Durante los primeros 20 meses de Alberto Fernández, se perdieron 32 mil trabajos registrados. En el medio hubo una pandemia. En el mismo período, con Milei se destruyeron 165 mil trabajos registrados, cifra que supera el medio millón si se considera el monotributo social.

Argentina llega a las elecciones de mitad de mandato con la peor situación histórica del mercado de trabajo registrado. Nunca desde 2003 se vio algo igual, ni siquiera en la pandemia. Los sectores más afectados son las clases populares: construcción, casas particulares y monotributo social.

Según los datos oficiales, del Ministerio de Capital Humano, en 20 meses hubo una caída de 526 mil trabajos registrados. La cifra incluye la baja repentina de 389 mil monotributistas sociales entre noviembre y diciembre de 2024, por un ajuste espantoso en las cooperativas de trabajo, que dejó a miles de organizaciones sociales a la deriva a la hora de sostener cuadrillas de mantenimiento barrial, comedores populares y otras tareas imprescindibles de las que nadie se hace cargo.

Para comparar: entre el punto de inicio y el punto más bajo de la pandemia de coronavirus, se destruyeron 400 mil puestos de trabajo registrado. Pero además, si se considera los primeros 20 meses del gobierno de Alberto Fernández, período en el que transcurrió la parte principal de la pandemia, la pérdida llegó a los 32 mil trabajos registrados.

Cabe señalar que en el análisis corriente de estas cifras no se contempla la caída de los monotributistas sociales, como si ese sector no importara y como si no hubiera un estrago en los barrios populares por la falta de cooperativistas registrados. Aun así, sin considerar esa merma, durante los primeros 20 meses de Milei unas 165 mil personas perdieron su trabajo registrado. Sigue siendo una cifra altísima, cinco veces superior al impacto del coronavirus.

Desastre en las clases populares

La caída de los monotributistas sociales no fue recuperada por ningún otro sector. Semejante cantidad de bajas en el monotributo social comieron el primer paso para la regularización laboral de cientos de miles de personas. Es una retracción que destruyó todas las altas de los gobiernos de Alberto Fernández y Mauricio Macri, dejando la cantidad de monotributistas sociales en niveles de 2013.

Desde que Milei asumió, 526 mil personas, medio millón de argentinos trabajadores perdieron su trabajo registrado. Es una cifra monumental, un agujero irrecuperable para las cajas previsionales (eso significa tener trabajo registrado en Anses: hacer aportes para que se paguen las jubilaciones) que no tiene siquiera comparación con la peor crisis de la historia del capitalismo industrial, el coronavirus.

Los sectores más precarios ni siquiera están pagando el monotributo común. En 20 meses de Milei hubo un alza de apenas de 123 mil personas. Es una tasa menor a la de Alberto Fernández, aunque levemente superior a la de Mauricio Macri.

Continuando con los empleos de mayor impacto en las clases populares, también resalta la caída en el trabajo registrado en casas particulares. Si bien la pandemia fue un golpe que no se pudo revertir en uno de los empleos más feminizados, con la gestión libertaria hubo una caída a niveles de hace 10 años.

Un situación aún peor vive la construcción, también de fuerte impacto en las clases populares, pero del lado de los varones. El trabajo registrado de la construcción vive su peor declinación, sólo comparable con la pandemia. El parate de la obra pública sí destruye empleo: con Milei la cantidad de albañiles registrados cayó 15%. Quintuplica a Mauricio Macri en el ritmo de destrucción en este sector.

El trabajo registrado privado en general

El trabajo privado registrado no recuperó nunca su nivel de diciembre de 2013 y no lo recuperará tampoco este año. Actualmente, con el último dato de julio, está 2,48% abajo de julio de 2023. Es muchísimo: como mínimo necesita un 1% de crecimiento anual sólo para acompañar el crecimiento vegetativo. A esto se suma que sólo hubo tres meses de muy magro crecimiento interanual, que ni siquiera llegó al 0,3%.

La destrucción del trabajo privado registrado con Javier Milei corre casi dos veces más rápido que en los tiempos de Mauricio Macri, el único ciclo destrucción del mercado privado de trabajo desde 2003. Desde que llegó Milei al poder, más de 169 mil personas perdieron su trabajo privado registrado. 

El trabajo privado registrado crece en primavera y verano, por el turismo. Esa suba estacional ocurrió hasta en 2018 o en la pandemia. Habrá que ver qué pasa con esas cifras en los próximos meses, en el marco de la crisis económica en curso.

Aquí se puede ver la diferencia más palmaria: con Fernández, más de 7300 personas por mes obtenían un trabajo privado registrado. Con Milei, casi 8500 mil lo pierden por mes.

Se suele repetir que no se crea trabajo privado registrado desde 2011. Vale ver cómo fue la creación de trabajo privado registrado desde 2003 para acá. Sobre todo para entender que la famosa "falta de creación de trabajo" en realidad tiene una sola causa: los modelos liberales.

Un poco más clarito por si no se entiende: unos crean trabajo, otros lo destruyen. Son datos, no opiniones.

El sector más dinámico de la economía, la industria, que más trabajo y más valor genera, está pasando por el habitual sufrimiento que le producen los modelos liberales. Si bien el ritmo de destrucción todavía no alcanza los niveles del macrismo, mes tras mes la pérdida de trabajadores registrados en el sector se va profundizando.

Desde la llegada de Milei al poder, casi 44 mil trabajadores industriales perdieron su laburo registrado. Representa el 3,7% de los trabajadores del sector, es muchísimo. En promedio, sería como si cerrara una gran industria con casi 2200 trabajadores, por mes.

Y el trabajo público tampoco se salva

El trabajo público está sufriendo como nunca. Casi 77 mil argentinos perdieron su trabajo en el Estado, sea cual sea su nivel. Es el 2,2% de todo el empleo público. El ajuste se revela en toda su dimensión si se considera que el empleo público siempre crece porque va a acompañando el crecimiento de la población: se necesitan más docentes, policías y enfermeros, como punto de partida. Por eso nunca deja de tener una curva ascendente, que se retoma tras los espasmos ajustadores.

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