La excusa fue la presentación del libro Sinceramente, que lleva 300 mil ejemplares vendidos, pero desde principio a fin fue mucho más. 25 mil personas afuera y 1700 adentro acompañaron la presentación. Bergoglio, Néstor, FMI, Fondos Buitres, el odio, la discriminación, la libido de CFK, los que fueron, el que no fue, la autocrítica y los choripanes. Todo en esta nota.

Se había generado mucha expectativa porque iban a coincidir en el lugar: el presidente Mauricio Macri y la ex presidenta Cristina Fernández en Rosario, el Día de la Bandera.

Si bien fue así, hay que decir que la coincidencia no implicó que se encontraran, faltaba más.

Macri, por su lado, llegó al Club Ciclón y desplegó en el supuesto acto conmemorativo de la fecha patria, pero lo coronó con un discurso cargado de política apuntado hacia Hugo y Pablo Moyano. Antes, discusiones verbales de asistentes terminaron a las trompadas y con detenidos por la policía.

Mientras tanto, en otra parte de Rosario, se preparaba una fiesta y desde temprano había algarabía. El Metropolitano fue el escenario elegido para que CFK presente en la ciudad más grande de la provincia de Santa Fe su best seller: Sinceramente.

La publicación lleva vendidos hasta la fecha 300 mil ejemplares, dato que un video se encargó de dejar bien en claro en el principio del evento.

El Metropolitano es un salón de grandes eventos que se ubica en uno de los paseos de compras de Rosario. Hasta allí llegó la militancia del PJ, los simpatizantes de Cristina, curiosos, personalidades políticas y periodistas de varios puntos santafesinos (fundamentalmente del centro y sur).

En el salón había capacidad para 1700 personas y se accedía con una pulsera que se conseguía por invitación o por tareas de prensa. Afuera, en los alrededores, también hubo organización, allí estaba “la popular”. Choripanes, bombos, reposeras, familias, viejes, jóvenes, niñes, gremios, agrupaciones, hinchas de Central y Newell's, fueron parte de la gran escena.

En la puerta del Metropolitano se dispuso de pantalla gigante para que quienes se acercaran vieran la entrevista que el escritor Marcelo Figueras le hacía a CFK. El hombre de letras acompañó a la ex presidenta en todas las ocasiones que presentó Sinceramente: en la Feria del Libro de Buenos Aires, en Santiago del Estero y ayer en Rosario. En todos lados se escuchaba el hit “vamos a volver”, como en loop.

A las 15:30 los que tuvieron la suerte de ser acreditados o invitados comenzaron a entrar al salón, con buena organización y rápidamente, casi no hubo demoras en el ingreso.

Adentro también había folclore militante, cánticos, clima de fiesta. La previa a la salida de Cristina Fernández fue muy bien  musicalizada y amenizada. Adentro también se escuchaba muy seguido “vamos a volver”.

Alejandra Rodenas (vicegobernadora electa), Otilia Acuña (Madre de Plaza de Mayo), Leandro Busatto (diputado provincial), Sonia Alesso (Amsafe), Pedro Bayugar y Patricia Mounier (Sadop), Claudio Girardi (CGT Santa Fe), Jorge Hoffmann (ATE), Maca Sanchez (jugadora de fútbol), “El Patón” Guzmán (jugador de fútbol), Nahuel Caputto (dueño de El Litoral), representantes de organismos de derechos humanos, una marea de pañuelos verdes, José María Tessa (histórico gremialista docente), Roberto Mirabella (legislador provincial y senador suplente del electo gobernador Omar Perotti), eran algunos de los y las presentes. A propósito de este último, no estuvo, y para algunos significo una ausencia notoria.

La locutora en off fue la candidata a concejala santafesina por Unidad Ciudadana Mariana Steckler, quien se enteró in situ de que sería la presentadora.

La presentación completa, el evento en sí, puede resumirse como una “bajada de línea” (disculpen por lo coloquial). Desde la entonación del Himno en la versión de Charly hasta el final abrupto de la presentación una vez que una cámara enfocó a una gran parte de la multitud que empezó a corear por enésima vez “vamos a a volver”, todo fue una instrucción con lineamientos políticos implícitos y explícitos.

A los pocos minutos de la presentación CFK tiró un golpe maestro: “antes de esto pensaba 'a Rosario debo presentarlo (al libro) un 20 junio' y acá estamos”. Pero ni bien pasó eso, la ex presidenta dio otro golpe, pero que pareció una prescripción médica: “hubiese sido la amante de Manuel Belgrano”, dijo primero, y seguidamente acotó “ya sé lo que van a titular los medios”, y así fue, esa misma noche algunos diarios porteños hicieron hincapié en la frase. Fue como tomarle el tiempo a los medios opositores. Pero CFK fue por más y no titubeó en llamar a la melancolía de los rosarinos y les hizo recordar los 20 de junio anteriores, durante los gobiernos kirchneristas.

