesivas ediciones impresas todos los años. Lo mismo sucede con la cobertura de todas las plazas del 29 de abril, que fueron retratadas año a año de diversas formas desde que comenzamos nuestro trabajo en formato digital.
En particular, se destaca la edición por los 10 años de la inundación, en la que se popularizó una de las imágenes icónicas de la tragedia, el Fonavi de barrio Centenario bajo agua, capturada por José Almeida. En esa edición también se publicó la primera infografía que ubica en un mapa cada uno de los muertos relevados por el movimiento de inundados, con diseño de Juan Curto.
El seguimiento de la causa judicial, los perfiles biográficos de los integrantes del movimiento de inundados, reflexiones sobre lo sucedido y su cruce con el clasismo y el racismo, producciones fotográficas especiales poblaron las páginas de la edición impresa y de la web.
Para los 15 años de la inundación se produjo un especial web con 15 testimonios de personas que perdieron a un ser querido. El trabajo fue complementado con una infografía interactiva recuperando el mapa de muertos en la ciudad.
Más cerca en el tiempo, para los 20 años de la inundación, se realizaron dos producciones especiales. Niñas y niños de la inundación, coordinado por Emilia Spahn y Larisa Cumín, consistió en la publicación de las versiones extendidas de las entrevistas publicadas en formato impreso por la UNL, con imágenes cedidas por las familias de cada entrevistado.
Para el mismo aniversario se lanzó la cuenta de twitter @inundacion2003, que fue relatando el paso a paso de la inundación, a la par de que se publicaron una larga serie de archivos audiovisuales que forman parte de 70 horas de registros televisivos del archivista Pablo Bertoldi.
Descoordinación total en la evacuación de pacientes en el Hospital de Niños, durante el 29 de abril. Pese a saber desde la mañana que se iba a inundar, el gobierno sigue mandando arena y bolsas.
📹 Canal 9 Litoral pic.twitter.com/dVhvzT8AxH
— Inundación 2003 (@Inundacion2003) April 25, 2023
Por último, a fines de 2023 se publicó el primer libro del sello de Pausa, Ediciones Bajo el Fresno, en coedición con Ediciones UNL: “Sin defensa. Reportaje fotográfico de la inundación de Santa Fe de 2003”, de José Almeida. El libro recupera las icónicas imágenes de Almeida, que fueron publicadas en Pausa y utilizadas como insumo popular en innumerables flyers y carteles en memoria del 2003.