Paulón y Fein exigen que continúe la provisión de medicamentos oncológicos

Los diputados socialistas presentaron un proyecto para que el gobierno nacional no interrumpa los tratamientos de cáncer o enfermedades poco frecuentes. Para Paulón, "el objetivo final es un mercado híper pequeño que no esté presente en nada".

Los diputados nacionales socialistas Esteban Paulón y Mónica Fein presentaron un proyecto para que el gobierno nacional no interrumpa la provisión de medicamentos para pacientes oncológicos, con enfermedades crónicas discapacitantes y poco frecuentes y patologías agudas. Esto sucede luego de que el Ministerio de Capital Humano suspendiera la actividad de la Dirección de Asistencia Directa por Situaciones Especiales (DADSE), que entregaba medicación a personas en vulnerabilidad social y sanitaria, sin cobertura médica, para tratamientos caros y crónicos.

Escudándose en el argumento de la "transparencia" -el mismo que usaron para eliminar los fondos fiduciarios o que ahora esgrimen para cerrar el Inadi- y en la necesidad de revisar posibles irregularidades, el gobierno de Javier Mileis dejó de brindarle medicamentos para tratar el cáncer a las personas que no pueden pagarlos. Frente a este panorama, dialogamos con Esteban Paulón sobre el proyecto que presentaron junto a Fein, y sobre la delicada situación que atraviesan hoy estos pacientes.

—¿En qué consiste el proyecto?

—En Argentina los tratamientos de larga duración de distintas enfermedades tienen dos mecanismos. Uno a través de programas que están creados en el marco del Ministerio de Salud -VIH, malaria, diabetes-, en los que el Estado hace compras periódicas de medicación para garantizar los tratamientos. Y hay otros casos, como las enfermedades poco frecuentes u oncológicas, en los que existía un mecanismo en el Ministerio de Desarrollo Social, que a través de la DADSE entregaba subsidios para la compra de esos medicamentos. El gobierno denuncia que encontró irregularidades, posiblemente vinculadas a personas que no podían acreditar las enfermedades y recibían el dinero, o no rendían, o compraban con sobreprecios, entonces decide pasar esa dirección al Ministerio de Salud e iniciar una auditoría. El tema es que en ese traslado el gobierno suspendió directamente las compras, dejando a un montón de personas a mitad de tratamiento y a otras sin poder acceder a la medicación.

—¿De qué enfermedades estamos hablando?

—Fundamentalmente son medicaciones oncológicas y de enfermedades poco frecuentes. Hay unas 10.000 enfermedades poco frecuentes en Argentina. Hay síndromes, por ejemplo, que sólo tienen cinco o diez personas, entonces el Estado no hace licitaciones de medicación en cantidad, es otro mecanismo. Nosotros planteamos que la auditoría es correcta, corresponde, y ojalá mejore la eficiencia del gasto público, pero se debe dar continuidad a la provisión. El gobierno, por inexperiencia o mala fe, tiene una visión de que lo que no funciona no se puede arreglar: hay que romperlo. Lo mismo vimos con el INADI. ¿El INADI necesita mejoras? Sí. ¿Está usado partidariamente? Sí. ¿Tiene que mejorar su impacto social, la eficiencia de los recursos que se invierten? Sí. Ninguno de esos objetivos se logra eliminando el organismo, que es lo que hace el gobierno. Con esto pasa más o menos lo mismo: dicen "voy a hacer una auditoría porque esto funciona mal, y mientras tanto cierro". Y ese "cierro" son cientos de personas que quedan a mitad de sus tratamientos, afectando su posibilidad de cura. Se puede hacer en paralelo la auditoría y sostener los tratamientos.

—Este mecanismo del gobierno que planteás se repite bastante, ¿no? Se dice que las cosas carecen de transparencia, y en vez de transparentar, se cierran.

—Sí, si no funciona lo cierro. El objetivo final es un mercado híper pequeño que no esté presente en nada, y que el mercado vea si te puede proveer la medicación. Lo que pasa es que obviamente acá hay tratados de derechos humanos, legislación, no es tan fácil hacer boleta al Estado. Pero es lo que intentan en cada una de las acciones. Lo mismo van a ir haciendo con otros organismos que están interviniendo con la clara intención de vaciarlos. Es todo el sentido de la política pública de Milei.

—Sí, además el mercado no brindaría una respuesta a todas estas personas, por ejemplo. O, al menos, sería muy difícil y costoso.

—Sí, muchas veces son tratamientos experimentales, de muy alto costo, y se han previsto los mecanismos para que las personas puedan acceder. Muchas personas trabajan en la informalidad, o no tienen trabajo, y no acceden a ninguno de esos tratamientos si no es por una acción del Estado.

—¿Se sabe a cuántas personas está afectando esta situación?

—No hay un registro concreto, pero son muchas, porque las denuncias se multiplicaron, y desde que presentamos el proyecto mucha gente nos contactó planteando situaciones concretas. Entendemos que es algo que angustia mucho a las personas, obviamente, y que ha generado una alarma.

—Y esa gente que ya ha visto discontinuada la provisión de su medicación, ¿qué está haciendo? ¿Cómo lo está sobrellevando, o cómo lo suple, si es que lo suple?

—El que puede intenta no cortar los tratamientos comprando la medicación directamente. Hay situaciones de todo tipo, hay colectas solidarias...hay medicamentos que están un millón, dos millones de pesos. Con una colecta podés conseguir para el próximo mes, pero no podés estar haciendo todos los meses una colecta. También hay otros que se compran con esquemas de varios meses, y entonces la preocupación es sobre su continuidad. Hay distintas situaciones, algunas personas recurren a organismos provinciales, pero depende de los medios y recursos que tenés. Mucha gente no tiene medios ni recursos, no tiene acceso a la justicia ni contactos en su provincia para cubrir esa faltante y se cae del mapa.

Dejar respuesta

Por favor, ¡ingresa tu comentario!
Por favor, ingresa tu nombre aquí