El gasoducto Nordstream 2, cuya autorización de funcionamiento fue suspendida por Alemania.

Las sanciones económicas sobre Rusia producen incertidumbre económica global.  Ahora, se suma su exclusión del sistema financiero, algo que hasta puede afectar a la Premier League. Está en juego el valor de la energía y de los alimentos y la provisión de algunos minerales críticos.

Bajo el liderazgo de la OTAN, los países occidentales juegan en el conflicto entre Rusia y Ucrania no sólo a través de la provisión continua de armamento a Ucrania, sino por medio de fuertes sanciones económicas. La más dura fue anunciada ayer: la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen comunicó que un número no determinado de bancos rusos iban a ser excluidos del sistema informático de transacciones más usado en el mundo, el SWIFT. Es un mazazo para los cobros y pagos del comercio internacional ruso.

Dentro de las nuevas medidas, también está el congelamiento de los fondos externalizados del Banco Central ruso y el congelamiento de las cuentas bancarias de un número no determinado de multimillonarios rusos, los "oligarcas". Estas dos últimas medidas afectan tanto el valor de la moneda rusa como la vida diaria de uno de los principales y más opacos centros financieros del mundo: Londres o, en jerga de timberos, Londongrad.

La city londinense es el punto privilegiado de los enjuagues financieros de los oligarcas rusos. El primer efecto de las nuevas medidas restrictivas fue la retirada de uno de los íconos de la relación entre flujo financiero, poder ruso y espectáculo: Roman Abramovich, el dueño del Chelsea, anunció que dejará la gestión del club en manos de fideicomiso, al menos hasta que pasen las turbulencias.

Piernas y paladio

Pero más allá de las vicisitudes del deporte más popular del mundo y de las decisiones del dueño del último ganador de la Champions League, el estrangulamiento del comercio exterior ruso puede generar escasez y suba de precios en mercancías críticas que afectan desde el plato en la mesa al fuego en la hornalla o la producción de chips.

Esa es una de las grandes diferencias entre esta guerra y otras guerras de la era posterior a la caída del comunismo y la lógica de dos polos globales. Las sucesivas invasiones norteamericanas, o promovidas por Estados Unidos efectuadas por Arabia Saudita o Israel, por ejemplo, no sufrían este tipo de represalias, que afectan al resto del planeta. El avance de y sobre Rusia pone en tensión a una potencia y, por consiguiente, pone riesgo el orden mundial mismo. El estrangulamiento del SWIFT, por ejemplo, es una medida que sólo sufrió Irán en 2012, con consecuencias devastadoras. Pero de Irán no depende el precio del gas, el trigo y el paladio, por ejemplo.

Mercancías críticas

Bloquear a Rusia en el comercio internacional significa cortar o entorpecer el flujo de un conjunto crítico de mercancías. Ese bloqueo no sólo afecta cadenas productivas, por faltantes, sino que mueve los precios internacionales. Argentina no tiene escasez de trigo, pero al ser Rusia uno de los principales productores mundiales del cereal, en los últimos días su precio escaló a su nivel más alto en 10 años.

Rusia es el quinto destino y origen de las exportaciones e importaciones de Europa. Es el principal origen para ese continente de petróleo crudo y refinado –sólo en 2020 importaron casi 47 mil millones de euros del combustible– y de gas –ocho mil millones de euros importados en 2020. También depende de Rusia la llegada a Europa de carbón y aluminio.

Globalmente, Rusia es el segundo productor mundial de cobalto (4% del total mundial), primer productor de níquel, base para todo tipo de aleaciones, con el 7% del total, el mayor productor de paladio –crucial para la fabricación de chips– y platino –cuyos usos van desde fertilizantes y explosivos a siliconas. En estos dos minerales, Rusia es imprescindible: extrae el 40% del paladio y el 10% del platino. Rusia exporta el 30% del total mundial de diamantes, que además de ser un adorno tiene aplicaciones imprescindibles industriales en herramientas de corte.

Es un importante productor de cobre (3,5% del total mundial), es el tercer productor mundial de oro, su provisión de titanio es decisiva para la aviación, fabrica el 4% del acero existente.

Vieja, cortaron el gas

Ha de ser que Europa mira con confianza la llegada del verano. Según reconoce la propia Comisión Europea en sus reportes sobre energía, sin Rusia se mueren de frío, además de no poder mover prácticamente nada. La dependencia energética es total:

La estabilidad en el suministro de energía de la Unión Europea puede verse amenazada si una gran proporción de sus importaciones está concentrada en unos pocos socios externos. En 2019, casi dos tercios de la importación de petróleo crudo vino de Rusia (27%), Irak (9%), Nigeria y Arabia Saudita (8% cada uno) y Kazajistán y Noruega (7% cada uno). Un análisis similar muestra que casi tres cuartas partes de las importaciones de gas natural vienen de Rusia (41%), Noruega (16%), Argelia (8%) y Qatar (5%), mientras que tres cuartas partes de los combustibles sólidos importados (sobre todo, carbón) vienen de Rusia (47%), Estados Unidos (18%) y Australia (14%).

Después, hay casos puntuales críticos para ciertos países. En 2021, Rusia representó el 21% de todas las importaciones de gasolina de Estados Unidos, con Canadá en segundo lugar, con un 17%. El 85% de las importaciones brasileñas de materias primas clave para la producción de fertilizantes (nitrógeno, fósforo y potasio) proviene de Rusia. De hecho, Rusia produce el 13% mundial de esas materias primas para fertilizantes o sus derivados.

Hay tres planicies agrícolas únicas en el mundo: la de Estados Unidos, la de Argentina y la ruso-ucraniana. Esta última provee el 29% del trigo exportado, una cuota importante del maíz y el 80% de las exportaciones mundiales de aceite de girasol. Los precios de los alimentos pueden volar por las nubes: la guerra entre Rusia y Ucrania afecta los precios de tu panadería de barrio.

 

 

 

 

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