El gobierno de Javier Milei habilitó la compra y tenencia de fusiles semiautomáticos y subametralladoras de asaltos de uso civil condicional. El acceso a esas armas era reservado para las Fuerzas Armadas y estaba prohibida para personas comunes. Ahora se permite para “actividades deportivas u otras finalidades lícitas”.
"Javier Milei dice explícitamente que va a desregular el mercado de tenencia de armas de fuego. Está en su plataforma electoral. ¿Te imaginás qué puede pasar si cualquiera puede tener un fierro?". Eso escribíamos desde Pausa en este hilo que publicamos el 12 de noviembre de 2023, antes de las elecciones que finalmente proclamaron a Milei como presidente.
Casi dos años después el Ministerio de Seguridad finalmente habilitó la compra de fusiles semiautomáticos, carabinas y subametralladoras de asalto derivadas de uso militar para civiles que acrediten un supuesto uso deportivo. La comercialización de esas armas para el público en general estaba prohibida desde 1995.
A través de la Resolución 37/2025, el titular del Registro Nacional de Armas, Juan Pablo Allan, operativizó el Decreto 397/2025, emitido en junio por el presidente Javier Milei, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el exjefe de Gabinete, Guillermo Franco, que modificó los permisos para el acceso a este tipo de armas.
Anteriormente, las armas semiautomáticas alimentadas con cargadores de quita y pon símil fusiles, carabinas o subametralladoras de asalto derivadas de armas de uso militar de calibre superior al 22 LR estaban reservadas sólo para las Fuerzas Armadas. Sólo con una autorización especial del Ministerio de Defensa las personas comunes podían acceder a este tipo de armamento. Sin embargo, el Gobierno libertario decidió flexibilizar este criterio para “actividades deportivas u otras finalidades lícitas”.
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Requisitos laxos para tener fusiles
Este martes se conocieron las mínimas condiciones que deberán cumplir las personas o entidades de tiro que quieran tener subametralladoras y fusiles semiautomáticos en sus casas o locales para uso deportivo.
En ese sentido, según recopila Perfil, para acreditar que el uso que se le pretende dar sea deportivo, bastará con que las entidades de tiro autorizadas por la ex ANMAC extiendan una certificación, o que se actúe en representación en certámenes nacionales o internacionales de esas entidades, o que las mismas efectúen el pedido del permiso para que sus socios practiquen en sus establecimientos.
Además se deberá cumplir con otros requisitos, como presentar una declaración jurada que fundamente el pedido de autorización y respaldarla con fotos y otra documentación; identificar el arma con su tipo, marca, modelo, calibre, CUIM y numeración de serie; abonar la tasa correspondiente; y, por último, contar con un lugar para guardarlas registrado tipo G2, conforme lo establecido en la Resolución de la ex ANMAC N° 119/18.
Por otro lado, el Registro Nacional de Armas “valorará” —lo que no representa una condición excluyente— los antecedentes del solicitante.
Más armas, más peligros
Martín Angerosa, cofundador de la Red Argentina para el Desarme, explicó a Página/12: “El plan es liberar la portación de armas y lo están haciendo de a poco. Ponen ahora unos requisitos para que sea comprobable el uso deportivo. Pero son armas que pueden tirar ráfagas de balas. Son ráfagas. No es para hacer tiro al blanco”.
“Hay tiro deportivo de este tipo de armas, pero habíamos avanzado en 1995, con el Gobierno de (Carlos) Menem, que se había prohibido estas armas. El primer efecto que produce es que las armas que antes las organizaciones (criminales) tenían que ir a buscar a los cuarteles, ahora las van a buscar a la casa de civiles”, comenzó advirtiendo.
Por lo que añadió: “Y tenemos la experiencia de Brasil con el caso Bolsonaro, que hizo una política de liberalización del mercado de armas y se multiplicaron los femicidios con este tipo de armas. Y hubo tiroteos en escuelas, en plazas”.
“Son armas de guerra, de mucho poder. Y la característica es su letalidad. Una persona con una de esta y dos o tres cargadores puede matar a 100 personas. Es un riesgo enorme para esta sociedad”, advirtió.








