El Índice de Precios al Consumidor del Indec marcó en octubre un alza de 2,4%, impulsada fundamentalmente por la suba del rubro de vivienda y servicios básicos, que marcó un aumento del 10,7%.
La inflación de octubre lleva dentro de sí el impacto de los aumentos de las tarifas. Así, el mes que se fue estuvo muy por encima del 1,1% de septiembre y del 0,2% que el Indec dice que midió la inflación de agosto. Ambos meses pasados estuvieron marcados por la suspensión del tarifazo del gas; octubre ya no. Habrá que ver cómo sigue la ola de precios cuando el tarifazo en la luz cobre mayor efecto, con el consumo de verano.
Las alzas fueron del 4,2% en mayo, en junio del 3,1% y en julio 2%. Por fuerza de la recesión y el enfriamiento de la demanda, las subas de los precios resultantes de la devaluación y la quita de las retenciones –sobre todo en los alimentos– comenzaron a menguar hasta el mínimo de agosto pero, luego, los precios de los servicios obligaron a las subas, pese a que el poder adquisitivo –la demanda– está cada vez más deteriorada. Según el informe del Indec, el impacto del tarifazo del gas incidió en 0,9 puntos del 2,4% alcanzado en octubre.
Lo que no se puede evitar
El ajuste ya produjo bajas sensibles no solo en consumos "accesorios" –como se puede verificar en toda una serie de indicadores duros– sino también en el consumo mismo de comida. El deterioro de la capacidad de compra del salario hace que comamos menos. En el octubre que se fue, el aumento registrado por el Indec para Alimentos y bebidas fue del 1,5%, destacándose las alzas del limón (33,1%), el zapallo anco (27,9%), la batata (16,2%) y la manzana (10,1%).
