Fijate que volvieron: SOS Caballos y la violencia contra los carreros

Carreros

La criminalización de la pobreza avanza y los trabajadores denuncian secuestros irregulares y prácticas cada vez más violentas por parte de la ONG. Dialogamos con carreros y con Mara Mansilla, de Tramas Derecho en Movimiento.

La pobreza y el desempleo crecen en la Argentina de Milei y cada vez más familias se ven empujadas a la informalidad y al rebusque para llevar un plato de comida a la mesa. En este contexto, aumenta el número de carreros en Santa Fe, trabajadores que realizan labores de reciclado urbano y recolección de lo que otras personas consideran basura. Aunque es difícil medirlo, se estima que unas 200 familias viven del cirujeo en la ciudad.

Pero, junto con la pobreza, aumenta también su criminalización, estimulada por los discursos violentos que emanan desde los gobiernos. Los carreros vienen realizando asambleas todos los lunes en barrio Las Lomas, con el acompañamiento del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y de Tramas - Derecho en Movimiento, para exigir el cese de la persecución que sufren por parte de la ONG SOS Caballos y de la Policía, que viene en aumento y se traduce en secuestros irregulares de los animales y prácticas cada vez más violentas contra los trabajadores.

La asamblea se realiza en un extenso terreno poblado de animales: chanchos, gallinas, loros, perros y, por supuesto, caballos. Rosana nos recibe y cuenta que tiene 47 años y sale a cirujear desde los 7. Dice que siempre le encantaron los animales, que cuidarlos es la actividad que más la relaja y la hace olvidar todos sus problemas. El afecto por los animales se repite en las palabras de todos los carreros: hablan de sus caballos con cariño, como un ser querido que recibe de ellos la mejor atención posible, y que es, además, su única herramienta laboral. "¿Quién te va a dar un trabajo hoy si no tenés estudios, si no sabés leer ni escribir, si tenés una discapacidad?", se preguntan.

"Nuestros caballos están muy bien cuidados, limpios, gordos, herrados, como podés ver", afirman. Manifiestan estar en contra del maltrato animal y piden la oportunidad de demostrar que sus animales están en buenas condiciones. Algunos viven en la zona norte, otros vienen desde muy lejos, hasta de Santa Rosa de Lima, para participar de la asamblea. El reclamo es claro: que los dejen trabajar y que cese la persecución y el hostigamiento, que adquiere ribetes cada vez más violentos.

SOS Caballos es una organización no gubernamental, que se presenta a sí misma como una "asociación civil de rescate y rehabilitación de caballos maltratados", que lucha "por la prohibición de la tracción a sangre animal". "La provincia de Santa Fe sigue sin Ley para prohibir la tracción a sangre y vamos a continuar trabajando en ella pese a la oposición de muchos sectores", afirman en su Instagram.

En diálogo con Aire de Santa Fe, Alejandra Belda, presidenta de la asociación, argumentó que "nosotros no les quitamos los caballos, lo que hacemos es llamar a la policía ante un caso de maltrato", y aseguró que no debería ser "muy difícil reconvertir en un año" la labor de los carreros en "un oficio que sea legal y que salgan de la clandestinidad".

Los carreros desmiennten la palabra de SOS Caballos y denuncian que la violencia que reciben por parte de sus integrantes no es solo verbal (los ya clásicos "negro" y "negro de mierda"), sino también física. A Miguel lo golpearon dos hombres que acompañaban a la veterinaria de SOS Caballos, quedó insconciente y terminó internado un mes en el hospital, a pesar de que la Policía había constatado que su caballo estaba en buenas condiciones.

"Fue en la zona del terraplén del barrio El Pozo", cuenta: "Se me cruza la camioneta de Alejandra Belda, andaba con tres, me esposan, me pegan y ya no me acuerdo más nada. Me desperté en el hospital". Todavía puede verse la herida en su sien. Los relatos se amontonan: dicen que tienen una patota, que andan con la Policía, que llevan piedras en la mano. "Somos pobres, estamos castigados desde la época de Sarmiento", dice otro carrero que tiene 75 años y cobra la mínima.

Además de ser su única alternativa para llevar el plato de comida a su mesa, la actividad de los carreros cumple una función ambiental que beneficia al conjunto de la sociedad, garantizando la limpieza y el reciclado de toneladas de residuos.

Para el que mira sin ver, la basura es basura nomás

Los caballos son secuestrados, a veces sin inspecciones veterinarias, y sus dueños ya no vuelven a saber dónde están. Algunos piden saber dónde están para poder aunque sea verlos: eran sus mascotas, y ahora no saben dónde los tienen. "No nos los sacan, los roban directamente, no nos dan un papel, no explican motivos, nada", dicen. La palabra circula y comparten consejos para estar más atentos cuando andan por la calle; enumeran cuáles son los vehículos de los que tienen que desconfiar, porque son los que suele utilizar SOS Caballos en sus recorridas.

"Se está agudizando el fascismo contra las personas en situación de vulnerabilidad"

Tramas - Derecho en Movimiento es un colectivo de abogades populares que acompaña a los carreros en su lucha desde 2012. En aquel entonces habían logrado una instrucción general para la Fiscalía que ordenaba que, en caso de constatarse situaciones a observar en la salud de los animales, los caballos debían quedarse con los carreros y comprometerse a un seguimiento con veterinarios que aportara la Municipalidad.

