La de conseguir plata o comida, había llegado a ser una tarea impostergable, cuando escucharon la noticia. Segundos antes, El Tuca se paseaba refunfuñando...
La tarde era serena serena. El cielo no sufría ninguna perturbación: un celeste, rosáceo en los bordes, transcurría con tranquilidad, con un sol brillante...