The Book

Advertencia: si esperan un comentario del libro, abandonen la lectura, porque no vendrá eso en los siguientes párrafos.

La presentación fue provocadora desde el principio al fin. Figueras preguntaba con un tono suave y a veces monocorde, pero a la vez con firmeza y seguridad. En esas circunstancias se atravesaron una serie de tópicos que detallaron una postura política absolutamente conocida, pero que atrapa en el modo en el que se cuenta.

Así, se habló del daño que sufrirá el país por décadas debido al “acuerdo” con el FMI y el engaño que significó el pago a los fondos buitres, la importancia de que el país no se endeude, la defensa de los intereses de la mayoría de los habitantes argentinos, la necesidad de reflexionar sobre historia que se construyó en el país a través de las fechas patrias, lo vital que resulta otorgar desde el poder gubernamental una vida mejor para los argentinos.

En un plano inicialmente personal, pero finalmente colectivo, CFK habló de algo muy actual y que viene perdurando en el tiempo gracias a los medios de comunicación: cómo la afectaron humanamente y a su núcleo familiar los ataques a los Kirchner. Cristina comparó el libro con una terapia, pero que en vez de contárselo a una sola persona, se lo dijo a millones. “Es un ejercicio personal y colectivo, todos pensamos que nos pasó tal o cual cosa en determinado contexto social o político”, dijo.

Otros temas

Jorge Bergoglio fue nombrado en dos ocasiones: la primera fue en una anécdota de Cristina al momento de enterarse por la televisión cuando Francisco fue nombrado Papa, sobre lo que CFK recordó “sabía que después de eso iba a viajar a Roma”. Y la segunda hablando del desencuentro que Néstor tuvo con el líder religioso.

El discurso de la ex presidenta en la presentación fue sólido y provocador, diferente al de las cadenas nacionales (a las que también hizo referencia en broma), fue amigable, sin embargo es necesario decir que sí hubo confrontaciones, pero se puede decir que fueron protocolares, las palabras utilizadas sonaban más a invitación que al imperativo.

La autora de Sinceramente hizo hicapié también en un anhelo de su esposo: rescatar la simbología argentina. A partir de ello puso el foco en la Casa Rosada, contó con una metáfora cómo estaba “venida a menos” cuando entraron y cómo la “ordenaron” en sus gestiones. Claramente, no se hacía referencia explícita a lo material solamente, sino a todo el contexto institucional.

En tiempos de discusiones y discursos feministas a flor de piel, Cristina hizo alusión a la “sociedad patriarcal” nuevamente utilizando a Néstor como ejemplo y dijo que “los hombres gobiernan diferente a las mujeres, no porque sean mejores o peores, sino porque tienen una carga cultural de ser reconocido y validado”.

En cuanto a otro factor de los tiempos actuales, habló del odio, la discriminación y la persecución a su familia. En ese punto también se detuvo e hizo alusión a lo ocurrido en el acto encabezado por Macri ayer en Rosario: la contradicción de insultar a Hugo Moyano, cuando tiempo atrás inauguró un busto de Juan Domingo Perón junto a él. Agregó luego: “nos atacan a los gobiernos populares, bienvenida sea la libertad de prensa, ¿pero nadie va a escribir que a este presidente lo gobierna Christine Lagarde? Este libro quiere desentrañar los motivos del ataque, cuando falleció Néstor me inventaron amantes, hoy mi libido está en mi nieta, pensaba que eso era un ataque misógino, pero veo que otras mujeres de la política, menores que yo, son hadas, angelicales y virginales, para hacerla corta, si defendés al pueblo te matan, no te perdonan”.

La autocrítica

Por último, dejó que “no se arrepiente de las cadenas nacionales”, pero a su vez, advirtió que “no voy a hacer discursos de campañas en los que se dice lo que la gente quiere escuchar”. También, como si se hubiese utilizado poca ironía, dijo: “Los vicepresidentes no hacen cadenas”.

Fue en ese momento que el acto se interrumpió abruptamente porque las cámaras de la televisación del evento enfocaron a la multitud desde una toma aérea y lo que siguió a eso fue el estallido de la gente en una aclamación. “Compañeros, ustedes terminaron el acto”, dijo Cristina.

Posteriormente, salió y saludó a la militancia, recibió un ramos de flores y por si faltaba algún gesto político, llevó a Alejandra Rodenas a su lado y le levantó el brazo, como mostrando a la ganadora.

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