El rivotril periodístico

A menos de 24 horas de tener que entregar la última columna del año yo seguía sin tema. Encima se me había fugado Gato el día anterior y en lo que menos pensaba era en este periódico y ustedes, lectores/as. Si a este contexto le agregamos que el número pasado no escribí porque me fui por ahí de joda, ya que como soy docente tengo cuatro meses de vacaciones, parafraseando a Carlitos Tévez, debo decir que escribir esta Hora Libre estaba “veri dificul”.

A ver: ser periodista y decir que no tengo tema sobre el cual versar el día en que el Congreso aprobó el recorte previsional, es de pésimo profesional y mucho peor persona. Es más, diría que es todo lo que necesito para ir a un casting de TN para trabajar presentando el arco iris en Buenos Aires mientras la Gendarmería reprime sin distinguir edad, sexo y raza. Ya lo sé y no me importa. Yo podría retrucar diciendo que hablar de Macri y decir algo que ya no se haya dicho o que pueda llegar a sorprender a alguien diciendo algo sobre él que ya sabemos que está dispuesto a hacer después de quitar retenciones a los exportadores agrarios, al tiempo que reforma la ley previsional para reducir los aumentos a las jubilaciones, asignaciones sociales y pensiones a ex combatientes de Malvinas, es mucho más veri dificul aún.

Pero les decía que faltaba menos de un día para el cierre del Anuario 2017 del Pausa y yo en pelotas, cuando me llama el Jefe Supremo… para preguntarme si no quería escribir, además de la columna, una notita sobre el recital de Los Palmeras con la Filarmónica. Pero como no hay mal que por bien no venga, me dio la clave para que yo supiera sobre qué escribir. Me dio el punctum para que yo escribiera esto que ya voy por la mitad de la columna y todavía ni dije qué es. Soy bueno estafando lectores/as, eh.

En fin, la cosa es que me dice: “Ojalá aparezca tu gata. Tu columna va donde siempre; y hoja seguida empieza el anuario. El resumen de todas las calamidades y mierdas que pasaron durante el año”. ¡Pero y claro! ¡Calamidades! ¡¿Qué mejor que cerrar el año recordándonos cómo nos hicieron pelota cosa de no arrancar enero con las expectativas muy altas?! ¡¿A quién se le ocurre arrancar un año creyendo que las cosas van a mejorar después de que Macri dijo “Estamos en el camino correcto” y le sacó cien mil millones de guita a los geronteguerrilleros, más conocidos como “los jubilados”!? Si uno lo piensa bien, es como un servicio a la conciencia social que le hace este pasquín de las desgracias a usted… y lo prepara para hacer una proyección de cuánto va a gastar en ansiolíticos, antidepresivos, alcohol y falopas ilegales para no sufrir tanto cada vez que prenda la tele. Aunque viendo cómo va la cosa, me parece que más barato le va a salir ir a la iglesia a dejar el diezmo. ¿Entiende? Es como que terminar diciembre refrescando la memoria de todas las veces que nos tiraron un cachito más de tierra encima, lo pone en onda como para que las patadas al páncreas del 2018 no duelan tanto. Vieron que uno en las fiestas se pone esperanzado, un 10% porque el vitel toné salió rico, un 15% porque en el brindis a uno le desean que se cumplan todos sus sueños y un 75% porque la sidra lo puso en pedo rápido, pero yo hace 40 años que quiero teletransportarme y no puedo. Bueno, empieza el año y no cambia nada. Entonces, cuando el Jefe me dijo lo de las calamidades, yo pensé: “Hago como un prólogo, un índice a todas las porquerías que van a leer en las próximas páginas y voy preparando a los lectores para que no quieran abandonar el periódico en la página 4 y ponerlo en la cajita de arena del gato, ya que la mayoría de los lectores del Pausa tienen gatos y cactus. Como que los sedo un cachito para que el sopapo no sea tan duro. Soy el Lexotanil del Pausa. El Rivotril periodístico. Insisto: soy el mejor candidato para reemplazar a Julio Bazán en TN cuando se jubile... y se quiera cortar la bolas como va a querer cortárselas cualquier jubilado varón cuando le venga la primera liquidación de haberes una vez aplicada la nueva ley”.

Queridos/as lectores/as, pasen y lean lo publicado: la triple reforma (previsional, tributaria y laboral), pacto fiscal (reforma previsional), tarifazos e inflación, empleo y pobreza, endeudamiento y timba (aumentan las deudas, aumentan las esperanzas en ganar el Quini como única salida), cierre, despidos y macrismo explícito en los medios (y a mí justo ahora se me da por hacerme el periodista), represiones, razzia y 2x1 a genocidas (se acabó el curro de los derechos humanos), ajuste en Incaa, Encuentro y Paka-Paka (total a nadie le gusta el cine nacional y ganamos un Oscar cada 30 años y Zamba cayó en la escuela pública así que nunca tiene clases culpa de los docentes que hacen paro), la Selección Nacional (otro año más puteándolo a Messi); y mucho más.

Y como si todo eso fuera poco, les cuento que en marzo volvemos y no hay perspectivas de buenas noticias a la vista. Felices vacaciones.

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