40 años de democracia y deporte

Diego con alfonsin

Maradona y Messi fueron los deportistas argentinos más reconocidos desde la asunción de Raúl Alfonsín hasta hoy. Entre Diego y Lionel pasaron muchos años de gloria y frustraciones deportivas.

El país deportivo y competitivo que supimos conseguir en los 40 años de democracia reúne las mejores y peores cualidades de nuestra sociedad, se codea con la prohibición de los visitantes en las tribunas de fútbol y nos compacta en un solo grito para festejar un Mundial.

La dimensión de lo que significa el deporte en nuestros cuarenta años de democracia la podemos resumir en dos de las tres personalidades argentinas más conocidas del mundo: Diego Maradona y Lionel Messi. La tercera en cuestión es el Papa Francisco, también futbolero.

Maradona en 1983 ya era una figura importante para el mundo del fútbol. El 30 de octubre de ese año, cuando Raúl Alfonsín ganaba las elecciones, Diego empezaba a recuperarse de la fractura de tobillo que le había propinado Andoni Goikoetxea, en un partido correspondiente a la cuarta fecha de la Liga ante Atletic de Bilbao.

En 1983, Messi todavía no estaba en los planes del matrimonio que componen Celia María Cuccittini y Jorge Horacio Messi. Cuando la democracia caminaba a sus cuatro primeros años nacía Lionel Andrés, el 24 de junio de 1987.

Maradona y Messi son símbolos indiscutidos de nuestro país, los dos máximos exponentes del deporte que más nos apasiona, une y divide. La democracia vivió con el fútbol los dos hechos de mayor alegría para toda la sociedad: las consagraciones mundiales en 1986 (Maradona) y en 2022 (Messi). No hubo otros acontecimientos más emotivos y de unidad nacional en los 40 años de democracia que los festejos de los campeonatos de México y Francia.

Foto: REUTERS/Hannah McKay

En estos 40 años Diego llegó a la cima del mundo y un día lo lloramos con barbijos. Lionel llegó a esa misma cima y todavía sigue ganando balones de oro. En una línea de tiempo con los “10” como protagonistas se pueden observar las escenas más fascinantes de nuestra democracia, las fotos de una sociedad que idolatró e insultó a Maradona y Messi tan rápido como desfilaron cinco presidentes en una semana.

La camiseta argentina con ese número glorioso en la espalda sigue siendo nuestra bandera y pasaporte a lo largo de estas cuatro décadas. Más allá de la inigualable altura que tomaron Messi y Maradona, en ese sostén de la celeste y blanca bien arriba participaron deportistas de muchas disciplinas. A lo largo de los 40 años podemos hacer una lista de los acontecimientos deportivos más destacados, de esos que nos emocionaron y nos hicieron sentir el orgullo de portar la misma camiseta.

Básquet

Otros hijos de la democracia son los muchachos de la “generación dorada” del básquet argentino, con Emanuel Ginóbili a la cabeza. Junto al bahiense brillaron Juan Ignacio "Pepe" Sánchez, Alejandro Montecchia, Fabricio Oberto, Walter Herrmann, Gabriel Fernández, Hugo Sconochini, Leonardo Gutiérrez, Andrés Nocioni, Carlos Delfino, Rubén Wolkowyski y Luis Scola.

La victoria ante EEUU en el Mundial 2002, la medalla de oro en Atenas 2004 y la de bronce en Pekín 2008 son los máximos logros de una selección que se recibió de leyenda.

generación dorada - basquet - deporte

Tenis

La primera década de la democracia nos regaló la mejor tenista de la historia argentina, Gabriela Sabatini. Tenía sólo 15 años recién cumplidos cuando logró sorprender al mundo del tenis mundial. Fue ese 1985 cuando Gabriela Sabatini se convirtió en la participante más joven de una semifinal individual de Grand Slam, al lograr la clasificación para esa ronda del célebre torneo de Roland Garros.

Gaby fue y es el tenis femenino argentino, y aunque no pudo llegar al número 1 del ranking por muy pocos puntos, por su carrera fue incluida en el Salón Internacional de la Fama del tenis.

gabriela sabatini - deporte

Y si hablamos de tenis masculino la lista de grandes jugadores en los 40 años de democracia es amplia, desde Mancini, Jaite, Pérez Roldán, De la Peña en los años ochenta hasta el desembarco de “La Legión Argentina” en el nuevo siglo. Nalbandian, Coria, Gaudio, Cañas, Puerta, Mónaco, Squillari, Chela, Calleri, Acasuso y Zabaleta le dieron títulos y protagonismo al tenis argentino durante muchos años.

El 6 de junio de 2004 Gastón Gaudio derrotó en la final de Roland Garros a Guillermo Coria. Ese partido quedará como uno de los grandes hitos del tenis argentino. Mientras que la otra fecha emblemática llegó con Juan Martín del Potro a la cabeza, se trata del 27 de noviembre de 2016, cuando Argentina superó a Croacia en Zagreb y se quedó con la Copa Davis. Y un día la Ensaladera de Plata quedó en manos del tenis argentino.

