Taj Mahal

Otro yo mismo, por Mari Hechim Voy a entrar a palacio y voy a pedir que venga el arquitecto del reino. Le voy a decir: haga...

El relato

La calle, por José Luis Pagés Una vez escribí un cuento tan  ridículo que mis mejores amigos –todos menos ella– me abandonaron. Moríamos de hambre y...

Hipatia

Otro yo mismo, por Mari Hechim En el mes de marzo siempre llueve. La primavera se presenta con languidez, preparando el calor de mayo que está...

Justicia

Mil mates, por Fernando Callero En la columna anterior recordaba lo que significó una de mis primas hermanas para mi infancia y la formación de algunas...

Duermevela

Variopinta, por Federico Coutaz No puede dormir, permanece quieto y fuerza un poco la respiración como simulando o más bien sugiriendo que está dormido, lo hace...

Una primavera lluviosa

Otro yo mismo, por Mari Hechim Mira la frase en el televisor: nos espera una primavera lluviosa, y lo apaga. Deja el control sobre la mesita....

Elogio de mi prima

Mil mates, por Fernando Callero Mi prima María Laura, de exactamente mi misma edad,  tuvo antes que yo la pileta de lona –Tiburoncito, no Pelopincho–. Yo...

Esa carta

La calle, por José Luis Pagés Llovía a cántaros aquel día y el agua que corría calle abajo se llevaba todo. La señora Teresa estaba acodada...

La zorra roza el arroz al azar

Mil mates, por Fernando Callero [email protected] El cartel de ARENERA, que bordea la ruta 11, yendo a Sauce, me tiene cautivado desde que lo vi por primera...

El acecho

La calle, por José Luis Pagés Llueve y es noche cerrada cuando llaman a la puerta. R. aparta el libro, abandona el sillón y abre la...