javier milei davos

El presidente Javier Milei dio este miércoles su discurso en el Foro de Davos y las repercusiones no fueron las mejores para el libertario. "Milei abronca a los líderes en Davos", tituló El País de España. "Estupor y sorpresa", describió con dureza la enviada de La Nación.

El presidente Javier Milei dio este miércoles su discurso en el Foro de Davos como si siguiera siendo un mero relator de la realidad, un standapero o un conferencista, y no un Jefe de Estado. De hecho terminó su alocución con su ya clásico grito de "viva la libertad, carajo".

"Hoy estoy hoy estoy acá para decirles que occidente está en peligro, está en peligro porque aquellos, que supuestamente deben defender los valores de occidente, se encuentran cooptados por una visión del mundo que – inexorablemente – conduce
al socialismo, en consecuencia a la pobreza", comenzó diciendo Milei y marcando ya el tono anacrónico de su discurso y su pensamiento, más anclado en la Guerra Fría que en el 2024.

Con críticas a lo que él llama colectivismo y a la justicia social, Milei volvió con esa falacia que gusta mucho decir: la de que Argentina fue primera potencia mundial "cuando adoptamos el modelo de la libertad, allá por el año 1860".

"La conclusión es obvia: lejos de ser la causa de nuestros problemas, el capitalismo de libre empresa, como sistema económico, es la única herramienta que tenemos para terminar con el hambre, la pobreza y la indigencia, a lo largo y a lo ancho de todo el planeta", agregó el mandatario, y arremetió contra la justicia social: "El problema es que la justicia social no sólo no es justa sino que tampoco aporta al bienestar general. Muy por el contrario, es una idea intrínsecamente injusta, porque es violenta. Es injusta
porque el Estado se financia a través de impuestos y los impuestos se cobran de manera
coactiva ¿o acaso alguno de nosotros puede elegir no pagar impuestos? Lo cual significa que el Estado se financia a través de la coacción, y que a mayor carga impositiva, mayor es la coacción, menor es la libertad". ¿Sabrá Javier Milei que con su DNU y la Ley Ómnibus está aumentando casi todos los impuestos que pagan los argentinos? Raro.

Y luego llenó de exagerados elogios al empresariado: "El capitalista es un benefactor social que, lejos de apropiarse de la riqueza ajena, contribuye al bienestar general. En definitiva, un empresario exitoso es un héroe. Este es el modelo que nosotros estamos proponiendo para la argentina del futuro".

Milei, fuera de todo contexto, aprovechó el micrófono para pegarle al feminismo y al ambientalismo, casi sin tener en cuenta los temas del Foro Económico Mundial de Davos este año eran la cooperación, la seguridad, el crecimiento, el empleo, la inteligencia artificial, el cambio climático y el medio ambiente.

En este sentido, señaló: "Dado el estrepitoso fracaso de los modelos colectivistas y los innegables avances del mundo libre, los socialistas se vieron forzados a cambiar su agenda. Dejaron atrás la lucha de clases basada en el sistema económico para reemplazarla por otros supuestos conflictos sociales igual de nocivos para la vida en comunidad y para el crecimiento económico. La primera de estas nuevas batallas fue la pelea ridícula y anti natural entre el hombre y la mujer. En lo único que devino esta agenda del feminismo radical es en mayor intervención del Estado para entorpecer el proceso económico, darle trabajo a burócratas que no le aportan nada a la sociedad, sea en formato de ministerios de la mujer u organismos internacionales dedicados a promover esta agenda".

En cuanto a la cuestión ambiental, agregó: "Otro de los conflictos que los socialistas plantean es el del hombre contra la naturaleza. Sostienen que los seres humanos dañamos el planeta y que debe ser protegido a toda costa, incluso llegando a abogar por mecanismos de control poblacional o en la agenda sangrienta del aborto. Lamentablemente, estas ideas nocivas han impregnado fuertemente en nuestra sociedad. Los neomarxistas han sabido cooptar el sentido común de occidente. Lograron esto gracias a la apropiación de los medios de comunicación, de la cultura, de las universidades, y sí, también de los organismos internacionales".

Y para cerrar, dejó un mensaje anti Estado y anti política: "No se dejen amedrentar ni por la casta política ni por los parásitos que viven del Estado. No se entreguen a una clase política que lo único que quiere es perpetuarse en el poder y mantener sus privilegios.
Ustedes son benefactores sociales. Ustedes son héroes. Que nadie les diga
que su ambición es inmoral. No cedan al avance del Estado. El Estado no es la solución. El Estado es el problema mismo. Ustedes son los verdaderos protagonistas de esta historia, y sepan que a partir de hoy, cuentan con un aliado inclaudicable en la República Argentina. Muchas gracias y viva la libertad carajo".

Un delirio absoluto

Aunque a priori el Foro de Davos podía ser un espacio amable para las ideas de libre mercado de Javier Milei, su discurso no cayó bien entre los asistentes y así lo reflejó la prensa internacional y los enviados de los grandes medios nacionales.

El País, de España, señaló que Milei “abroncó a todos los líderes del mundo, especialmente a los organismos internacionales”. “Fue recibido con entusiasmo en el corazón del capitalismo, el foro de Davos, como un gran defensor del mercado, palabra sagrada para los ejecutivos que llenaban a reventar la sala principal, algo muy poco habitual cuando habla un político, pero rápidamente las caras empezaron a cambiar en la sala en cuanto Javier Milei empezó a hablar”, describió el periodista Carlos E. Cué.

Pero la crónica más cruda -y extraña- la hizo el diario La Nación. "Estupor y sorpresa en la audiencia que escuchó el fuerte discurso de Javier Milei", titularon la nota de la enviada especial al Foro.

"'Todos. No hay diferencias sustantivas. Socialistas, conservadores, comunistas, fascistas, nazis, social-demócratas, centristas. Son todos iguales. Los enemigos son todos aquellos donde el Estado se adueña de los medios de producción', dijo, dejando con la boca abierta a la audiencia. Una audiencia que, contrariamente a lo esperado, no llenó el gran auditorio del Foro, donde la mitad de las banquetas quedaron vacías", dice la crónica.

“¡Bizarro. Con él no se salva nadie!”, dice La Nación que comentó un empresario británico. “Es un delirio absoluto”, acotó un periodista alemán que no conseguía creer lo que acaba de escuchar.

Según el diario de los Mitre, otros dos puntos causaron asombro: la afirmación de que el sojuzgamiento de la mujer es un invento de los enemigos de la libertad, así como el peligro que representa la defensa del medioambiente.

“Ahora estoy empezando a comprender”, dicen que acotó un diplomático holandés con circunspección. “El enemigo del presidente Milei no es el comunismo, que tal vez sería perfectamente comprensible. Somos todos aquellos que defendemos algún modo de regulación de las brutalidades del mercado. Todos, moderados o no, deberíamos ir al infierno con los ‘nazis, los fascistas y la extrema izquierda’… ¡Nunca escuché nada igual! Será interesante saber si tiene razón”, reconoció.

Pero La Nación fue más allá y, además de esta fulminante crónica, encontró que Milei repitió, casi de forma textual, una charla TEDx de hace casi cinco años titulada "La estruendosa superioridad del capitalismo".

Dejar respuesta

Por favor, ¡ingresa tu comentario!
Por favor, ingresa tu nombre aquí