La reconversión de muchos carreros a recicladores urbanos, gracias a su nucleamiento en cooperativas del MTE, había permitido un descenso en el número de caballos circulando. Pero hoy, la crisis económica y la falta de políticas públicas provocaron que la cifra vuelva a subir, y el aumento de la criminalización de la pobreza y la persecución motivaron que Tramas vuelva a ocuparse del problema, entendiendo que ha habido un claro retroceso.

"Volvimos a tener reuniones con el fiscal regional y con la Municipalidad, hubo algunos avances, pero hay una negativa por parte de la Municipalidad a atender los caballos", explica Mara Mansilla, integrante de Tramas: "El veterinario está dispuesto a hacer el trabajo pero la Municipalidad dice que no quiere 'fomentar' la tracción a sangre".

—Esta es una población que está transversalmente vulnerabilizada, y SOS Caballos viene apareciendo cada vez con más violencia, secuestrando animales junto con un accionar policial completamente irregular. Tenemos ya un montón de causas con sentencias a nuestro favor, donde se confirma que son depositarios infieles, y se les pide que notifiquen dónde están esos animales que se llevaron sin identificar su paradero. Producto de esto logramos una instrucción en la Municipalidad, es decir, una recomendación a los fiscales, para que cuando se presenten este tipo de situaciones los animales se queden con sus dueños, que se tienen que comprometer a un seguimiento. En ese momento había intervenido la UNL a partir de un proyecto de extensión, luego lo continuó la Municipalidad y finalmente se cortó. Necesitamos que la municipalidad pueda asistir en estas situaciones que son prioritarias. Los animales están en buenas condiciones, pero aun si no lo estuvieran, eso refleja las condiciones en las que están en las familias. Necesitamos que haya un veterinario que pueda hacer un seguimiento de los animales, porque obviamente estamos en contra del maltrato animal, y entendemos que tiene que haber una mirada ambiental integral que tenga en cuenta la situación socioambiental.

—¿Por qué los procedimientos policiales son irregulares? Según algunos relatos de carreros, hay hasta una especie de patota parapolicial de SOS Caballos.

—Desde 2018, cuando logramos la instrucción en la Fiscalía Regional, tenemos antecedentes que demuestran que esta protectora actuaba de manera irregular. Hace dos años viene habiendo cada vez más secuestros de animales, porque hay cada vez más compañeros y compañeras que acuden a esta fuente de trabajo porque es lo único que les queda. SOS Caballos actúa en complicidad con la policía, en muchos casos aparecen con un equipo de personas que persigue a los carreros. Ya nos presentamos de nuevo en un expediente y todavía no hemos tenido respuestas por parte de la Fiscalía. También recientemente nos enteramos de un caso en el que una de las veterinarias de esta protectora, junto con otras dos personas más que no se identificaron, ejercieron violencia sobre un compañero, a pesar de que ya un veterinario policial había constatado que su caballo estaba en buenas condiciones. Nos parece que este nivel de violencia no puede seguir reproduciéndose en la ciudad. Hay niveles de fascismo en contra de las personas en situaciones de vulnerabilidad que se están agudizando.

Carreros

—¿Cuántos carreros hay en la ciudad? ¿Cuántas detenciones ha estado habiendo en el último tiempo?

—Por el MTE sabemos que hay por lo menos 200 familias que se dedican a cirujear. Además hay un buen vínculo con un montón de comercios que necesitan resolver la situación del reciclado de sus negocios, hay vínculos de afecto de hace un montón de años, incluso hay muchos comercios que les dan los productos a condición de que tengan sus caballos en buen estado, hay un pacto de convivencia. Es un trabajo y es la forma que han encontrado para dar respuesta a su situación. Nos parece completamente injusto que el Estado se presente solo con su pata represiva y que no la aborde con políticas públicas.

—¿El Municipio se niega a aportar un veterinario?

—Sí, nosotros nos venimos juntando desde el principio año con la Municipalidad para intentar que se vuelva a garantizar ese servicio. Nos han dicho que no para no "avalar" la tracción a sangre, pero si realmente hubiera un interés en abordar la situación social de estas familias, esta sería la última instancia, porque primero hay que garantizar un montón de cosas. Acá en Las Lomas, por ejemplo, pueden ver las condiciones en las que están en las calles; imagínense cuando llueve. No entra nadie, no entran las ambulancias. El caballo es fundamental, porque permite la accesibilidad y la conectividad con el resto de la ciudad. Hay una mirada demasiado fragmentada, nosotros entendemos que tiene que haber una mirada transversal, social y ambiental. Por eso estamos en contra del maltrato animal, por eso pedimos veterinarios para los caballos y que se atienda la situación social de nuestros compañeros. Ellos tienen un vínculo con el animal, muchas veces dicen que primero se atiende al animal y después a la familia, porque el caballo es quien les da de comer. Imaginen que te saquen tu mascota.

El complejo oficio de vivir de la basura

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