Vóley

El 2 de octubre de 1988 el equipo de vóley masculino obtuvo la medalla de bronce luego de superar a Brasil 3-2 en el partido por el tercer lugar. Nuestro vóley inmortalizaba nombres como los de Waldo Kantor, Javier Weber, Jon Uriarte, Daniel Castellani y Hugo Conte.
En la década del noventa aparece otro baluarte de este deporte, Marcos Milinkovic. Junto a la experiencia de Weber y el enorme desempeño de Jorge Elgueta consiguieron la medalla de oro en los Panamericanos de 1995.

En el 2021, en Tokio, el vóley volvió al podio de los JJOO, cuando el seleccionado nacional derrotó a Brasil en un épico 3-2. El santafesino Luciano De Cecco, Facundo Conte y Bruno Lima fueron los símbolos de una generación que volvió a poner al vóley albiceleste entre los mejores del mundo.

Hockey

En línea con el deporte femenino, el seleccionado argentino de hockey sobre césped marcó un antes y después a partir de Sidney 2000. En esos Juegos Olímpicos apareció la denominación Las Leonas y de ahí en más fueron protagonistas a nivel mundial. Llegaron los títulos mundiales y las medallas de plata y bronce en los JJOO.

Luciana Aymar, abanderada absoluta de la disciplina, durante mucho tiempo fue considerada como la mejor jugadora del mundo y para el deporte argentino quedó consagrada como una de las mejores deportistas de la historia.

leonas-sydney-2000

Rugby

El rugby tuvo sus mejores años en la democracia, con Hugo Porta como símbolo en la década del ochenta. Este deporte comenzó a consolidarse a nivel internacional con la presencia en los Mundiales y con la competencia (The Rugby Championship) en los últimos años con los tres poderosos del hemisferio sur: Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica.
Desde mediados de la década del ochenta el rugby logró meterse de lleno en la clase media argentina, se popularizó con un empate ante los All Blacks en 1985 y luego llegarían las primeras victorias ante los ingleses, escoceses e irlandeses.

Y al ilustre Hugo Porta, que llegó al Salón de la Fama del Rugby y funcionario de Menem en la década del noventa, se le sumaron figuras de la talla de Juan Ignacio Hernández, Felipe Contepomi y Agustín Pichot.

El máximo escalafón de Los Pumas llegó en el Mundial 2007, cuando lograron el tercer puesto en Francia. Este año estuvieron muy cerca de repetir ese podio, pero fue derrota ante Inglaterra.

Juegos Olímpicos

Argentina, siempre tan pendular en su historia, también lo es en el deporte. Con los diferentes gobiernos democráticos hemos visto diversas políticas deportivas, desde los intentos de Alfonsín para recuperar todo lo que había sido arrasado por la dictadura militar, pasando por la creación del Enard, hasta el gerenciamiento de Macri.

La hiperinflación alfonsinista, la privatización menemista y la recuperación de los Juegos Evita, la Alianza y su 2001, la reconstrucción kirchnerista con la creación del Enard, el gerenciamiento macrista y la pandemia que golpeó muy fuerte al presupuesto fueron algunos de los motivos por los cuales el deporte argentino nunca terminó de encontrar un rumbo sustentable.

Aunque los gobiernos democráticos no pudieron poner al deporte en el podio de las políticas de Estado, sus escasos intentos fueron inmensamente superiores a toda la destrucción que provocó la dictadura militar entre 1976 y 1983. La muestra de todo el daño causado se refleja en los Juegos Olímpicos de 1976 (sin medalla), en el boicot a Moscú 1980 y en la sequía de medallas en Los Ángeles 1984.

Lo más importante sucedió con la recuperación de la democracia. Luego de varios gobiernos de facto entre 1955 y 1983, el deporte argentino recuperó el terreno perdido y sus representantes comenzaron a tener otras competencias, mayor roce internacional, algo más de apoyo estatal y volvieron a llegar las medallas.

Teniendo en cuenta la cantidad de países participantes, las mejores actuaciones olímpicas de Argentina se produjeron en Atenas 2004 y Pekín 2008, logrando en total 12 medallas y, entre ellas, cuatro de oro.

Entre tantos atletas olímpicos destacados es indispensable mantener vivos nombre como Carlos “Camau” Espínola, Santiago Lange y Cecilia Carranza en vela, Paula Pareto en judo, Sebastián Crismanich en taekwondo, Georgina Bardach en natación, Juan Curuchet y Walter Pérez en ciclismo, entre otras y otros. Y de nuestra ciudad de Santa Fe a dos grandes exponentes del deporte olímpico, como lo son Germán Chiaraviglio y Rubén Rézola.

¿Y ahora?

Desde el 10 de diciembre de 1983 el Estado no dejó de ser una herramienta indispensable para los y las deportistas de todo el país. A pesar de las crisis, los clubes argentinos siguen siendo la base para nuestro deporte, esos clubes que son sostenidos por los asociados y subsidiados por el Estado.

En 40 años aprendimos que sin Estado no hay deporte, y que “Luna de Avellaneda” no es una película más, es el deporte argentino con el alma al desnudo.

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