La memoria de la explotación sexual en la ciudad

baldosas feministas

En 2022 se desarrolló en Santa Fe el proyecto Memorias Urbanas Feministas, que visibilizó lugares emblemáticos de la lucha de las mujeres y de la desigualdad de género en la ciudad. La séptima y última, inaugurada en la vereda del Hospital Vera Candioti, recuerda el lugar donde funcionaba el burdel La Maison París.

Memorias Urbanas Feministas, una iniciativa creada por Rosa García, Nidia Kreig, Alicia Talsky y Teresa Suárez con el apoyo de la Municipalidad, se propuso construir un itinerario urbano a modo de huellas o marcas de la existencia, muchas veces negada o invisibilizada, de las mujeres en la ciudad, para "visualizar en la trama urbana los derechos vulnerados, las violencias sociales e institucionales contra las mujeres y las múltiples resistencias del universo femenino frente al poder".

A lo largo del año, desde Pausa dimos cuenta de las siete baldosas colocadas en diferentes puntos de la ciudad en el marco de esta iniciativa.

La séptima y última, inaugurada en la vereda del Hospital Vera Candioti, recuerda el lugar donde funcionaba el burdel La Maison París en los inicios del siglo XX.

En 1929, la Municipalidad de Santa Fe circunscribió el ejercicio de la prostitución a un sector periférico de la ciudad, entre las calles Buenos Aires al sur, San Juan al este, Corrientes al norte y las vías del Ferrocarril al oeste. Allí había burdeles como Chanteclair, El Santafesino o el más caro de todos: La Maison París.

En 1932, el diario El Orden publicó una investigación sobre la actuación de redes de trata en nuestra ciudad, denunciando a proxenetas y describiendo la situación de las mujeres sometidas a la explotación sexual. Además de las violencias sufridas por parte de esas redes, la ordenanza 1526 de 1915 les obligaba a realizarse un control de salud dos veces por semana, en una sala especial del Dispensario de Salubridad. Se les prohibía hablar en voz alta y debían limitarse a contestar lo que se le preguntase.

La séptima baldosa busca recordar, con una marca en el espacio público, cómo operó a nivel local “la doble moral sexual cimentada sobre la desigualdad de poder social, político, económico y de género”.

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